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La epidemia de hepatitis C, por contagio sexual, y su alto coste

domingo 03 de abril de 2016, 17:00h

Ante el problema de salud que supone la hepatitis C crónica que deriva necesariamente en cáncer o en cirrosis y por tanto en muerte y ante la aparición de nuevos fármacos sumamente costosos, en nuestro país, el Pleno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud en su sesión del 14 de enero de 2015 adopta la decisión por unanimidad de elaborar un Plan Estratégico para el abordaje de la Hepatitis C en el Sistema Nacional de Salud.

Como consecuencia de esa decisión, de abordar el tratamiento con los nuevos fármacos aparecidos, hace poco más de un mes, el Ministerio de Hacienda anunció por primera vez el gasto hospitalario. Lo hizo con datos hasta octubre y ya se vislumbraba un incremento notable respecto a otros ejercicios, La semana pasada, la cartera que dirige Cristóbal Montoro reveló los guarismos actualizados hasta el 31 de diciembre de 2015 confirmando el preámbulo. 6.589 millones de euros es la factura total que invirtieron las comunidades autónomas (más las administraciones estatales) para sufragar los gastos farmacéuticos, un 26,2 por ciento más.

Como ya ocurrió con los datos anteriores, Hacienda sigue recalcando que los mayores responsables de este aumento, son los antivirales para atajar la hepatitis C. De hecho, el ministerio asegura que si no se contabilizase esta partida (que consideran coyuntural si bien se repetirá durante los próximos años), el aumento del gasto farmacéutico se hubiese quedado en un 4,5 por ciento. En términos absolutos, el crecimiento de esta partida se situó en 1.385 millones de euros, mientras que Montoro cifró en 1.090 el gasto en dar respuesta al Plan Nacional de hepatitis C. Es decir, sólo 285 millones del incremento experimentado fueron destinados a otras patologías. Y eso para tratar a tan solo 40.000 pacientes. Ya que la enfermedad hepática por Virus C, mayoritariamente adquirido por contagio sexual es silente, sin presentar síntomas durante muchos años, para acabar con su agravamiento en cáncer maligno o cirrosis, si no se trata adecuadamente. El cáncer de hígado es una enfermedad en la que las células del hígado se hacen anormales, crecen sin control y forman un tumor

El gran peligro de la infección crónica por el VHC, es que puede ocasionar cirrosis y cáncer de hígado. De hecho, en todo el mundo occidental, incluyendo nuestro país, las consecuencias de la infección crónica por este virus son la principal causa de muerte por enfermedades del hígado y la principal causa de trasplante hepático. Esto es debido a que, una vez establecida la hepatitis crónica C, entre el 2% y el 20% de los enfermos desarrollarán una cirrosis al cabo de unos 20-30 años y, cuando el enfermo ya tiene una cirrosis, el riesgo anual de desarrollar un cáncer de hígado es del 1% al 4%. Es muy difícil saber, qué riesgo tiene de sufrir cirrosis y cáncer de hígado, una persona concreta con hepatitis crónica C, pero lo que sí sabemos es que este riesgo aumenta con la edad del paciente, con el consumo de alcohol y con la presencia de coinfección por otros virus, y, en cambio, disminuye en el sexo femenino y si se adquiere la enfermedad en edad.

El VHC se transmite fundamentalmente por vía sanguínea. Los factores de riesgo que tradicionalmente se han relacionado con la adquisición del virus son las transfusiones de sangre y de sus derivados hechas antes del año 1990 (a partir de entonces y gracias al conocimiento del VHC y de su cribaje, prácticamente ha desaparecido este riesgo de las transfusiones), la drogadicción por vía intravenosa, la transmisión de la madre infectada al bebé (con un riesgo bajo de entre el 3% y el 5% de los casos), la promiscuidad sexual sobretodo, y la realización de tatuajes y piercings (si estos procedimientos no se hacen de manera adecuada respecto a la esterilización y no reutilización del material empleado).

Naturalmente, aquí lo importante es plantearse cuál es la epidemiologia total de infectados por el VHC, antiguamente muy raro, y ahora debido a la promiscuidad sexual, que es su principal vía de contagio, se ha transformado en un problema de salud global, ya que se cree que 170 millones de personas están infectadas por el virus de la hepatitis C (VHC) en ell mundo, lo que equivale, aproximadamente, a un 3% de la población mundial. En España, la prevalencia de los anticuerpos contra el VHC (anti-VHC) se sitúa alrededor del 2,5% (y es del 4,1% en los mayores de 60 años) de la población. Un 70% de estos casos (unas 800 mil personas) sufren hepatitis C crónica, es decir, que el VHC se multiplica continuamente dentro de sus hígados. Naturalmente si aplicáramos el tratamiento a los 800.000, la cifra resultante sería de 21.800 millones de euros, lo que viene a ser el 22% de PIB, cifra de la que no podría hacerse cargo el Estado, pues no dispone de medios para ello. Incluso los 1.090 millones ya gastados forman parte del exceso de gasto del Estado, es decir del déficit publico.

En 2015 el déficit público en España alcanzó el 5,18% del PIB, un porcentaje que le sitúa en el puesto 143, de 188 países, del ranking de déficit respecto al PIB ordenado de menor a mayor. La hepatitis C supuso un 10% de los gastos que impidieron cumplir el déficit. España ha ganado posiciones en el ranking respecto a 2014, cuando ocupaba el puesto 155 con un déficit del 5,90% del PIB. El Producto Interior Bruto (PIB) en España en 2015 fue de 1.081.190 M.€, cayó 40.030 M.€ respecto a 2014, lo cual debemos tener en cuenta porque los cambios en el PIB afectan al ratio de déficit sobre el PIB, en sentido inverso, y que el Gobierno, atribuye gran parte del exceso a las Comunidades Autónomas. En la carta que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, remitirá este viernes a los catorce gobiernos regionales les informará de que tienen que aprobar un acuerdo de no disponibilidad de gasto por un importe total algo superior a los 7.000 millones de euros para compensar el desvío en el déficit público registrado en el cierre del ejercicio de 2015. Ello quiere decir que podrán utilizar solo 3.000 de los 10.000 millones previstos para 2016.

La conclusión respecto al VHC, es que deberían hacerse campañas, de concienciación de la opinión pública, sobre la limitación que deberían autoimponerse las personas,al exceso de promiscuidad, especialmente porque las ETS, enfermedades de Transmisión Sexual, están creciendo de forma alarmante y que para algunas de ellas como el VPH (Papiloma virus), los preservativos no son barrera suficiente, pues se están desarrollando canceres bucales y anales por su causa, de forma que, aun cuando sigue siendo más preocupante para la población, el VIH, el virus de la Hepatitis C lo debería ser mucho más, y al no declararse prontamente, se tiende a no considerarlo, cuando de hecho, es el que afecta a mucha más gente y además su tratamiento tiene un precio prohibitivo. Probablemente se podría abaratar algo, si se trataran todos los infectados, pero de cualquier manera estamos hablando de un gasto superior a los 10.000 millones de euros. De forma que “ojo al parche” que nos jugamos el futuro, ¡cuantos más contaminados, mas expansión de la epidemia!.

Bernardo Rabassa

Presidente de clubs y fundaciones liberales. Miembro asociado de Alianza Liberal Europea (ALDE). Premio 1812 (2008). Premio Ciudadano Europeo 2013. Medalla al Mérito Cultural 2015. Psicólogo social. Embajador de Tabarnia. Presidente del partido político constitucionalista Despierta.

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