'Nuestra hermana pequeña': Kore-Eda no es Ozu

Es cierto que Kore-Eda podría optar al título de nuevo Ozu, yo mismo lo he recordado en sus anteriores película, ‘De tal padre tal hijo’ y ‘Kiseki’ (su particular ‘Buenos días’) pero ‘Nuestra hermana pequeña’, siendo la película que temáticamente más recuerda al director de ‘Primavera tardía’, no está a la altura, no sólo de la obra de Ozu, sino de la del propio Kore-Eda.

A propósito de su última película decía que Kore-Eda volvía “a confiar plenamente en su estilo pausado y cotidiano, similar al del maestro Ozu, sin dejarse llevar por el melodrama, haciendo que su película fluya de una manera muy similar a la vida misma”. Bien, pues em esta película el director japonés se ha dejado llevar por la tentación de estilizar la vida cotidiana, metiendo un paseo a cámara lenta por los cerezos en flor y otros realces más propios de la publicidad que del buen cine.

La película trata de tres hermanas veinteañeras que tras asistir al entierro del padre que las abandonó de niñas conocen a su medio hermana adolescente. La chica se irá a vivir con ellas y comenzará una especial relación con cada una de ellas. Con estos pequeños mimbres Kore-Eda es, normalmente, más que capaz de sacar poesía de una bonita historia de lo más cotidiana. Pero, aquí fuerza demasiado la máquina y no es capaz del todo de emocionar como era lo esperado.

No es que 'Nuestra hermana pequeña' sea una mala película pero se podría esperar más de alguien al que se ha llegado a comparar con Yasujiro Ozu. Y es que para que una película pueda llegar al nivel de 'La hierba errante' o 'El sabor del sake' tiene que tener un nivel de poesía del que esta película carece.