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El guión que podría estar siguiendo Sánchez antes de apoyar al PP y Ciudadanos para una gran coalición... sin Rajoy
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(Foto: Kike Rincón)

El guión que podría estar siguiendo Sánchez antes de apoyar al PP y Ciudadanos para una gran coalición... sin Rajoy

> La ruptura con Podemos estará más cerca que nunca y el PSOE se prepara para el choque final

viernes 15 de enero de 2016, 08:49h
No hace falta explorar mucho para saber que desde que se celebraron las elecciones y se sabía que para formar gobierno, varios partidos tendrían que entenderse pese a sus programas electorales incompatibles. Pero pasadas las semanas, las combinaciones más probables, la de PSOE-Podemos y la de PP-C's-PSOE se tambalean. Ahora está así la cosa...

Recuerden la línea del tiempo en lo que a la posibilidad de los pactos poselectorales se refiere.

En un primer momento, Rajoy, tras ganar las elecciones pero con una ventaja insuficiente, ofreció a PSOE y Ciudadanos una gran alianza. Al mismo tiempo, el PSOE mantenía silencio porque se sometía a un debate interno sobre el futuro de Pedro Sánchez y la conveniencia o no de celebrar cuanto antes el Congreso Federal y renovar su cúpula.

Después de esos primeros movimientos de ajedrez, Rajoy se enrocó y Sánchez se ofreció como rey de reyes. El primer revés lo encontró pronto el socialista: Pablo Iglesias aseguraba que para contar con el apoyo de Podemos tendría que ceder en lo que se refería al derecho a decidir, un punto irrenunciable en el programa electoral con el que se presentó la formación morada el 20 de diciembre. Como una torre, el líder de Podemos no permitió a Sánchez ni respirar y se cerró en banda.

Mientras, Albert Rivera, como mediador, dejaba claro que Ciudadanos apoyaría una investidura de Rajoy a cambio de la estabilidad del país y un control parlamentario duro para que se acometieran las reformas que consideraba necesarias para el país. Su postura tan ambigua valía tanto para Rajoy como para Sánchez, pero el socialista, entonces, desafió a Susana Díaz, la verdadera 'mandamás' del PSOE, y dijo que intentaría llegar a una gran alianza de izquierdas, sumando los 69 diputados (dispersos) de Podemos y los 2 de Izquierda Unida. Alberto Garzón, de este último partido, sí dio un 'sí' bastante más asequible para el socialista.

Para dar fuerza a su propuesta, Sánchez viajó a Portugal, donde gobierna el socialista António Costa por medio de la tan conocida y controvertida alianza de partidos de izquierda, con comunistas y anti-europeístas incluidos. Allí, el líder del PSOE conoció cómo funcionaba esa coalición y volvía a España entre miles de críticas por intentar hacer una alianza similar en nuestro país, aunque Iglesias esperaba un cambio de postura en su posible socio y poder darle un sí.

Hasta ahí la historia. Ahora, las intenciones de cada uno. En realidad, Iglesias, estaría ultimando su gran plan, el cual lleva mucho tiempo tramando: fagocitar a todas las viejas formaciones de izquierda para liderar en solitario ese sector político en España. Ya se deshizo fácilmente de IU, sólo salvada in extremis y de forma paupérrima por el empuje y la buena imagen de Garzón entre el electorado. Ahora, supuestamente, su siguiente objetivo era acabar con el PSOE, un partido en crisis desde que Zapatero se marchara y Rubalcaba perdiera las elecciones de 2011, iniciando una caída libre en Ferraz.

Por eso Iglesias fuerza a un pacto imposible con el PSOE. Los socialistas no podrían aceptar nunca la convocatoria de un referéndum en Cataluña, y con ello preparaba su caída absoluta hicieran lo que hicieran. Por eso ahora se está especulando que claramente Sánchez juega a dos bandas. Ha intentado hacer fuerza y mostrarla al PP, dejando claro que, si quiere (y si puede), gobernaría el país con esa alianza de izquierdas. Pero en realidad estaría simplemente forzando a Rajoy a marcharse y formar un gobierno de coalición que no tuviera color político claro, impidiendo así que de cara tanto en España como en el exterior se perciba como que el PP gobierna con apoyos del PSOE.

De ahí la noticia que circulaba desde el mismo miércoles 13, cuando se constituían las Cortes: el PP estaría pensando ya en ofrecer a la actual vicepresidenta, Soraya Sáenz, como la figura de consenso para que se pueda investir a una candidata de la lista más votada en la llamada 'segunda ronda de las negociaciones', una vez que todos los gallitos se terminen de pelear por si investir a Rajoy o a Sánchez, jugando con Podemos y Ciudadanos como partidos emergentes y de importancia, pero vetados por parte del bipartidismo clásico a la hora de repartirse el poder.

Teniendo en cuenta que hay hasta 3 meses de plazo desde el 20 de diciembre, en esa “segunda ronda” de negociaciones el PP podrá, por fin, aprovechar la carta de Soraya, la misma que se jugó en el famoso debate “a 4”. Sería repetir, de alguna manera, la fórmula catalana, con Carles Puigdemont como candidato sorpresa a suceder a Artur Mas.

El polémico nombramiento de Patxi López

Y por último, nadie debe olvidar una cosa: el polémico nombramiento de Patxi López como presidente del Congreso. Si el PP renunció a colocar a alguiende su partido y Ciudadanos lo apoyó, fue por que podría haber claramente una contraprestación. Albert Rivera ya dijo y dejó bien claro a todos que si apoyó al PSOE para investir a López en ese cargo institucional era a cambio de renunciar a presidir un futuro gobierno, en clara alusión a Sánchez.

Así están las cosas en estos momentos. Nos esperan 2 meses de mucha estrategia y declaraciones incendiarias. Pero al final habrá consenso. A nadie le interesa unas nuevas elecciones... ¿salvo a Podemos? Más razón para que PP y PSOE se pongan de acuerdo antes de ver el peligro de ser sobrepasados por los emergentes. Y luego está Europa, que se niega a otro caso como Portugal pero en un país de mayor relevancia en la política continental. La presión desde Bruselas, así como desde Alemania, es total para que no haya una coalición de izquierdas que haga peligrar la estabilidad de los mercados.

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