Off the record - 10 diciembre 2007

MÁS INCERTIDUMBRE EN LOS SONDEOS

Este Off The Record ha tenido acceso a los datos de un importante sondeo, no encargado por el PP, que se encuentra ahora mismo en fase de “cocina” y que será difundido en los próximos días. Por vez primera desde hace mucho tiempo, en datos directos, se produce un muy ligero “sorpasso” del PP, apenas unas décimas, que quizá se corrijan en la “cocina”, pero es lo suficiente para constatar que se está produciendo un inesperado cambio de tendencia, dentro del empate técnico que los dos grandes partidos mantienen desde hace meses.

Los expertos consultados atribuyen este cambio a la convergencia de dos razones. La primera, que la inquietud de que la “desaceleración” avanza hacia una crisis empieza a calar en la ciudadanía. La segunda, que el PP ofrece más fiabilidad para afrontar una crisis económica. Sea como fuere, lo único seguro es que después de marzo gobernará el que consiga un puñadito de diputados más, por pocos que sean, porque los partidos nacionalistas moderados tienen claro que no les conviene trasmitir la imagen de que “cambian” la decisión electoral y pactarán por tanto con el que quede por delante, sea PP ó PSOE.

ENTRE LA CRISIS Y LA PERCEPCIÓN DE LA CRISIS

La gran incógnita es hasta dónde llegue, de aquí a marzo, la “percepción” de la crisis. Cuanto más se generalice y profundice esta percepción, más visible será el giro del electorado hacia el PP. Por tanto, es lógico que Rodríguez Zapatero y Ferraz se mantengan en “vender optimismo” y “negar la mayor”. Y es evidente que las posiciones que, respecto a la situación económica, adopten los grandes medios de comunicación social será más influyente en las urnas que casi nunca antes.

La prensa económica, cada vez más influyente en España, pesa poco en esta decisión electoral, porque sus lectores están al tanto de la situación y tienen plena conciencia de la seriedad y cercanía de la crisis. Pero es que, en esta ocasión, la prensa de información general no está por la labor de ocultar o suavizar la realidad. Así que la competición electoral se solventará esencialmente en los medios masivos, especialmente en las televisiones generalistas y las grandes cadenas de radio.

VENDER OPTIMISMO O VENDER PROGRAMA

Las Jornadas de “The Economist” fueron un mal test para Rodríguez Zapatero. En ese escenario, Rajoy le ganó por goleada, según el criterio abrumadoramente mayoritario de los asistentes recogido por este Off The Record. El anuncio, muy en su línea de marketing electoral, de la supresión del impuesto sobre el patrimonio, aparte de un raro mensaje hacia sus propios electores, tiene limitada credibilidad ante la evidencia de que la oposición sería más segura al respecto. Pero es que, aparte de esos gestos de marketing y de los habituales alardes de optimismo sin argumentos, no hubo nada. Y hay que reconocer que, en cambio, Rajoy hizo de su intervención todo un bien estructurado programa económico, aunque, como ya es habitual, haya faltado capacidad en el PP para “comunicar” a la opinión pública.

Además, mientras Rodríguez Zapatero jugaba al optimismo ante la perplejidad de la audiencia, el paro seguía creciendo e incluso el oficial y acomodaticio ICO reconocía que el indicador de confianza de los consumidores sigue bajando, mientras suben los tipos de interés, crece la inflación y se acelera la retracción del consumo familiar.   

RODRIGO RATO ENTRE LA IMAGEN Y LA INFLUENCIA

“Es una pena que finalmente Rodrigo Rato haya optado por la actividad privada, en un momento en que la credibilidad para la gestión de la economía puede pesar tanto en los votos”, comentaba el viernes, en Barcelona, un importante empresario en una distendida reunión en la que participaban, además de empresarios, varias personalidades de la política y de los medios de comunicación social.

Uno de estos últimos mantuvo una opinión contraria y digna de reflexión: “Nada de eso. Al fin y al cabo nadie duda que Rato estará disponible para aportar sus criterios y experiencia cada vez que se lo pida el partido si el PP alcanza el gobierno. Y su rápida ubicación en un alto puesto de la Banca de inversión consolida su imagen de mago de la economía. Sigue siendo un gran activo del PP y a cubierto de los pequeños codazos de la política”.

A este criterio puede contribuir el convencimiento general de que, si el PP ganase las elecciones, los “hombres de Rato”, encabezados por Luis de Guindos, serían los llamados por Rajoy a los principales puestos de decisión económica.

CORRUPCIÓN: ESPAÑA, COMO COLOMBIA Y SENEGAL

Fue el maestro Ortega quien advirtió lúcidamente que la corrupción, por mucho que ello indigne a la conciencia moral, no acompaña necesariamente la decadencia de los países. Pero aún con está reserva, parece que la actual situación en España no es precisamente para tirar cohetes de júbilo, y seguramente inquietará a la ética de la izquierda el que ello suceda con un gobierno socialista, lo que quizá explica el creciente número de personalidades de izquierdas que marcan distancias con el entorno de Rodríguez Zapatero.

España ha vuelto a subir muchos puntos en el indeseable ranking mundial de la corrupción, si se juzga por los datos publicados sobre el año 2007 por el Barómetro Mundial de la Corrupción. En el marco de Europa, sólo países manifiestamente inseguros, como Bulgaria, Lituania, la República Checa o Rumania, o algunos otros históricamente corruptos, ofrecen índices no mucho más preocupantes.

Con un índice de corrupción de 3,9 en la escala de 1 a 5 puntos, España se sitúa en un bien elocuente entorno de países, como Colombia, con 4, Senegal, con 4,1, o Bolivia, con 4,3. Con todo y ser grave esta situación, aún peor es la evolución, porque el 54% de los españoles creen que seguirá aumentando, frente a sólo un 22% que todavía mantienen, cada vez con menos asideros, la esperanza de que disminuirá.

Un dato aún peor es el notable crecimiento, desde 2004, de los ciudadanos españoles que reconocen haber pagado algún soborno. Añádase a tan descorazonadores datos el que, para los españoles, los partidos políticos ocupan el fastigio de la corrupción, en lo que sin duda tiene mucho que ver lo que ha sucedido y sucede con el urbanismo y los Ayuntamientos.