www.diariocritico.com
'A Moon Shaped Pool': ¿La quinta obra maestra de Radiohead?

'A Moon Shaped Pool': ¿La quinta obra maestra de Radiohead?

lunes 09 de mayo de 2016, 11:00h
El noveno disco de Radiohead, 'A moon shaped moon', ya está aquí. Por primera vez, el grupo de Thom Yorke no ha intentado inventar la rueda con su nuevo lanzamiento. Éste es un disco en el que la banda abraza su esplendoroso pasado, en vez de tratar de romper con él, y puede que, por ello, vuelva a ser único. Desde luego 'A moon shaped pool' está mucho más lejos de 'The king of limbs' que de 'In Rainbows'. Ya no están abriendo caminos sino construyendo alrededor de los que ya abrieron.

La banda ha entregado su disco más accesible, lleno de baladas marca de la casa, en el que las orquestaciones cinematográficas de Johnny Greenwood son las principales protagonistas. Está claro que la vida paralela de Greenwood como compositor de bandas sonoras, principalmente para Paul Thomas Anderson, ha tenido mucho peso en el disco. El tremendo peso que tenía la fijación con la electrónica de Thom Yorke en 'The king of limbs' es sustituido por los grandiosos ambientes orquestales de Greenwood, con ejemplos soberbios como en 'Burn the witch', 'The numbers' o 'Tinkler Tailor Soldier Sailor Rich Man Poor Man Beggar Man Thief'.

En las 11 canciones, ordenadas alfabéticamente, del disco hay un clima de familiaridad, de estar escuchando a una banda a gusto con su carrera, con sonar a ellos mismos. En esto también influye el hecho de que ocho de las once canciones que lo componen no son nuevas, siendo consideradas dos de ellas, 'Identikit' y, principalmente, 'True love waits', grandes clásicos para los fans de la banda. Esta última data de la época de 'The Bends' y ya fue editada en 2001 en el EP en directo 'I might be wrong'. Claro que su versión definitiva en estudio difiere bastante de su simple arreglo acústico. Aquí se puede comprobar como Radiohead va haciendo evolucionar sus canciones de manera precisa, logrando un maravilloso arreglo de piano, que puede llegar a recordar incluso a Erik Satie, y un colofón perfecto para el disco. Otra de las razones por las que esta canción puede haber tenido cabida en 'A moon shaped pool' es que ahora encaja mucho más con la situación personal de su autor Thom Yorke que se acaba de romper su relación de 23 años con la madre de sus dos hijos, "Just don't leave, don't leave". El tono del disco es sombrío, con varias referencias oblicuas a la situación personal de Yorke y un par de observaciones sobre la situación actual, la crisis de los refugiados en 'Burn the witch' y la situación del planeta en 'The numbers', "Somos la Tierra y a ella retornamos, el futuro está dentro de nosostros y en ningún sitio más".

Como decía, el grupo parece abrazar con fuerza su propio legado en este disco. No es que vuelvan los guitarrazos de los 90 pero Radiohead ya no parece peleado con su condición de banda de rock, una canción como 'Present tense' podría haber aparecido en 'Ok Computer', y las guitarras acústicas de 'Desert island' o 'The numbers' recuerdan al folk rock de los 60, de Bert Jansch a Tim Buckley, pasando por las vertientes acústicas de Buffalo Springfield o Led Zeppelin. Y si alguien me llega a decir que en 2016 iba a escribir una crítica de Radiohead nombrando a los Zeppelin le hubiera tildado de loco, como si me hubieran dicho en 1997 que para su siguiente disco la influencia de la que más se iba a hablar era la de Aphex Twin.

Claro que 'A moon shaped moon' también tiene sus momentos más iconoclastas, como el hipnótico ritmo de 'Ful stop', cercano al 'motorik' de su querido Krautrock, o el fascinante inicio electrónico de 'Tinkler Tailor Soldier Sailor Rich Man Poor Man Beggar Man Thief' que recuerda al minimalismo de un James Blake. Pero aun así, el peso de 'A moon shaped moon' está en las melodías y en los pequeños detalles de los arreglos, en vez de en la experimentación. Las canciones vuelven a ser lo más importante y eso es una gran noticia.

Tras las primeras escuchas es pronto para decir si es una obra maestra a la altura de las cuatro oficiales de su discografía, 'The Bends', 'Ok Computer', 'Kid A' e 'In Rainbows' pero no anda lejos. Desde luego, ahora mismo, es mi quinto disco favorito de su carrera y solo lo llevo escuchando durante un día. Y eso, que en cualquier otro grupo no significaría nada, aquí conlleva situarse por encima de discos tan notables como 'Amnesiac' o 'Hail to the thief'. Palabras mayores.

Nota: 8'5

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
2 comentarios