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Revocatoria ¿para qué?

Revocatoria ¿para qué?

sábado 08 de diciembre de 2007, 18:40h

El presidente Morales llamó al diálogo a los prefectos después de recortarles por ley los recursos del IDH. Estaba cantado que las autoridades departamentales no iban a aceptar, porque no es creíble: una mano pide diálogo y la otra —“debajo del poncho”, como decía el Mallku Quispe—, les da garrote.

Las huelgas de hambre, la gira internacional y la baja en las encuestas llevó al Presidente a la convocatoria al referéndum revocatorio para mover las fichas en el tablero. La oposición —confundida— reacciona y acepta el reto. Ahora ¡todos a hacer campaña!, vamos a referéndum para no ir a ninguna parte. Es un absurdo, y voy a explicar por qué:

1) Lo que está en entredicho no es la legitimidad del presidente Morales sino los procedimientos de su gobierno para llevar adelante su proyecto de poder, por supuesto, a través de la aprobación de la Constitución del MAS en la localidad de Lauca Ñ.

2) Más que culpar al Presidente, las regiones culpan al Gobierno visto como conjunto, especialmente a un vistoso trío al que el prefecto Paredes llamó “los tres jinetes del Apocalipsis”: Quintana, Contreras y Rada. Serán las denuncias de conspiración, o la confrontación y el insulto cotidiano a los adversarios, o que no tienen “ángel”; pero son los más odiados. No es el caso de Morales, que puede ser criticado en todas partes pero es muy querido, al menos en El Alto. Por tanto, el tema no es si se va Evo, sino si se van el MAS-MSM y las ONG, y los chavistas, incluyendo claro, al sucesor constitucional García Linera.

3) No existe la revocatoria de mandato en la Constitución vigente, por lo que será necesaria una ley interpretativa o una ley modificatoria de la Constitución, y claro, para eso deberán tomar decisiones —sobre el pucho— los parlamentarios. Deberán definir si basta el seis por ciento que actualmente señala la Ley de Referéndum para una consulta nacional, para lo que habrá una dura pelea; claro, eso si “los movimientos sociales” oficialistas permiten el ingreso de los opositores al hemiciclo.

4) Si se aprueba tal reforma y hay referéndum revocatorio, Morales ganará, porque no hay quién le haga frente en la escena nacional —eso sí, ya no con mayoría absoluta—, y los prefectos de la oposición también se quedarán, porque son autoridades legítimas en sus regiones. Si bien el Presidente mantiene un apoyo por encima del 50%, hace meses que no llega al 60, y Costas y Cossío mantienen una aprobación mayor al 80% en el último año y hasta Reyes Villa —en una Cochabamba partida— cuenta con apoyo de más del 60%. Se ratifica Evo, se ratifican los prefectos de oposición. El MAS pierde Chuquisaca pero gana La Paz. Resultado: sigue el 6 a 3 a favor de la oposición, pero el MAS se arrincona en el occidente.

5) Si todo eso sucede, ¿cambia algo? Nada. No hay salida a la crisis y, al contrario, se profundiza. Más allá de la “cortina de humo” para que la atención esté en las campañas y no en Lauca Ñ, el tema de fondo es que al Gobierno le va mejor en campaña que en gestión, por eso, para cohesionarse y mantener a las bases con la mística del cambio, necesita de la competencia electoral.

El referéndum revocatorio, de ser posible, no sirve para nada más que para meternos los dedos a la boca en un ejercicio colectivo de hacernos creer que basta emitir el voto para hablar de democracia.

*Jimena Costa
es analista.

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