Las contradicciones de los políticos, al descubierto: 'Cuando dije digo…'

PSOE: cuando la subida del SMI era ridícula… y Podemos tenía 'cuernos'

El Gobierno del PP aprobó en diciembre una subida del 1% del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), lo que se traduciría en un aumento de 6,5 euros hasta los 655,2. Este ascenso fue tachado por el PSOE de “claramente insuficiente” ya que en su programa electoral se apostaba por subirlo “para que alcance, en el término de dos legislaturas, el 60% del salario medio neto". En cambio, en el pacto cerrado entre PSOE y Ciudadanos se recoge expresamente una subida "de al menos un 1% con el fin de ir recuperando su pérdida de poder adquisitivo". Es decir, de momento se quedaría como está.

Otra de las perlas extraídas de la hemeroteca socialista se refiere a Podemos. En septiembre de 2014, Pedro Sánchez aseguraba: “Podemos es populismo, no pactaremos con ellos". Sánchez aseguraba que la formación morada pretendía “convertir a España en Venezuela” y que su partido no pactaría “ni antes, ni durante, ni después” de las elecciones. Sin embargo, el PSOE llegó a acuerdos con Podemos tras las elecciones autonómicas y municipales en distintas regiones y el actual candidato a la investidura de la presidencia del Gobierno ha insistido en tender la mano a Pablo Iglesias para favorecer su llegada a La Moncloa.

Precisamente el pacto entre PSOE y Ciudadanos contiene otra de las que fuera una ‘línea roja’ para Sánchez. El contrato único propuesto por Ciudadanos fue criticado por Sánchez con el argumento de que sólo conseguiría “universalizar la precariedad” porque al despedir antes se reduciría la indemnización. “Hablemos claro: que sepan en España que el contrato único es una vuelta de tuerca a la reforma laboral", ha censurado Sánchez en el debate a cuatro previo a las elecciones. Sin embargo, el documento acordado por los socialistas y la formación de Albert Rivera reduce a tres los tipos de contrato laboral en un pseudo-contrato único que ha sido tildado de tercera reforma laboral por buena parte de la izquierda parlamentaria.


Ciudadanos y el "grupo de perdedores"

El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, también es presa de las contradicciones. Antes de los comicios Rivera aseguró que no apoyaría a “un grupo de perdedores” en contra de la lista más votada. "Votaré no a quien intente formar un grupo de perdedores para desbancar a una lista que gana las elecciones, porque España va mal pero puede ir peor", señaló. "No voy a apoyar a Podemos, Bildu y Compromís con el PSOE y los que además no ganen las elecciones", aseguró en una conferencia organizada por El Periódico de Catalunya.

Sin embargo, Ciudadanos ha sido el único grupo parlamentario en votar ‘sí’ al candidato Pedro Sánchez, al margen del PSOE que fue la segunda formación en número de votos en las elecciones.

Podemos: los sillones, el referéndum y los complementos salariales

Pablo Iglesias sostuvo en varias ocasiones previas a las elecciones generales que no entraría en un gobierno que no presidiese. Sin embargo, tras la audiencia con el rey en la ronda de contactos para buscar un candidato a la presidencia del Gobierno, Iglesias anunció su iniciativa de ‘Gobierno del cambio’ junto al PSOE e IU que le incluiría a él mismo como vicepresidente.

Muchos le recordaron entonces sus repetidas palabras: "Podemos no habla de sillones". Sin embargo, Iglesias ha asegurado que hablan de “equipos de Gobierno”.

Las prioridades de Podemos también han ido matizándose. Si bien Pablo Iglesias evitaba las palabras ‘líneas rojas’, sí llegó a decir sobre el referéndum en Cataluña: "No es una exigencia de Podemos, es de país" o "El referéndum en Cataluña es imprescindible". Sin embargo, tras los comicios comenzó a hablar de otras prioridades. “La única manera de defender la unidad de este país es con procedimientos democráticos”, sostuvo eludiendo citar al referéndum tras su encuentro con el presidente del Gobierno en funciones tras el 20-D.

Desde las elecciones europeas Podemos ha ido rebajando sus expectativas respecto a la Renta Básica Universal en varios pasos (de un subsidio a una mejora de las rentas mínimas a una propuesta de renta universal para jóvenes y mayores…), pero otra canción ha sido la del complemento salarial.

Esta medida, incluida en el pacto PSOE-Ciudadanos, llevaría a "premiar con dinero público a los empresarios que pagan bajos salarios", en lugar de ofrecer "derechos laborales", según Podemos. Sin embargo, en su propio programa electoral recogieron lo siguiente:

“Programa de Renta Complementaria Estableceremos un complemento para trabajadores con baja remuneración para eliminar la discriminación que supone la «trampa de la pobreza», y para garantizar el acceso de estos trabajadores a niveles suficientes de bienestar. Para aquellos beneficiarios de la Renta Garantizada que trabajen o encuentren empleo, supondría, de hecho, una retirada graduada (y no súbita) de la prestación conforme vayan aumentando sus ingresos salariales. Lo anterior supondrá garantizar unos ingresos mínimos de 900 euros mensuales para estos trabajadores, que también se incrementarán con el número de miembros de la unidad de convivencia. Este complemento solo será efectivo a partir de unos ingresos reconocidos del trabajo por encima de 250 euros, para evitar posibles situaciones de fraude”.

Mariano Rajoy: la corrupción, el plasma a los impuestos

El actual presidente en funciones ha estado en boca de todos por los continuos lapsus de los últimos meses, pero más allá de los ‘tropezones’ lingüísticos, Rajoy también ha sido presa de la hemeroteca.

La corrupción ha sido una de las losas que más ha pesado al PP. Pese a insistir una y otra vez desde la dirección del partido en que serían “implacables” contra la corrupción, Génova no logró sacar a tiempo de las listas electorales al ahora diputado ex popular, Pedro Gómez de la Serna, investigado por el cobro de comisiones irregulares ni logró convencer con la respuesta dada al caso Barberá blindándola como aforada en la Diputación Permanente de la Cámara Alta y Rajoy dio por buenas las explicaciones de la ex regidora valenciana.

La legislatura de Rajoy estuvo marcada por la polémica. “Aquí hay un presidente que va a dar la cara” y “no se va a esconder” aseguraba hace cuatro años sobre la formación de su equipo de Gobierno. Sin embargo, después se escudó en el plasma, a las preguntas grabadas y al balcón.

Además, en la campaña electoral de 2011, el PP prometió que bajaría los impuestos. "No voy a subir impuestos, al contrario, voy a bajarlos", sostuvo Rajoy en multitud de ocasiones. Sin embargo, ocurrió lo contrario.