Lo que muchos han alabado como "un gesto histórico" lleno de generosidad para desatascar la independencia de Cataluña, en realidad sería un acto estratégico para desaparecer sólo temporalmente. Artur Mas se ha apartado de la presidencia como exigía la CUP, que tenía la llave del Gobierno y por tanto de iniciar el proceso soberanista catalán. Pero la designación de Carles Puigdemont a propuesta de Mas deja claro que él sigue y seguirá moviendo los hilos de la Generalitat en lo que pueda, y que intentará retomar la carrera presidencial en cuanto haya unas nuevas elecciones, ya sea en una Cataluña independiente o en unas elecciones autonómicas como hasta ahora.
El presidente de la Generalitat en funciones y de Convergència, Artur Mas, ha reiterado que su renuncia a la reelección al frente del Govern no supone dejar la política: "Sigo estando, cuento para el presente, cuento para el futuro".
En su discurso del Consell Nacional de CDC previo al pleno de investidura que este domingo debe votar a Carles Puigdemont, Mas ha recordado así implícitamente lo que anunció el sábado: que quiere afrontar la anunciada renovación de CDC y que no descarta volver a ser candidato algún día.
Mas ha justificado su renuncia a la reelección recordando que ya había dicho hace tiempo que se iba a retirar cuando creyera que era un problema, fuera "justo o no" para él.
Este fin de semana ha considerado que formaba parte "más del problema que de la solución", y cree haber tenido la perspectiva y lucidez suficientes para comprenderlo y renunciar, según ha dicho.
"No había contado con dejar de ser presidente", ha asegurado, pero debió decidirlo en horas, y así lo hizo, por lo que telefoneó a Puigdemont para citarlo a media tarde en la Generalitat y ele propuso ser el candidato.
Mas ha destacado que el también alcalde de Girona también lo tuvo difícil porque debió decidir, no ya en horas, sino en minutos, por lo que le ha agradecido el "coraje" de aceptar, tras lo cual Mas telefoneó a la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, para anunciárselo.
A nadie se le escapa que todo esta alternativa de Gobierno ha dependido de Mas. Él fue quien propuso a Puigdemont y, asimismo, él fue en persona quien lo propuso al Parlament quien debería haber sido la propia Forcadell. Lo que nadie quiere desmentir es que en un futuro, si el panorama es favorable a ello, siga intentando su gran objetivo e incluso su sueño: presidir la primera Cataluña independiente.
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