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La pasión según San Mariano

viernes 12 de febrero de 2016, 06:00h

Se acabó el Carnaval y aunque algunos diputados siguen disfrazados todo el año como Alicia Sánchez Camacho con sus labios más propios de una mujer de Tanzania que de su Blanes natal, o Gabriel Rufián, ese joven diputado de Esquerra Republicana que va de modelo de Mango, pero con camiseta estelada, comienza desde el pasado miércoles de ceniza, una cuaresma que dejara a Rajoy compuesto y sin Moncloa.

Para abrir estos días de moderación y vida recatada como manda la tradición cristiana, el aún presidente en funciones ha empezado su penitencia dirigiéndose a donde no tenía ninguna duda que sería bien acogido y hasta aclamado. Su discurso en el Senado ante los muchos parlamentarios de su grupo político, allí mismo donde el PSOE presta escaños a independentistas por no sabemos qué extraña razón y Pio García Escudero desafiante y altivo como siempre, empuña la antorcha de la mayoría absoluta. Allí, donde el gallego de la barba blanca y el pelo teñido, cosecha tantos aplausos como en los mítines de Valencia cuando recibía grandes ovaciones al decir “Paco (Camps) yo creo en ti” o “Te quiero Alfonso (Rus), coño, te quiero” ¡Qué tiempos aquellos! Si, allí en el Senado, donde Rita Barberá, una coleccionista de bolsos de firmas de primer nivel se parapeta por si la Fiscalía, aunque en fecha tan señalada no ha asistido junto a los otros senadores del Partido Popular, porque según algunos no era bueno que la vieran con Rajoy, aunque la verdadera razón de su ausencia estaba motivada porque se había puesto enferma su peluquera, esa que le hace esa obra de arte capilar a caballo entre una cresta y un tsunami solidificada cual escultura marmórea con toneladas de laca de la que amenaza la capa de ozono. Allí, donde Rajoy ha hecho un canto a la victoria en las elecciones del 20-D que defenderá cual numantino, pues el que gana, según él, es quien gobierna y quiere seguir siendo Presidente pues según le dicen los amigos de Sanxenxo, remedando lo que le decían al torero Marcial Lalanda, ¡Mariano, eres el mas grande!.

Destacó en dicho acto el encendido discurso de Xosé Manuel Barreiro, portavoz del PP en el Senado, que repitió hasta la saciedad cual niño del Colegio de San Ildefonso, que todo el partido se siente "orgulloso y agradecido por el temple y la lealtad demostrada por Rajoy con este país". Esto último, lo de la lealtad, creo que si lo escuchan en la Zarzuela le podrían decir unas cuantas cosas al respecto.

Sorprende, aunque ya no es novedad, que dé lecciones de democracia, el mismo que la ignora, pues en cualquier sistema parlamentario, la suma de escaños es la que configura la creación de un gobierno y no aquel que ha obtenido una mayoría minoritaria, si esta es insuficiente para obtener apoyos de otras fuerzas políticas. Este mismo discurso dicho de Despeñaperros para abajo, puede provocar sonrojo y como se dice por allí, “anda que no tiene guasa el tío malaje este”, pues todo su empeño después de la victoria del PSOE en las elecciones andaluzas, era que gobernasen los que ahora él llama, “el gobierno de los perdedores”, con Juanma Moreno Bonilla como Presidente de la Junta, aunque de lejos, la lista más votada fue la de los socialistas.

Pero continua este arranque de la primera semana de Cuaresma, con una entrevista con Albert Rivera, aquel que se postula como el novio de todos, ese que pone una vela a Susana Díaz y otra a Cristina Cifuentes, pues todos los santos merecen su cirio y también su protección. En su entrevista Rajoy ha vuelto a insistir en su “gobierno sensato” formado por PP, PSOE y Ciudadanos como única fórmula de no ir a unas nuevas elecciones, ese gobierno donde por una vez y sin que sirva de precedente, se entiendan, el bueno (Rivera) el feo (Rajoy) y el Malo (Sánchez) pues este último se ganó ese calificativo la noche del debate donde llamó indecente al feo.

De esa reunión entre el bueno y el feo, han vuelto a hablar de alcanzar pactos incorporando al malo, en la lucha contra el paro y la corrupción, Europa, la defensa de la unidad de España y de la soberanía nacional frente al independentismo y una agenda de reformas. Si se logra esa meta, según decía el bueno, “habrá quedado demostrado que el pacto de Gobierno a tres es posible, y llegará el momento de hablar de quién y cómo lo forma”. Parece que Albert, sigue sin enterarse que en ese hipotético caso, solo se contempla la posibilidad de un gobierno con Rajoy al frente.

Pero como la semana tiene más recorrido, Mariano Rajoy tendrá que ir al Congreso de nuevo, pero no al debate de investidura como debería haber hecho hace días, sino a entrevistarse con Pedro Sánchez en el primer viernes de cuaresma en funciones. Tenía yo mis dudas de otro numerito de protocolo diciendo Mariano que si quería hablar Pedro Sánchez con él, que se acercase a la Moncloa, pero bien pensado, el sagaz gallego no quiere verse en el compromiso de que el aspirante, ya que están allí, le diga que le enseñe el palacio, pues Begoña su mujer ,le ha pedido que tome unas medidas para llevarse un mueble al que tiene mucho cariño y por lo que ha visto por la tele, no sabe muy bien si va a caber allí.

Se verán en el Congreso y cual crónica de una muerte anunciada, nada se espera de esa reunión, salvo conocer a que se refería Rajoy cuando decía “le recibiremos como se merece” lo cual desbordó el entusiasmo de los genoveses cuando imaginaban a Fernández Díaz diciendo que “ETA desea a Podemos” y a Margallo gritando “un gobierno con Podemos nos sacaría de la lucha contra ISIS”, a la vez que no pararían de arrojar todo tipo de hortalizas como quien viene de Mercamadrid estrellándolas contra el cuerpo del aspirante, llamándole intruso al chico de la sonrisa eterna, que presumiblemente va a acabar ocupando la presidencia del llamado gobierno insensato y de perdedores como le gusta llamar a Mariano, aun cuando se encuentre claramente legitimado por el voto ciudadano.

Pero alguien más se ha encargado de amargarle la semana y de estos, no se lo esperaba en ningún caso. Los empresarios, que siempre están a la que viene, con el mismísimo presidente de la patronal CEOE Juan Rosell al frente, ha asegurado que no teme la posibilidad de un Gobierno PSOE-Podemos, según dijo en rueda de prensa tras reunirse con el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, al que esta vez su estilista le aconsejó que vistiese sin corbata cual sindicalista, pero con un jersey rojo bajo su camisa, para entonar con la corbata del propio Rosell. A este último tampoco le preocupa si esta situación acaba desembocando en unas nuevas elecciones generales, es decir que ha presentado dos escenarios y en ninguno de ellos Rajoy ni está, ni se le espera. Ante estas declaraciones de Rosell, el presidente en funciones un poco aturdido, no paraba de preguntar, como si ante Carlos Alsina estuviese:”……¿y la europea?”.

José Joaquín Flechoso Sierra
Colaborador en medios de comunicación relacionados con tecnología
Director de una sesión mensual de networking donde entrevisto s diferentes personajes del mundo empresarial, administración, cine o moda entre otros.
Articulista sobre temas de actualidad política en diversos medios digitales

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