Estado de excepción en Venezuela

Se cumple el guión habitual de las dictaduras cuando tienen graves problemas internos. Venezuela ha seguido la pauta y justifica el decreto de estado de excepción por la preparación de un golpe de Estado desde el exterior, en un contubernio entre Estados Unidos y el Gobierno conservador de España.

Además, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, ha anunciado para el próximo fin de semana ejercicios militares. Este punto es relevante porque el peculiar dirigente bolivariano ha visto cómo la gran mayoría del estamento directivo de las Fuerzas Armadas se ha negado a claudicar ante las presiones del presidente que, en la misma noche de las elecciones legislativas del pasado diciembre con victoria aplastante de la oposición, pretendió un pucherazo electoral. La degradación de la situación política, económica y social en Venezuela ha llegado a un punto muy peligroso por el elevado riesgo de enfrentamiento en las calles, e, incluso, de guerra civil.

La oposición, con mayoría absoluta en la Asamblea Nacional, donde reside verdaderamente la soberanía nacional expresada en las últimas elecciones, ha puesto en marcha el proceso de referéndum revocatorio para desalojar del poder democráticamente al presidente Maduro. Se han presentado muchas más firmas de las necesarias y el Consejo Nacional Electoral está retrasando su verificación con el objetivo de que la consulta no se celebre en 2016, el retraso al año que viene supondría que el propio Maduro podría colocar en su lugar a un vicepresidente, según recoge la Ley.

Se viven días críticos para el presente y el más inmediato futuro de una Venezuela con escasez de alimentos, agua y medicinas, con cortes de energía, con empresas a punto de cerrar y con un ambiente muy preocupante que podría derivar en una ola de violencia que justificaría la acción dictatorial de Maduro para aferrarse al poder. Sin embargo, en el seno del chavismo también crece la opinión de la necesidad de relevar ya a un presidente histriónico y desesperado que ha llevado al país a la quiebra. Informaciones de inteligencia de Estados Unidos apuntan a esta posibilidad en el seno del propio entorno palaciego presidencial con los militares evitando tomar partido y garantizando el respeto a una legalidad esgrimida por la oposición y respaldada por una gran mayoría del pueblo venezolano harto de miserias y penurias y de corrupción de elementos muy cercanos a un patético presidente con la salida del poder ya madura.