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Foto: César Lucas Abreu
Foto: César Lucas Abreu

El lirismo mórbido de 'Salomé', de Oscar Wilde, en el Fernán Gómez de Madrid

miércoles 23 de marzo de 2016, 08:29h

El novelista, poeta, crítico literario y autor teatral de origen irlandés, Oscar Wilde (1854-1900), escribió ‘Salomé’, una tragedia en un solo acto basada en la historia bíblica de la hijastra de Herodes Antipas, tetrarca de Judea, que pidió a su padrastro la cabeza de Jokanaán (el profeta San Juan Bautista), como recompensa por haber bailado ante él.

La ‘Salomé’ de Wilde, ya desde el principio, estuvo rodeada de escándalo y polémica, y ahora se representa en Madrid, en el Teatro Fernán Gómez, hasta el próximo 3 de abril. Victoria Vera es ahora Salomé, y la acompañan en el reparto Manuel de Blas (Herodes), Inés Morales (Herodías, madre de Salomé), José Carlos Illanes (Jokanaán), Jacinto Bobo (Narraboth), Ignacio Gijón (El Paje de Herodías), Joaquín Oliván (Naamán), Álvaro Navarro (Judío 1/Soldado) y Miguel Berlanga (Judío 2/Sumiller).

‘Salomé’ es una tragedia sobre la pasión obsesiva y el amor de una mujer por un hombre, Jokanaán, del que se encapricha, aunque ese sentimiento estaba también repleto de maldad. Originalmente escrita en francés en 1891, la estrenó en París en 1894 la reconocida actriz Sarah Bernhardt. Después, el compositor alemán Richard Strauss compuso una ópera homónima basada en ella que, prohibida en Viena, fue estrenada en Dresde en 1905 y ha sido considerada una de las obras maestras de este género musical en la Alemania del período siguiente a la producción wagneriana.

‘Salomé’ no llegaría a España hasta que Margarita Xirgu la estrenara en 1920 en catalán. Ahora, en este 2016, el montaje ha sido adaptado y dirigido por el cineasta y director de teatro Jaime Chávarri, y la misma Victoria Vera ha asumido la producción de la obra que, sin duda, busca hacer una intensa gira por teatros de España.

La actriz, que regresa a los escenarios después de varios años de silencio, encarna a una Salomé que Jaime Chávarri ha situado enmedio de unalucha entre el ansia de belleza, un tremendo amor a la vida y un afán de libertad que debía rechinar enormemente frente al puritanismo victoriano de la época en la que fue escrita la obra.

Para la protagonista, “Mi Salomé es una mística, una Santa Teresa que rinde culto a la luna”. Y, quizás por eso mismo, la famosa Danza de los Siete Velos, que el personaje ejecuta delante de Herodes tiene más de metafísica que de sensual. Ricardo Cué firma la coreografía de esa Danza ejecutada por Victoria Vera, a la que ha puesto música de Richard Strauss.

A la luz de la luna

Toda la acción se desarrolla en una gran terraza del palacio de Herodes, sobre el salón de fiestas. En ella, algunos soldados están apoyados sobre el antepecho. A la izquierda, en la parte posterior, hay una antigua bodega en la que hay retenido un hombre, Juan el Bautista, y más atrás una inmensa escalera que sube al palacio de Herodes. La luna brilla en una calmada noche de verano… Una noche en la que se descubrirá que, como dice Salomé, “el misterio del amor es más grande que el misterio de la muerte”.

Entre conversaciones de soldados, sirvientes de palacio y algunos judíos, rechina una voz firme y lunática de un hombre retenido en la bodega de palacio, que ahora sirve de mazmorra: “… Después de mí vendrá otro más poderoso que yo. Ni siquiera soy digno de desatarle la correa de su calzado. Cuando él venga, los lugares solitarios se alborozarán. Florecerán como el lirio. Los ojos del ciego verán la luz, y los oídos del sordo se abrirán”.

Desde ese momento y hasta que, al final de la obra, Salomé consigue culminar su objetivo de poseer al Bautista, la tragedia se mueve con un tono de lirismo mórbido que suena extraño al espectador de nuestros días, y más aún tratándose de una Salomé que, en este caso, abandonó su juventud hace ya unos cuantos años, pero que sobre la escena trata de transitar entre la rabia más tremenda y la desolación absoluta por haber perdido aquello que tanto amaba: “Ah! He besado tu boca, Juan. He besado tu boca. Había un sabor amargo en tus labios. ¿Era el sabor de la sangre...? Pero tal vez sea el sabor del amor...”.

La transgresión que la obra de Wilde pudo suponer en su día, hoy parece poco menos que un producto discutible para niños de 10 o 12 años y la versión de Chávarri y Vera, más orientada a mitómanos que a la captación de nuevos públicos para el teatro.

‘Salomé’, de Oscar Wilde

Dirección y Diseño de Vestuario: Jaime Chávarri

Intérpretes: Victoria Vera, Manuel de Blas, Inés Morales, José Carlos Illanes, Jacinto Bobo, Ignacio Gijón, Joaquín Oliván, Álvaro Navarro y Miguel Berlanga

Escenografía: David de Loysa

Iluminación: Manuel Fuster

Ayudante de dirección y Regidor: Benjamín Lorenzo

Teatro Fernán Gómez, Madrid

Hasta el 3 de abril de 2016

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