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Los 100 mejores discos de los años 60 (del 60 al 51)
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Los 100 mejores discos de los años 60 (del 60 al 51)

lunes 25 de enero de 2016, 11:38h

Después de repasar las 100 mejores canciones del pop español, los 50 mejores discos de lo que llevamos de década (2010-2014), y los 100 mejores discos de los años 80 ahora llega el momento de repasar los mejores discos de la conocida como década prodigiosa. Los 60 abrieron la Caja de Pandora de los sonidos, de aquí salieron los más importantes músicos de rock de la historia, en sólo 5 años, los que van de 1964 a 1969, surgieron más modas, estilos y figuras que en ninguna otra época, si el rock ya forma parte de la historia es porque también tiene parte de leyenda, como el Oeste de John Ford, y las mayores leyendas provienen de aquí, ¿conocen al Rey Lagarto? ¿Han paseado alguna vez por la Autopista 61? ¿Escucharon tocar la guitarra al Salvaje Ángel Azul? ¿Saben cuál es el reino de Sus Satánicas Majestades?... Los años 60 son territorio de leyenda.

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60. Crosby, Stills & Nash (1969)

A finales de los años 60 se puso de moda lo que se denominó como supergrupos, en los que varias estrellas del rock se juntaban en una misma banda. El término se empezó a utilizar tras la aparición de 'Super session', un gran disco en el que Al Kooper tocaba junto a Mike Bloomfield y Stephen Stills. Sería este último el que protagonizaría el supergrupo definitivo, Crosby, Stills & Nash, a los que un año después se uniría Neil Young. Stills había sido el líder de Buffalo Springfield, una de las grandes bandas americanas de la década, David Crosby procedía de los seminales Byrds y Graham Nash había formado parte de la 'Invasión británica' como parte de los Hollies. La química de sus voces conjuntas daría como resultado lo que se conoció como sonido Laurel Canyon que tendría un tremendo éxito en los 70 a través de la música de los Eagles, los Fleetwood Mac de Lindsay Buckingham y Stevie Nicks, o Jackson Browne. En su primer disco juntos aprovechan los vientos de vuelta a las raíces de The Band o el 'Sweethearts of the rodeo' para entregar unas canciones en las que folk y country se mezclan con sus inclinaciones más pop, todo ello marcado por unas armonías cercanas a la perfección como se puede comprobar en la histórica 'Suite: Judy Blue Eyes'.



59. Isaac Hayes - Hot buttered soul (1969)

Isaac Hayes y 'Hot buttered soul' son la figura y el disco sobre los que sobre los que, años más tarde, se construyó el trip hop. Y es que si James Brown puede decir que es el Padrino del rap, Isaac Hayes puso los samples más perfectos para Portishead, Tricky y cía. Puede que 'Walk on by' suene a anuncio de Martini pero eso es porque Hayes es la banda sonora perfecta de la elegancia y la seducción, dos de las cosas que intentaron copiar aquellos creativos.



58. Albert King – Born under bad sign (1967)

Uno de los tres 'reyes' del blues, junto a B.B. y Freddie, Albert King consiguió sus mejores resultados cuando fichó en 1966 por el mítico sello Stax. Acompañado por la banda fija del estudio, nada más y nada menos que Booker T. and the MGs con los Memphis Horns, King desgranó una serie de sublimes singles entre marzo del 66 y junio del 67 que se reunieron en este disco que salió a la venta en agosto de 1967. La influencia de Albert King y 'Born under a bad sign' en el rock es tan grande como subestimada, tanto es así que pocos saben que el solo de Clapton en 'Strange brew' es casi una copia nota por nota del de King en 'Oh, Pretty woman', claro que para que no haya ninguna duda del impacto los Cream versionarían la canción titular en 'Wheels of fire'.



57. Ray Barretto – Acid (1968)

Con 'Acid' Ray Barretto se metía de lleno en la fiebre del 'boogaloo', un género que mezclaba la música latina con el rhythm & blues en busca de encontrar un mercado fijo, en una música dominada totalmente por el rock anglosajón. Los números de este tipo de 'Acid' son verdaderas bombas antes las que cuesta mucho mantener los pies quietos, 'Mercy mercy baby', 'Soul drummers' y, principalmente, la espectacular 'A deeper shade of soul'. En estas canciones, cantadas en inglés, pone la voz Pete Bonet y consigue la mezcla perfecta entre el 'feeling' de los grandes del soul y el 'tumbao' de los nuyoricans, la comunidad portorriqueña de Nueva York. Pero lo bueno de 'Acid' es que no solo se queda en la nueva moda sino que adelanta los nuevos caminos salseros de la próxima década con canciones tan espectaculares como 'El nuevo Barretto', donde el son montuno se fusiona con el funk, resultando en otra canción irresistible. También conviene hacer notar como en esta canción, durante el inicio de trompeta, se puede apreciar la tremenda influencia que tuvo en la posterior mezcla de Santana entre la música latina y el rock. En las canciones en español, la voz principal la pone el gran Adalberto Santiago. Pero es que aún hay más. Siendo un apasionado del jazz, 'Acid', también incluye un par de instrumentales, incluido la canción que le da título, donde 'Mano dura' puede demostrar que, fuera de Tito Puente, no tiene rival como mejor percusionista latino.



56. Small Faces - Odgen’s nut gone but flake (1968)

El Reino Unido vivió su particular explosión musical en los 60, si bien los cuatro magníficos de aquella locura que se llamó 'British Invasion' fueron Beatles, Stones, Who y Kinks, detrás hubo un buen número de grandes bandas como los Animals, los Yardbirds, Them o los Pretty Things. De entre todas ellas destacaban los Small Faces de Steve Marriott y Ronnie Lane. El grupo mod por antonomasia comenzó fascinado por los artistas negros de rhythm & blues como Otis Redding y Bobby 'Blue' Bland pero fueron evolucionando con las modas hasta llegar a la psicodelia. Sus años en el sello Inmediate fueron los más fructíferos de su carrera y dieron como resultado dos grandes discos, uno titulado simplemente 'Small Faces' en 1967 y su obra maestra, 'Odgen’s nut gone but flake' en 1968. Este disco estaba dividido en dos partes, una primera con seis de las mejores canciones de su carrera y una segunda en la que se cuenta la historia de Happiness Stan y su búsqueda de la otra mitad de la luna. Si bien esta segunda parte ha envejecido peor, con su narración haciendo parones entre las canciones, la primera parte es uno de los Santos Griales del 'britpop'. Desde su comienzo con la canción titular, un instrumental que adelanta la carrera de los Charlatans en más de 20 años, hasta la icónica 'Lazy sunday' que servirá de inspiración para el 'Parklife' de Blur. Ésas seis canciones son un curso avanzado de música popular británica.



55. The Who - My generation (1965)

El debut de una de las bandas más arrolladoras que ha existido es tan impetuoso e intenso como cabría esperar. La canción que le da título es uno de los grandes himnos de la música rock y no ha perdido ninguna de sus virtudes más de 50 años después de ser grabada (a pesar de que Roger Daltrey siga cantando aquello de "prefiero morirme a hacerme viejo" con más de 70 años) pero el resto de 11 canciones no la desmerecen. Desde el irresistible beat de 'The kids are alright', que se puede considerar una de las piedras sobre las que se construyó el power pop, hasta el riff de 'A legal matter', pasando por las dos versiones de James Brown, 'I don't mind' y 'Please, please, please', 'My generation' sirve como prueba fundamental de que todos los elementos que hicieron grandes a los Who, la alocada batería de Keith Moon, la poderosa voz de Daltrey, el virtuosismo sosegado de John Entwistle y las magníficas composiciones de Pete Townshend, ya estaban presentes en sus inicios.



54. The Byrds - Mr. Tambourine Man (1965)

Otro debut totalmente icónico e influyente. Los Byrds eran un grupo de cantantes folk (Roger McGuinn, David Crosby y Gene Clark) que se había vuelto loco tras ver la película 'A hard day's night' de los Beatles. Juntos unirían la música de los Beatles con la de Bob Dylan creando en el intento lo que se conoció como folk rock. Al trío inicial se les uniría el batería Michael Clarke (que fue recrutado por su parecido con Brian Jones de los Rolling Stones) y Chris Hillman, un bajista que venía del country y sería una de las piezas fundamentales de la banda en sus siguientes discos. Pero en este debut las tres figuras más importantes eran McGuinn, creador del sonido del grupo con su Rickenbacker de 12 cuerdas, Crosby, el encargado de armonizar sus voces como los ángeles, y Clark, el principal compositor del grupo, que les dio sus mejores canciones, 'I'll feel a whole lot better', 'You Won't Have to Cry', 'I Knew I'd Want You' o la maravillosa 'Here without you'. A pesar del increíble nivel de las canciones de Clark, el grupo prefirió dar preferencia a sus versiones de Bob Dylan (las mismas que hicieron exclamar al autor de 'Like a rolling stone': "Wow, puedes hasta bailar con ellas"). Hay cuatro en este disco, entre ellas, sus dos singles principales, 'Mr. tambourine man' (la canción que les lanzó a la fama) y 'All I really want to do'.



53. Pink Floyd - The piper at the gates of dawn (1967)

Pink Floyd son conocidos principalmente por sus grandes discos de los años 70 dentro de lo que se conoció como rock progresivo pero sus inicios fueron totalmente diferentes aunque igualmente brillantes. Liderados por la brillante locura de Syd Barrett Pink Floyd fue una de las grandes bandas psicodélicas del Reino Unido. En su debut, 'The piper at the gates of dawn', se mezclan las largas improvisaciones instrumentales, como 'Interstellar overdrive', que les hicieron famosos por su directos con las canciones más cortas y pop de Barrett. Son estas últimas las que más brillan, con su mezcla de melodías infantiles, letras surrealistas y psicodélicas locuras de una mente al borde del colapso. El consumo de LSD por parte de Barrett durante la grabación del disco, no ayudó mucho a alguien que era de por sí, esquizofrénico, sufría trastorno bipolar y algo de autismo. Nunca volvería a alcanzar las cotas de este disco, a pesar de que en 'The madcap laughs' se encuentran muchas pruebas de su genio, pero 'The piper at the gates of dawn' sirve como testimonio de la genial locura de Syd Barrett.



52. The Zombies – Odessey & Oracle (1968)

Los Zombies también eran parte de esa 'Invasión británica' que arrasó las listas de éxitos americanas a mediados de los 60. Pero la banda no fue capaz de repetir el éxito de 'She's not there' o 'Tell her no' y para 1967 parecían encontrarse en un callejón sin salida. Con un presupuesto ínfimo, que llevó a que Rod Argent y Chris White, los compositores principales, tuvieran que hacerse cargo de pagar por las mezclas en estéreo, los Zombies grabaron en Abbey Road una de las grandes obras maestras del pop barroco y psicodélico. Canciones como 'Care of Cell 44', 'Beechwood Park', 'This Will Be Our Year' o 'Time of the season' eran auténticas gemas a la altura de unos pocos elegidos. Para cuando, en 1969, casi dos años después de su publicación, 'Time of the season se convirtió en un éxito en EEUU y el disco fue reeditado, la banda llevaba más de un año separada.



51. Cream – Disraeli gears (1967)

En Julio de 1966 Clapton dejó a Mayall y a los Bluesbreakers, donde fue sustituído por el gran Peter Green, y se unió a los dos músicos que, como él, habían sido nombrados los mejores con su instrumento por una revista especializada, Jack Bruce y Ginger Baker. El nombre que eligieron demostró que el power-trio no tenía abuela: Cream (lo que es curioso porque, en el caso de Clapton, no solo tenía abuela sino que se pasó toda su infancia pensando que era su madre). 'Disraeli gears' es el segundo disco de la banda y el mejor de su corta discografía. A pesar de seguir fuertemente enraizados en el blues, fue en este disco donde Clapton se olvidó de sus preceptos más puristas y se dejó llevar por los aires psicodélicos de la época, 'Strange brew', es el perfecto ejemplo pero es en 'Sunshine of your love', donde los Cream se convertirán en el ejemplo a seguir por las bandas de hard rock y heavy de los siguientes años. Un riff perfecto y machacón que abriría la puerta a un sonido que seguirían Led Zeppelin, Black Sabbath o Deep Purple, por sólo nombrar a los más significativos.

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