Hay que ser muy audaz para coger uno de los textos más adaptados del escritor más aclamado de la historia e intentar salir airoso de las comparaciones con Welles, Kurosawa o Polanski. Justin Kurzel lo consigue metiendo a 'Macbeth' de lleno en el barro. Una visión violenta y descarnada en la que destacan las actuaciones de dos actores colosales, Michael Fassbender y Marion Cotillard.
La presentación es casi perfecta, primero con el funeral (que no aparece en la obra original) y segundo con la batalla. Los planos a cámara superlenta funcionan y Fassbender parece encendido dando vida al mítico personaje. Es cierto que la película sufre algún pequeño altibajo en el ritmo pero el tono oscuro de la misma le beneficia. Kurzel hace que los personajes se manchen, tanto metafótica como realmente, sirviéndose de los páramos escenarios de Escocia como un personaje más.
Su fotografía y puesta en escena recalcan la violencia de una historia en la que se trata de entender a todos los personajes, sin importar sus motivaciones. Lo mejor es que Kurzel consigue sacar el texto de la rigidez del teatro y hacer con él puro cine, en el que los planos respiran y sacan lo mejor del texto de Shakespeare.
Con una pareja protagonista practicamente perfecta, Fassbender y Cotillard están entre los mejores de su generación, 'Macbeth' es una experiencia audiovisual altamente gratificante.
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