Festival Tomavistas: La sombra de Ian Curtis es (demasiado) alargada

El primer concierto al que llegue fue el de Novedades Carminha, los gallegos parecen continuar con el espíritu punk guasón de sus paisanos de Siniestro Total y Os Resentidos pero con su último trabajo, 'Campeones del mundo', se han abierto a otras músicas como la versión de la cumbia 'Cariñito'. Suenan frescos y divertidos pero no llegaron a conectar con el público como otras veces. Parecía que se trataba de una cosa relacionada con el horario y con que todavía no había llegado toda la gente pero, al final, la entrada fue bastante floja y al público congregado le costó meterse en los conciertos. Mucha culpa de ello la tuvo un sonido insuficiente en decibelios y unas voces que quedaban en un absoluto segundo plano.

Todo ello se pudo ver en el concierto de Guadalupe Plata. Decía de ellos, cuando puse mis 10 propuestas para el Festival, "blues eléctrico a todo volumen, voces que se desgañitan y un sonido muy fronterizo". Bien, pues hubo blues-rock, y del bueno, pero desde luego no estuvo a todo volumen, y sobre las voces que se desgañitan, más bien se intuyeron porque el volumen del micro de Pedro de Dios estaba al mínimo. No sé porqué nadie se puso a ello durante el concierto pero, para colmo, el problema se volvió a repetir en todos los que pasaron por el escenario principal hasta que A Place To Bury Strangers confirmaron eso que dicen de ellos de que son "la banda más ruidosa de Nueva York'.

Mi concierto favorito de la noche fue el de Chucho, no es que se solucionaran de repente todos los problemas de sonido, pero la clase, el magisterio y (sobre todo) las canciones de los de Fernando Alfaro sobresalían muy por encima de la media. Su recta final con el trío ganador que supusieron 'Revolución', 'La mente del monstruo' y la maravillosa 'Magic' demostraba que Alfaro es lo más grande que ha dado Albacete en los últimos 30, Joaquín Reyes y sus 'chanantes' incluidos. Lo de Cápsula con su interpretación al completo del 'The rise and fall of Ziggy Stardust and the Spiders From Mars' fue un gran movimiento por parte de la organización, homenajear a Bowie con su disco más emblemático a través de una banda que ya se lo había hecho en disco mucho tiempo antes del fallecimiento del artista. Pero, al final, se quedó en un quiero y no puedo, nadie puede negar que los argentinos lo pusieran todo, entrega, actitud y mucha dósis de rock and roll pero, nuevamente, el problema con las voces deslucía todo un poco. Es más durante su concierto se escuchaba mucho más el micro del guitarrista que el del cantante principal. Como regalo nos dejaron tres propinas en la forma de 'Rebel, rebel', 'The Jean Genie' y 'Heroes'. Sin duda, el mejor repertorio del Tomavistas.

Como colofón llegaban A Place To Bury Strangers, el trío neoyorquino de 'shoegaze' conocido por sus altas dósis de volúmen. Por primera vez el sonido fue algo más potente, pero sin exagerar, y los de Brooklyn se lanzaron con su música influida por los Jesus & Mary Chain más ruidosos y los Joy Division de Ian Curtis. Claro que sus canciones no están a la misma altura y al final terminan sonando algo repetitivos.

Aunque si hubo un sitio donde se notó la sombra de Ian Curtis fue en el escenario Mondosonoro. Parece que muchos grupos indies siguen pensando que sonar como una copia de Joy Division es lo más. Mientras se pone la peor cara de hastío cuando un grupo tiene influencias del rock clásico, engolar la voz y optar por las oscuras y frías atmósferas de los de Manchester te convierte en el más moderno. Pero, señores de Trepàt o El Último Vecino, Curtis se suicidó hace más de 35 años y, si por algo se caracterizó su música, es por buscar ser totalmente original y no meramente derivativo de sus héroes, entre los que destacaba sobremanera Bowie. Es hora de que el indie español deje de tener como única referencia la década de los años 80.