El milagro que necesita Sánchez

Dicen que los milagros existen. Si es así un milagro es lo que necesita Pedro Sánchez para evitar que el 27 de junio comiencen a pedir a gritos su cabeza. De todos los partidos que tienen representación en el Congreso el que peor afronta unas nuevas elecciones es el PSOE.

Es más que una posibilidad, es una certeza, la que dan los números y la experiencia: si las formaciones que están a la izquierda del socialismo se unen, ese mismo socialismo pasará a ser una tercera fuerza y a perder escaños. No será el que más pierda, ese " honor" se lo dejará a los populares, pero los suficientas para tener que negociar con los que le han ganado, con su actual líder o con otro, pero negociar desde la nueva derrota.

Si Podemos, más Compromís, más En Común, más las Mareas y más Izquierda Unida o Unidad Popular plantean unas listas conjuntas al margen de los nombres que empleen en cada territorio pueden conseguir los 90 escaños que hoy tiene el PSOE. Este se quedaría entre 80 y 85, con los populares bajando a los 110-115 y Ciudadanos quedandose igual. Lo que Albert Rivera gane por un sitio lo va a perder por otro. Y los nacionalistas van a repetir lo que ya tienen: 22-23 escaños, sumando lo que consiga Esquerra, Convergencia y PNV.

El PSOE podrá mirar a su izquierda o a su derecha. Si opta por quedarse en tierra de nadie entonces tendremos a Mariano Rajoy, sin votos para una investidura, pero sí con tiempo para mantenerse otros meses al frente de un gobierno en funciones. Decía hace unas semanas que hasta se podía llegar a enero de 2017 en esa situación.

Y esa posibilidad tomará carta de naturaleza a partir de mediados de julio, cuando se constiuyan las nuevas Cortes y comiencen de nuevo unas negociaciones en busca de la ansiada mayoría. El Rey ha escuchado a todos y no puede proponer a nadie. Todo parece resuelto salvo que se produzca el milagro del último segundo del que hablaba la alcaldesa Carmena, el que tendría que producirse entre este miércoles y el viernes que viene, en esas 72 horas que se necesitarían para convocar un larguísimo pleno y votar a un candidato. Es más que dificil pero no imposible. Es lo que tienen los milagros.