El ex ministro del Interior José Luis Corcuera ha llegado al cónclave de ‘viejas guardias’ socialistas con ánimo peleón. Al ir a entrar a la comida en un hotel de Madrid en la que antiguos dirigentes del partido se reunían para consensuar una postura común sobre la negociación de investidura que llevarán al Comité Federal de este sábado, Corcuera ha tenido un encontronazo con la periodista Marta Nebot de AR.
A las preguntas de la reportera sobre la excepcionalidad de la reunión de unos sesenta históricos del PSOE, Corcuera respondió con un irónico: “Iglesias nos ha dicho, reuniros hombre…”. A continuación, el ex ministro trató de increpar a la periodista preguntándola si era "de Podemos” y se aventuró a sugerir que sus palabras no le gustaban nada, al contrario de “lo que dice Errejón”. La periodista insistió entonces en que este tipo de grandes encuentros no suelen ser habituales, pese a que Corcuera trataba de calificar la cita de reunión de “amigos y de compañeros”.
Finalmente, el encontronazo terminó con unas disculpas mutuas por la palabra “habitual” que usó la periodista y el ataque político a la neutralidad de la reportera, pero en las redes sociales la fea anécdota no pasó inadvertida. Muchos tuiteros recordaron los antepasados ‘liberales’ de Corcuera y su famosa ‘patada en la puerta’.
No me he enterado de nada de lo de Corcuera, sé que tiró una puerta abajo y poco más.
Corcuera es una persona que está muy resentida porque considera que desde el Psoe no se le defendió con determinación cuando tuvo que entrar en la cárcel. Hasta cierto punto puede ser comprensible, pero de ahí a compartir pensamientos y actitudes con los ultraderechistas con quienes se junta en 13 TV, media un abismo. Lo mismo le ocurre a Leguina, cualquier diría que fue un icono del socialismo en los ochenta. Pero a diferencia de Corcuera, él no tiene ningún motivo para el rencor, sino todo lo contrario, debería estar agradecido por haberle mantenido en cargos con grandes sueldos públicos para no tener que volver a trabajar en su vida.