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Novilleros con hambre en Las Ventas

Juan de Castilla pasea la oreja que cortó al sexto
Juan de Castilla pasea la oreja que cortó al sexto

Novillada accidentada con oreja para Juan de Castilla y Adame, que acabó en la enfermería, como Filiberto

> Con un manso encierro de El Montecillo, Filiberto se hirió al matar al primero

lunes 16 de mayo de 2016, 22:20h
Los tres chavales que hicieron el paseíllo en la segunda novillada de la Feria de San Isidro demostraron, ante todo, que quieren ser toreros. Cada uno con su personalidad, dieron una lección de cómo se viene a Madrid. Valor, actitud y querer en una tarde muy accidentada que acabó dejando a Juan de Castilla con cuatro novillos para él solito. Así, como el que no quiere la cosa, y tras los percances de sus dos compañeros, este joven colombiano tuvo que cargar con todo el peso de la tarde. Y resolvió la papeleta; vaya que sí. No sólo tuvo que enfrentarse a su lote, sino también a los segundos toros de Filiberto y Luis David Adame, que acabaron en la enfermería.

Cuatro de los seis utreros de una novillada de El Montecillo que fue muy mansa, pero que tuvo interés y que no regaló nada. Por ejemplo, el segundo, manso y rajado como la mayoría, se dejó por momentos por el pitón izquierdo; pero en cambio, por el derecho, tuvo el defecto de acostarse y quedarse debajo. Sin arrugarse, Juan de Castilla le plantó cara con gran firmeza. Citando a base de obligados toques fuertes, extrajo muletazos muy estimables por ambas manos y se llevó un susto cuando, en la primera serie al natural, el astado le levantó los pies del suelo. Después, derecho como una vela, se tiró a matar muy de verdad cobrando una buena estocada.

Pasado el ecuador del festejo, y con sus compañeros ya dentro de la enfermería, no tuvo opciones con el manso y descastadísimo cuarto, tan desfondado que no tuvo un pase. Dando el medio pecho y siempre en el sitio, anduvo muy digno y no pudo hacer más que intentarlo de todas las formas posibles. Interesante fue el quinto, un animal encastadito y exigente que tuvo fijeza y codicia pero que se quedaba corto y reponía especialmente por el derecho. Tras aguantar algún que otro tornillazo por ese pitón, el de Medellín demostró poseer un muy buen concepto al torear con la zurda, logrando naturales largos y templados de fino trazo. La estocada, trasera y tendida, no fue suficiente para que la petición de oreja fuera mayoritaria, pero sí para dar la vuelta al ruedo.

Y ya, pasadas las nueve de la noche, con un ensangrentado terno que daba fe de la dura batalla, el chaval aún tuvo arrestos para marcharse al centro del anillo con la intención de recibir, capote a la espalda, al sexto. Éste, manso y desentendido, no le dio opción y luego le volvió a poner en aprietos tras rajarse descaradamente. Si bien el joven torero fue capaz de robarle dos series muy emotivas en redondo, el de Paco Medina dijo que hasta ahí había llegado y se marchó a tablas para refugiarse y defenderse tirando derrotes a diestro y siniestro. Allí, muy cerrado en el terreno que exigía el animal, Juan de Castilla se metió entre los pitones y volvió a demostrar una torerísima y valiente actitud. Lo mató a la primera y, ahora sí, cayó una oreja que premiaba el conjunto de tan meritoria actuación.

Otro trofeo del tercero paseó Luis David Adame. Herido en el gemelo izquierdo a mitad de su primer trasteo, este mexicano de dinastía torera también dio un serio toque de atención en su primera tarde en Madrid. Tranquilo y reposado en todo momento, ya vislumbró sus condiciones en un magnífico quite antes del tercio de banderillas. Como contraste a los quites acelerados, chapuceros y vulgares; Adame se plantó en el centro pero para ejecutar unas chicuelinas templadísimas y de manos muy bajas que supieron a gloria. Ya con la muleta, y ante un ejemplar que tuvo calidad, pero poca fuerza y que se agotó pronto; ligó con facilidad y templanza, aunque hubo instantes en los que se dejó llevar por el vicio de retrasar la pierna y descargar la suerte. La labor, salpicada con remates muy toreros por bajo, llegó mucho al público y, más, cuando el novillo lo prendió y caló con certeza. Casi sin mirarse, volvió a la cara de su oponente y rubricó el esfuerzo con un pinchazo y una estocada baja.

También en manos de los médicos acabó un Filiberto que se las tuvo que ver con el rajadísimo primero, un novillo que nunca se empleó, que se movió con la cara por las nubes, y que en un derrote le pegó un golpe que le produjo una sección de los tendones de su mano izquierda. Profesional y valiente, el de Calasparra resolvió con solvencia, aunque a punto estuvo de escuchar los tres avisos. Tras un buen inicio con la diestra, el toro se rajó y los intentos de Filiberto por sujetarlo y hacerle embestir fueron casi inútiles. Sin aliviarse y a favor de querencia, le buscó las vueltas pero se equivocó al no romperse con él por abajo con el objetivo de pararle y hacerle descolgar. Con peligro evidente, se tiró a matar siempre por derecho y tras varios pinchazos logró enterrar el acero. Aún así no fue suficiente y tuvo que descabellar a las puertas del tercer clarinazo.

Ficha

Plaza de toros de Las Ventas. 11ª de la Feria de San Isidro. Dos tercios de entrada. Se lidiaron seis novillos de El Montecillo, correctamente presentados, y mansos en conjunto. El 3º tuvo calidad, pero poca fuerza y duró poco; el exigente 5º, tuvo casta y codicia; y el resto fueron mansos y complicados. Filiberto: silencio tras dos avisos en el único que mató
Juan de Castilla: ovación con saludos, silencio, vuelta al ruedo tras petición y aviso, y oreja. Luis David Adame: oreja en el único que mató.

Parte médico de Filiberto: Heridas en el dorso de la mano izquierda con sección completa del aparato extensor del segundo dedo y sección extensor común del tercer dedo. Menos grave.

Parte médico de Luis David Adame: Heridas por asta de toro en cara anterior pierna izquierda de 30 centímetros, que produce destrozos en músculo tibial anterior alcanzando el borde anterior de meseta tibial externa, y otra de 25 centímetros en cara externa de la misma pierna, que produce destrozos en músculos peroneos y alcanza la cabeza del peroné, contunsionando nervio ciático poplíteo externo. Es intervenido quirúrgicamente en la enfermería de la plaza de toros, pasando al Hospital San Francisco de Asís con cargo a la Fraternidad. Pronóstico: grave

> CRÓNICA DEL FESTEJO ANTERIOR

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