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Todos iguales, todos diferentes ('Pantone 361')

Todos iguales, todos diferentes ('Pantone 361')

martes 09 de febrero de 2016, 09:59h

‘Pantone 361’ es la denominación que en el argot de los diseñadores gráficos y otras profesiones que trabajan con colores específicos, bien determinados, tienen que dar a estos para no errar nunca. En este caso, el 361 es el “verde césped”, como se dice docenas de veces en esta comedia del mismo título, fresca, ágil y divertida que ha escrito y dirigido una joven dramaturga manchega, María Gómez-Comino Mata (para ser la primera no ha podido hacerlo mejor). Ha sabido rodearse de un reparto que ha entendido a las mil maravillas las intenciones de la autora: Nando Jiménez, Inés Sánchez, Miguel Valentín y Aida Villar.

Sobre el escenario, efectivamente, hay solo cuatro actores, pero los personajes se multiplican porque dos de ellos tienen varios papeles en la función. Fernando Jiménez es Carlos Ruiz, el padre de la criatura. Se encuentra tan traumatizado como aterrorizado con el nacimiento de su hijo… digamos especial. Su esposa esAida Villar, Claudia, la madre del bebé, que pone siempre y por encima de todo su amor materno, y su sentido común, para compensar la inmadurez de su marido. La multiplicación de identidades recae en los otros dos compañeros de reparto: por un lado, una graciosísima Inés Sánchez, que lo mismo se pone en la piel de una Enfermera en el hospital, que en el de Bárbara, hermana de Carlos Ruiz; en el de Valeria, unaamiga catalana a quien se encuentra en un supermercado, como enel dela psiquiatra Juliana, una profesionalargentina de libro. Y, por otro lado, Miguel Valentín se mete también en la piel del Oso Meloso; Alfonso, el marido de Valeria en el supermercado; Julián, el estudiante de último curso de psiquiatría ayudante de la doctora argentina Juliana; Benigno, el presentador del programa de TV -quizás su mejor logro, junto al de Julián- y, por último, el papel de el Hombre Verde que se encuentra Carlos en un pueblo, al que se retira para tratar de encontrarse a sí mismo…

El montaje, en una primera lectura, es una comedia ligera, sencilla, de fácil asimilación, que provoca la risa y hasta la carcajada con facilidad asombrosa (por cierto, a todo tipo de público, porque es de esas piezas recomendadas para espectadores de 9 a 100 años), pero debajo de lo aparente subyace también una segunda y más profunda lectura, que hace mucho más seria y universal la pieza.

Hace algunos años, el gobierno español de turno, presionado por el movimiento asociativo de la discapacidad, acuñó un slogan en una campaña publicitaria, que podría adscribirse a este ‘Pantone 361’: “Todos iguales, todos diferentes”. Dicho en otras palabras, que a ver quién se atreve a expedir los carnets de “normalidad”. El bebé de la joven pareja tiene cierta particularidad que le hace ser un niño distinto pero, a la hora de “etiquetar” esa diferencia, puede hacerse en positivo (“su singularidad va a marcar tendencia”, “… es un niño índigo”), o en negativo (“es un niño raro”, como piensa el padre).


Etiquetas

Los estereotipos, los prejuicios, las etiquetas las llevamos todos (o casi todos) bien organizadas en nuestros bolsillos, y rápidamente tiramos de ellas cuando nos ponemos frente a alguien diferente, al menos a primera vista. Esa es una tentación de la que es muy difícil librarse si uno no tiene ya bien asentado en su cabeza que todos, absolutamente todos nosotros, tenemos alguna particularidad (¡que se vea o no, es ya otra cosa!) que nos hace ser también distintos. Ese solo hecho debiera hacernos ser mucho más comprensivos y tolerantes con el otro, y ‘Pantone 361’ ayuda mucho a entenderlo, y no en plan académico, ni dramático, ni trágico, sino con un gran sentido del humor, y hasta con ciertas alusiones a la actualidad social y política (Podemos, Ahora Madrid…), que muy bien podría haberse ahorrado la autora sin que por ello la comedia perdiese un ápice de fuerza.

La también sencilla escenografía de Pepe Aragón, es multifuncional porque unas cuantas cajas de madera, convenientemente colocadas, hacen lo mismo de mesitas y asientos de salón, como salita de espera de hospital, gabinete médico o estudio de televisión. La iluminación es, asimismo, muy eficaz en su contribución al cambio de los diversos ambientes por los que se transita en la obra. Y, por último, la canción original de Marta Quintana, es tan pegadiza que uno sale silbándola sin darse cuenta al terminar la función.

‘Pantone 361’ nació en el seno del Máster en Creación Teatral de la Universidad Carlos III de Madrid dirigido por el dramaturgo y director teatral Juan Mayorga. El proyecto se forjó en todo un año de estudio y trabajo, de escribir, reescribir, repensar todas y cada una de las escenas, las características y los rasgos psicológicos de todos los personajes y, además, del trabajo que María Gómez-Comino ha hecho con otros profesionales del medio y los actores participantes en el montaje. Eso se nota, y mucho. Y prueba, una vez más, que los trabajos bien hechos no suelen ser producto de la inspiración de las musas, sino fruto del esfuerzo, la constancia y la pasión. La que ha puesto su joven autora, los también jóvenes intérpretes y el joven equipo artístico y técnico del montaje, que aseguran al espectador una hora y media divertidísima que, en los tiempos que corren, buena falta hace…

‘Pantone 361’

Autoría y dirección: María Gómez-Comino Mata

Reparto: Nando Jiménez, Inés Sánchez, Miguel Valentín, Aida Villar

Producción y contenido audiovisual: Antonio Maiquez

Compañía Teatro Kumato

OFF DE LA LATINA (Mancebos, 4.- Madrid)

Hasta el 28 de febrero, todos los domingos a las 20:30 h.

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