Las constantes alusiones del PSOE hacia el número dos de Podemos tras el fracaso oficial de las negociaciones no han pasado desapercibidas. Según Pedro Sánchez, si Íñigo Errejón hubiera estado al frente de Podemos, se hubiera logrado el acuerdo entre las dos formaciones. Más allá de la búsqueda de división interna, la interpretación del secretario político de la formación morada es que el PSOE se ha fijado en él como "objetivo a batir".
Con la confirmación del fracaso de las negociaciones, el Congreso de los Diputados se ha convertido en el escenario de la batalla por imponer las culpas de cara a una nueva campaña. Para los socialistas, el bloqueo se puede personalizar en una sóla persona: Pablo Iglesias.
Es un mensaje que ha reiterado el propio Pedro Sánchez, que también ha dicho que si las negociaciones hubiera dependido de Íñigo Errejón, habría habido acuerdo.
"Tengo que decir que me da la sensación de que el PSOE se ha fijado en mi como objetivo a batir", ha contestado el aludido este miércoles desde la sala de prensa del Congreso.
La interpretación de Errejón va más allá que la simple búsqueda de una división interna en Podemos entre una supuesta ala más dura -representada por Iglesias o Juan Carlos Monedero- y un ala más moderada.
El número dos de Podemos ha reiterado este miércoles que todo el mundo en Podemos y en las confluencias tenía la misma opinión sobre la negociación con el PSOE. Es un mensaje que los dirigentes de la formación querían que destacara por encima de los problemas internos de la organización: todos rechazaban la idea de entregarle un cheque en blanco a Sánchez.
Sin embargo, el propio Iglesias ya había entrado al trapo de este discurso identificando una postura más radical -la de Miguel Urbán, de Izquierda Anticapitalista- y otra más moderada, como la de Errejón. El argumento de Iglesias era un defensa de la posibilidad de convivencia de diferentes sensibilidades, pero refuerza el argumento de las "almas" de Podemos que la cúpula ya utilizó precisamente contra Urbán.
También ha recordado que ellos propusieron una serie de cesiones, mientras que el PSOE quiere hacer ver que fueron "intransigentes" y que les ha faltado "suavidad". Errejón ha reconocido que las cosas se podían haber hecho mejor, como ya había destacado en referencia, por ejemplo, a la dureza del tono de Iglesias durante el proceso.
"(Sánchez) está intentando buscar excusas fuera para un problema que tiene un origen interno: que no le han dejado pactar con nosotros", ha concluido Errejón.
Compromís, el socio valenciano de Podemos en el 20-D, también fue el objetivo de las palabras amables de Sánchez en su explicación de por qué Iglesias había sido el gran obstáculo para impedir nuevas elecciones. Un discurso que ni las palabras de enfado de la coalición valenciana al recibir la contra-propuesta a su oferta de acuerdo pudieron modificar.
Preguntado por las supuestas presiones que habrían recibido Compromís o Izquierda Unida desde el PSOE contra Podemos, Errejón ha dicho que han sido frecuentes los "codazos" desde la formación de Pedro Sánchez.
"Ha sido una constante desde que llegamos al Parlamento y ha sido una constante en todas las negociaciones", ha criticado Errejón, que ha acusado directamente a los socialistas de poner "zancadillas" a sus confluencias.
El número dos de Podemos ha asegurado que esta estrategia no supone jugar limpio, pero ha asegurado que tiene todas las posibilidades de fracasar.
Errejón luego ha señalado que estos "codazos" se pueden estar dando ahora por el "nerviosismo" de la formación de Sánchez ante los contactos exploratorios con IU para sumar en una nueva candidatura.
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