No soy muy asiduo a ver Canal Sur porque no me gustan las televisiones temáticas y tanto en ésta como en Tele 5 siempre y a todas horas que las sintonizas están los mismos personajes, Juan Imedio en la tele andaluza y el tal Jorge Javier Vázquez en la de Berlusconi. ¿No va a haber paro en España si entre estos dos copan el puesto de una docena de presentadores? Sin embargo cuando anunciaron en la RTVA que iban a entrevistar al ex presidente del Gobierno, Felipe González, en un nuevo programa de debate que se llama “¿Y tú que opinas?” y que presenta Mariló Maldonado, fui uno de los más del millón de andaluces que en algún momento se detuvo a contemplar y oir lo que Gonzáleziba a decir de Pedro Sánchez, de Mariano Rajoy, de Pablo Iglesias, de Chaves, de Griñán, de los EREs y, por supuesto, de la niña de sus ojos, Susana Díaz.
Al final quedé bastante defraudado no sé si por la ineptitud de los entrevistadores o por la negativa de González a meterse en algún charco que le salpicase. Lo único que valió la pena fue la comparación que hizo de Iglesias con el presidente del Gobierno en funciones, “Iglesias es comoRajoy, pero al revés”, dijo, aludiendo a que el líder de Podemos ya ha formado su Ejecutivo sin que el Rey le haya encargado nada, y el consejo que le dio a la presidenta de la Junta para que diese un paso atrás en su pretensión de alcanzar la Secretaría General del PSOE. “Si yoestuviera en la piel de Susana Díaz, afirmó Gonzalez, no iría a la Secretaría General en mayo ni a la candidatura a la Presidencia del Gobiernoen las próximas elecciones”. El que avisa no es traidor. El ex presidente se conoce el partido que él mismo refundó en los años sesenta y sabe que hay que medir muy bien los tiempos para no quemarse. Cualquier paso en falso que Susana dé en estos momentos críticos podría provocar un rechazo visceral de sus militantes que entenderían como una traición cualquier zancadilla o crítica a Pedro Sánchez.
Y Susana, a quien se le puede tachar de cualquier cosa pero que es lista como el hambre y está magníficamente asesorada, ha recogido el guante y, tras agradecerle a Felipe su consejo, ha plegado velas hasta que su secretario general en funciones consiga o no su pretensión de ser investido como jefe del Ejecutivo. Hasta entonces ya verán, todo serán parabienes por parte de los barones díscolos que tendrían que comulgar con ruedas de molino si, finalmente, Sánchez logra firmar un pacto de Gobierno con Pablo Iglesias.
Y es que Felipe como le ocurre a muchos de los miembros de la vieja guardia socalista, los llamados “jarrones chinos”, sabe que el futuro del PSOE no está desde luego en manos de Pedro Sánchez quien, si acaso, sólo podría conducir a su histórico y centenario partido hacia un mayor descalabro del actual, sino en la presidenta andaluza quien les ha demostrado saber guardar las formas y tener un sentido de Estado muy por encima de cualquier otro de sus actuales dirigentes.
Un antiguo responsable socialista andaluz, que ostentó en su momento importantes cargos orgánicos e institucionales, me lo confesaba hace unos días:”Desengáñate, Benito. Pese a tu inquina, Susana representa el futuro del partido y yo te diría más, el mejor futuro para España. O al menos el menos malo dadas las actuales y tristes circunstancias en las que nos movemos. Como tú bien sabes yo era uno de los que más batalla planteó cunado Pepe Griñán la propuso como secretaria general del partido y despues como heredera de la Presidencia de la Junta. A mí, entonces, me pareció una locura. Pero el tiempo, y a los hechos me remito, me ha obligado a reconocer lo equivocado que estaba. En momentos claves, Susana ha dado la cara. De momento solo de boquilla pero yo estoy convencido de que todo lo que dice sobre la unidad de España y sobre un pacto con el PP y con Ciudadanos para sacarnos del actual atolladero, lo siente de verdad. Qué distinto hubiese sido para todos, y fundamentalmente para España, que nuestro candidato a la Presidencia del Gobierno en las pasadas elecciones del 20 de diciembre hubiese sido Susana en lugar de Pedro, Y no sólo por los resultados que hubiésemos obtenido que no serían, como ella le ha hecho ver al secretario general en el Comité Director, los peores de la historia, sino porque ahora tendríamos una lider garante del ideario socialista y en la que todos podríamos confiar”.
Reconozco que puede llevar razón aunque pongo en duda muchas de las taxativas afirmaciones de mi contertulio. Esa confianza absoluta en lps valores de Susana debe de ser confirmada por los hechos y, a las pruebas me remito, ni en el asunto de la corrupción ni en otros muchos que atañen a la Junta, Susana ha resuelto nada. De momento todo se queda en palabras y frases más o menos bonitas. Y de eso, sólo de eso sin realidades que lo ratifiquen, todos estamos ya bastante hartos.
Si (
No(
