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A puerta cerrada, de Ernesto Arias
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A puerta cerrada, de Ernesto Arias

'A puerta cerrada': temor, angustia y náusea

jueves 17 de diciembre de 2015, 18:28h

Reponer 'A puerta cerrada' del filósofo y dramaturgo francés Jean Paul Sartre en los tiempos que corren es, por lo menos, un acto de valentía y de libertad encomiables. Ernesto Arias, director del montaje que vamos a comentar, lo ha hecho en La Pensión de las Pulgas en cinco representaciones que comenzaron el 2de diciembre y terminarán el 30 de este mismo mes. Y, por si fuera poco, las funciones son a las 10 de la noche, lo cual hace extensible ese acto de valor a los espectadores que acuden cada miércoles a la sala off de la calle Huertas. El pasado día 16 llenábamos las bancadas de la sala 28 personas y asistimos atentos, tensos y encerrados en la habitación que sirve de escenario a la representación.

Kierkegaard, Heidegger,Nietzsche y, por supuesto, Sartre son algunos de los nombres ligados indisolublemente al existencialismo, un movimiento filosófico que resalta el papel crucial de la existencia, de la libertad y de la elección individual, y que gozó de gran influencia en distintos pensadores y escritores de los siglos XIX y XX.

El término existencialismo pone el énfasis en la existencia individual concreta y, en consecuencia, en la subjetividad, la libertad individual y los conflictos de la elección, temas todos que entran de lleno en 'A puerta cerrada', pieza que Sartre escribió y estrenó en 1944, a punto de concluir la II Guerra Mundial, y apenas un año después de su influyente 'El ser y la nada' (1943).

Para Sartre, la existencia precede a la esencia. La elección es, por lo tanto, fundamental en la existencia humana y es ineludible; incluso la negativa a elegir implica ya una elección, y la libertad de elección conlleva siempre un compromiso y responsabilidad.

Singular

Algunos filósofos existencialistas hallaron en la literatura el camino idóneo para transmitir su pensamiento y, probablemente, es esta obra, 'A puerta cerrada', la más emblemática de esta corriente que alcanzó también a novelistas tan importantes como Dostoievski o Kafka.El pensamiento de Sartre, impregnado de ateísmo y pesimismo, se refleja en 'A puerta cerrada' de una forma especialmente clara y vital. En ella aparece una de las frases sartrianas que más y mejor sintetizan la filosofía existencialista: “El infierno son los otros”. La obra ha sido también llevada varias veces al cine, aunque quizás la mejor versión es la hecha en1954 por Jacqueline Audry.

El montaje que puede verse estos días en La Pensión de las Pulgas parte de la traducción al español de Alfonso Sastre, aunque ha sido adaptada por Ernesto Arias -recortada hasta una duración de 70 minutos-, especialmente en la parte de los monólogos de cada uno de los tres personajes principales, al referirse a su vida en la tierra. En realidad son cuatro lospersonajes, pero uno de ellos,el Mayordomo, David López, aparece muy poco tiempo, al principio.

Tres desconocidos se encuentran en una habitación. Inicialmente el espectador no sabe muy bien qué los ha llevado allí, ni siquiera si ese espacio es una prisión, un extraño hotel o una casa solariega que reúne allí a varios secuestrados. Muy pronto se sabe que, en realidad, esa habitación cerrada, tanto para los personajes como para el público, es el infierno. Allí, cada uno de los tres personajes -un hombre y dos mujeres: Garcín (Casimiro Aguza), Inés (Sonia de laAntonia) y Estelle (Elena González Vallinas)- intentará imponerse sobre los demás en una guerra civilizada, de guante blanco. La escenografía (de la que es responsable, además del vestuario, Isis de Coura), -no puede ser de otro modo- es escasa. Una horrible habitación con papel pintado de flores, sin espejos (en un momento dado, lo necesita Estelle para pintarse los labios e Inés le ofrece sus ojos para servirle de espejo). Solo hay tres silloncitos, un timbre para llamar al mayordomo, en caso necesario, y un abrecartas. No hay ventanas, ni baño… Total, ¿para qué? Allí va a discurrir la eternidad…

El primer visitante, José Garcín -americano, publicista, trabajaba en un periódico, hombre de letras, maltratador de su esposa durante 5 años, aunque no se arrepiente de nada-. Es un cobarde. En un primer momento alega que falleció por dos balas en el cuerpo hace un mes, que lo fusilaron porque en la guerra no quería alistarse. En realidad, huyó y falleció por desfallecimiento corporal y no por fusilamiento. “no quiero ser un cobarde”–dice-, “quiero sufrir de forma normal”.

Inés Serrano, cree que Garcín es el verdugo porque tiene miedo. Ella ha muerto por una explosión de gas, hace una semana. Es lesbiana. Le gusta Estelle. Dice que “cada uno es un verdugo para el otro”.
Trabajaba en Correos. Su recuerdo de la tierra es de la habitación que compartía con Florence, una habitación que ya está alquilada a una pareja que se abraza. Ella supone que, con esa visión, ya ha terminado su relación con la tierra.

Estelle es una chica guapa, parisina, que dice que ha muerto por neumonía. Era huérfana y estuvo casada con un amigo de su padre, mucho mayor que ella, durante seis años, hasta que se enamoró de otro. Su amante se pegó un tiro en la cara… Su verdadera historia es bastante terrible. Su recuerdo de la tierra es que su chico le cuenta a otra chica los secretos de ellos dos.

Garcín es un canalla y un cobarde; Inés es una mujer sádica y profundamenteegoísta, y Estelle es tan egoísta como Inés y se siente atraída ciegamente por el hombre. La soberbia de los tres, el egocentrismo que comparten y que los hallevado a creerse imprescindibles es lo que, en realidad, los ha conducido a la muerte eterna.

Los cuatro actores a los que ha recurrido Ernesto Arias son reciénlicenciados en la RESAD madrileña y, aunque pueden limar aún mucho sus personajes, muestran una pasión y una entrega ejemplares para hacer más que creíbles sus papeles respectivos.

En resumen, un montaje más que interesante, en donde la sensación de temor, de angustia y de náusea se viven con la misma intensidad que los propios personajes de Sartre, porque la dirección de Arias ha sabido dotarlos de la intensidad y la desesperación necesarias. Bien se nota que el director (fraile) ha sido antes actor (cocinero), al que, por cierto, podremos ver muy pronto de nuevo sobre los escenarios madrileños… y cubanos.

'A puerta cerrada', de Jean Paul Sartre

Traducción: Alfonso Sastre

Director: Ernesto Arias

Intérpretes: Casimiro Aguza, David López, Elena GonzálezVallinas y Sonia de la Antonia

Iluminación: Diego Palacio y Paloma Molina

La Pensión de las Pulgas

José-Miguel Vila

Columnista y crítico teatral

Periodista desde hace más de 4 décadas, ensayista y crítico de Artes Escénicas, José-Miguel Vila ha trabajado en todas las áreas de la comunicación (prensa, agencias, radio, TV y direcciones de comunicación). Es autor de Con otra mirada (2003), Mujeres del mundo (2005), Prostitución: Vidas quebradas (2008), Dios, ahora (2010), Modas infames (2013), Ucrania frente a Putin (2015), Teatro a ciegas (2017), Cuarenta años de cultura en la España democrática 1977/2017 (2017), Del Rey abajo, cualquiera (2018), En primera fila (2020), Antología de soledades (2022), Putin contra Ucrania y Occidente (2022), Sanchismo, mentiras e ingeniería social (2022), y Territorios escénicos (2023)

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