Es una lástima que España no esté presente en la gira del presidente de los Estados Unidos por Europa. Ni siquiera el presidente del Gobierno español ha sido citado para la minicumbre que se ha organizado en Alemania en torno a la visita de Barack Obama. ¡Cuánto daño para los intereses de España! La situación de incertidumbre política y de interinidad del Gobierno ante la falta de acuerdo entre los diferentes partidos políticos para lograr un gran pacto responsable con las necesidades de España y de los españoles está causando cuantiosas pérdidas a nivel de crecimiento económico, de creación de empleo, de inversiones extranjeras y de consolidación de las reformas. Pero en el ámbito político internacional, la ausencia de España de foros relevantes durante estos meses significa una merma notable de peso político y de influencia que posteriormente va a resultar muy complicado recuperar. Ya veremos si Obama viene a España antes de terminar su último mandato en la Casa Blanca en el mes de octubre, antes de las elecciones presidenciales de noviembre.
Entre otros aspectos relevantes, el respaldo a la llegada de turismo norteamericano representaría un incremento notable en visitantes de alto nivel adquisitivo. El Hermano Mayor norteamericano siempre es criticado por sectores pseudoprogres que no valoran adecuadamente la colaboración de Estados Unidos en Defensa y Seguridad.
El mensaje de Obama reclamando a Europa más gasto para luchar contra el terrorismo no es nuevo pero adquiere en este momento una trascendencia real por el alto nivel de amenaza terrorista en suelo europeo y en Oriente Medio, Libia y el Sahel, por ejemplo. Hay que resaltar la convicción con que Obama habla de la unidad de Europa, en un momento que marcará una época, y defiende la presencia del Reino Unido en la Unión Europea. A veces tiene que venir alguien de fuera para valorar lo que tienes y zarandear tu conciencia y reaccionar con categoría política y social para afrontar las exigencias de una realidad complicada.
Por eso, la relación como aliados entre norteamericanos y europeos ha funcionado y es imprescindible apuntar la relación económica y comercial con un tratado de libre comercio que representa un gran refuerzo para los dos socios. Seguro que implica desafíos para los europeos a la hora de abordar decididamente el camino de la innovación, la investigación, las nuevas tecnologías y el emprendimiento. Quedarse estancado en los antiguos laureles solo significará retroceso y decadencia para Europa.
Si (
No(
