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Por qué no voté a Chávez

viernes 07 de diciembre de 2007, 09:48h

El pasado domingo dos de diciembre voté en el Consulado de Venezuela en Bilbao. Puse la marca en el apartado del NO a la reforma constitucional propuesta por el Presidente Hugo Chávez. Y lo dije.

Tuve mis dudas. En Venezuela y en la colectividad vasca de Venezuela, salvo el caso de una minoría, el debate estaba entre la abstención y el NO. El argumento en relación con la abstención se basaba en que el sistema del voto electrónico no es fiable y si fácilmente manipulable. Venezuela, junto con Australia y algún otro país, son los únicos estados que votan con sistema electoral electrónico. Serios estudios universitarios y académicos han venido demostrando que salvo en su primera votación Chávez no ha ganado ninguna votación. Todas han sido manipuladas. Y he sido Observador en Electoral de las elecciones legislativas de hace dos años en las que toda la oposición unida dejó de ir a votar precisamente porque no se fiaba del sistema porque no es comprobable públicamente y si manipulable. Al año siguiente y por decir esto nuestra delegación en un informe, Chávez solo invitó a diputados y senadores de IU.

El NO lo propiciaba fundamentalmente el Movimiento Estudiantil. Un movimiento que coge peso, fuerza y rompe el discurso del militar porque ya no puede culpar a los viejos partidos, de desastre alguno. El lleva gobernando nueve años y son los jóvenes los que le dicen que lo que planteaba no era una reforma sino una nueva Constitución en el que el poder estaba en una sola mano, no había control alguno, la justicia solo existía como correa de transmisión, la libertad de expresión estaba cuestionada y con autocensura, y hasta los gobernadores los nombraba el presidente. “¿Ustedes admitirían que al Lehendakari lo nombrara Zapatero?” me argumentaba un chaval al que le habían roto la cara en una manifestación. “Pues lo que no quieren para el País Vasco no lo quieran para Venezuela”.

Pero por otra parte en mi pesaban varias razones.

La primera es que no me gustan los militares en el poder y menos los militares golpistas. Chávez dio un golpe de estado contra Carlos Andrés Pérez en 1992 y en dicho golpe murió Gaizka Etxearte el hijo del delegado del Gobierno vasco en Venezuela, Domeka. Ese crimen nunca fue esclarecido.

En segundo lugar creo en lo que dice el bergarés, euskaldun y Rector de la Universidad Católica, P. Luis Ugalde, que Chávez no es un hombre de izquierda, sino un populista peligroso. El P. Ugalde que nunca votó a Rafael Caldera, político al que votábamos casi todos los vascos, sabe de lo que habla. Es un hombre del mundo del centro Gumilla vinculado a la Teología de la Liberación y sabe lo que ocurre en los barrios de Caracas y cómo combatir la pobreza. “Chávez sin petróleo no es nadie. Y está dilapidando una riqueza que no es suya. Para repartir riqueza hay que crearla y él solo crea resentimiento social y no aborda la solución de los problemas” nos comentaba con pasión. El P. Ugalde es una de las bestias negras del militar.

Y además resulta que el movimiento estudiantil está liderado por un chaval, Yon Goikoetxea, con una cabeza bien amueblada, que no predica la violencia sino el entendimiento y que sabe, y lo ha dicho, que sus abuelos son de Gordexola y que el “País Vasco tiene derecho a decidir su futuro”. Salvo para unos pocos este chaval no ha sido noticia en Euzkadi y, sin embargo, tiene un gran futuro en la solución de aquel país.

En relación sobre el triunfo del NO he de decir que no me creo la escasa diferencia habida. Creo sin embargo que el resultado es mucho más abultado en relación con el NO.

Se dice, y eso se sabrá con el tiempo, que los militares y en especial quien fuera el ministro de defensa de Chávez hasta hace muy poco, le dijeron, junto al Alto Mando Militar, que tenía que acatar el resultado y a partir de ese momento fue cuando sacaron a los reporteros internacionales del palacio de Miraflores y desmontaron la tribuna ya preparada para la celebración.

Finalmente he de decir que en el Consulado de Bilbao, lugar donde se pudo comprobar la votación, el resultado fue: Mesa 1: Electores 275. SI, 12; NO, 73. Nulos: 1

Mesa 2: Electores 264. Votaron 69; SI 14; NO, 54. Nulos 1.

La segunda parte de la papeleta, la B. SI, 11. NO 75. Nulos 0.

Mesa 2. SI, 14. NO 53. Nulos 2.

El Consulado funcionó muy bien y no hubo el menor problema.

Como se ve el resultado en Euzkadi y en todos los Consulados del Estado español, fue de un NO rotundo a Chávez. El resultado fue el que es y no el que querían algunos que fuera. Y los votantes del NO ni son agentes de la CIA ni grandes burgueses como por aquí se ha dicho. Fundamentalmente es el venezolano medio, el vasco medio, preocupado por la deriva totalitaria de su gran país.

Y un comentario anecdótico final.

Tras votar fui al Palacio Euskalduna. Terminado el acto tras el discurso de Iñigo Urkullu, saludé al Lehendakari, que se interesó por la votación y me comentó: “Mira. Tú eres vasco aunque no tengas tu nacionalidad reconocida. Solo la española. Pero como naciste en Venezuela y estás inscrito, has votado desde aquí en un acontecimiento venezolano. Y no pasa nada. Eso es lo que debería ser. ¿En qué molesta que tú hayas votado hoy?. En nada. Eso es lo que queremos. Que podamos convivir distintas maneras de entender la identidad, los carnets, y el concepto nacional y que no pase nada y no se dramatice todo”.

Y es verdad.

Y, sobre Venezuela, solo pediría que se haga un seguimiento más minucioso de lo que está pasando en aquel país y que por aquí no se banalice con el hecho de que Hugo Chávez sea nuestra referencia porque se enfrenta al imperio y porque ha ganado todas sus elecciones. Ni se enfrenta al Imperio mas que tabernariamente, ya que sigue vendiéndole todo el petróleo, ni ha ganado todas las elecciones. Y, sobre todo, que mimemos desde aquí al P. Ugalde y a Yon Goicoechea y sigamos mas lo que dicen los vascos que viven en Venezuela y no los que conocen lo que ocurre allí sin saber el sabor de una arepa.
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