En lugar de elecciones, Sánchez e Iglesias convocarán un ‘referéndum’ si llegan a un acuerdo

Pedro Sánchez ha recuperado la iniciativa política con su discurso ante el Comité Federal celebrado este sábado. Ha asumido la responsabilidad de intentar formar Gobierno si este lunes se lo propone Felipe VI, ha prometido negociaciones “con luz y taquígrafos” y ha desarmado a Pablo Iglesias, que ya no podrá acusarle de estar en manos de la ‘vieja guardia’ y los barones del PSOE: la decisión la tomarán los militantes socialistas, igual que harán los de Podemos.

Un anuncio que al mismo tiempo ha sacado a la luz las divisiones internas del PSOE ya que, además de interpretarse como una forma de desarbolar a los barones que exigen ratificar cualquier pacto de gobierno y fiscalizar las negociaciones, ha sido una sorpresa para muchos de ellos -Díaz, Puig, Vara, Page...- a pesar de las reuniones individuales que han mantenido con el secretario general durante toda la semana. Al parecer sólo el aragonés Javier Lambán sabía algo cuando sacó el tema a relucir estos días. O ha sido una idea de última hora, o la brecha entre Sánchez y el 'aparato' es desde hoy una sima infranqueable.

El follón para decidir la fecha del Congreso y las correspondientes primarias que debe elegir un nuevo secretario general o ratificar a Pedro Sánchez también podría estar detrás de su 'sorpresa' a los barones que han obligado a César Luena a adelantar su calendario un mes, de junio a mayo. Andalucía incluso hablaba de abril. Al final todo depende de si se repiten las elecciones, en cuyo caso nada de lo dicho hoy serevirá para nada, según se ha informado desde Ferraz más tarde.

Fuentes de la dirección del PSOE han puntualizado también que la consulta a las bases no será vinculante, aunque sí "compromete políticamente" al Comité Federal, que se reunirá después para pronunciarse sobre ese hipotético pacto.

Según han explicado fuentes de la dirección socialista, aunque todavía no se han elaborado las bases reguladoras de esta consulta, el modelo será similar al que se hizo para la elección por primarias del secretario general antes del congreso extraordinario de julio de 2014.

Sánchez ha iniciado su discurso con un nuevo mensaje a Mariano Rajoy “para que abandone toda esperanza… el PP debe pasar a la oposición… la estabilidad no la puede dar un partido carcomido por la aluminosis de la corrupción”.

En consecuencia, “el PSOE asumirá su responsabilidad y se presentará al debate de investidura. No voy a ser presidente a cualquier precio pero que no voy a hacer pagar a los españoles cuatro años más de Rajoy”.

En la búsqueda de ese posible pacto no parece figurar por ningún lado Ciudadanos. Sus mensajes parecen ir dirigidos directamente a Podemos sin citarlo: Uno en clave personal al decir que ha sido “víctima de arrogancia y desplantes”, a los que ha respondido “con respeto”; y el otro en clave de partido para “aquellos que están pendientes de los sillones, de los grupos parlamentarios, de intercambio de cromos obsceno de cambiar gobiernos autonómicos por el del Estado [la propuesta de Rajoy]… No vamos a hablar de sillones, vamos a hablar de cómo vamos a resolver los problemas de los ciudadanos: desigualdad, falta de oportunidades, garantizar las pensiones, actualizar el marco de convivencia... Vamos a hablar de programa programa y programa”.

Sánchez ha intentado tranquilizar a quienes ven un riesgo en depender de la abstención -o ausencia- de ERC y Convergència (DyL) para el éxito de ese posible gobierno ‘del cambio’. Cuando el PSOE gobernó nadie le planteó una declaración unilateral de independencia y frenó el plan Ibarretxe”, ha dicho mientras ya se empiezan a escuchar voces como la del presidente de Aragón, Javier Lambán, que "No hay ninguna contraindicación para pactar con partidos que tienen esto en los estatutos [el derecho de autodeterminación], pero que no lo imponen como condición para el acuerdo".

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