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Pablo Iglesias y Albert Rivera escenifican su distanciamiento en un tenso cara a cara en 'Salvados'

domingo 05 de junio de 2016, 22:38h
Pablo Iglesias y Albert Rivera han enterrado la cordialidad de su anterior cara a cara en 'Salvados' y se han enzarzado en una tensa discusión en la que la crítica fácil ha destacado por encima de la argumentación. El líder de Ciudadanos ha acusado al de Podemos de demagogia y de defender un modelo político cercano al comunismo, mientras que Iglesias ha centrado sus críticas en la semejanza de la formación naranja con el PP. A diferencia del anterior cara a cara moderado por Jordi Évole -que ha llegado a advertir a los candidatos sobre su tono-, apenas ha habido coincidencias entre los dos políticos.
Pablo Iglesias y Albert Rivera escenifican su distanciamiento en un tenso cara a cara en 'Salvados'
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(Foto: La Sexta)

Cara a cara con sabor de revancha entre los líderes de Podemos y Ciudadanos ante las cámaras de 'Salvados'. Ocho meses después de aquel café con leche en el bar 'Tío Cuco', el tono cordial que y la contención que emplearon Pablo Iglesias y Albert Rivera ha llegado a su fin.

El antagonismo expresado durante la fase de negociaciones, la pelea por llevar al PSOE a su respectivo terreno y los recientes choques de postura en relación a Venezuela han convertido el debate moderado por Jordi Évole en un tenso ring de boxeo en el que la argumentación ha cedido protagonismo a los golpes cortos y directos.

"¿Cómo tienes tanta cara, Albert?", "Te sale la cal viva, Pablo", son algunas de las frases que se han dedicado los candidatos. La tensión ha llegado a tal punto, que en un momento el propio Évole les ha preguntado a los políticos si de verdad querían mantener ese tono en el debate. Los candidatos han reconocido el cambio de actitud y, por ejemplo, Rivera se ha excusado señalando que estos cuatro meses de legislatura han cambiado las cosas, en referencia sobre todo a la incapacidad de llegar a acuerdos.

El escenario también ha sido diferente, ya que en vez de una mesa en un bar, los dirigentes han conversado en el Círculo de Bellas Artes, con el horizonte de Madrid como escenario de fondo. Un Pablo Iglesias con corbata se ha intentado mantener más relajado que en su cara a cara anterior contra un Rivera con camisa que ha sudado -litaralmente- para mantenerse en la discusión.

Los pactos tras el 26-J

Aunque ha habido preguntas sobre medidas concretas, una de las grandes cuestiones de la noche ha sido la referida a los pactos que cada partido está dispuesto a llevar a cabo tras las elecciones. En este sentido, las posturas de los líderes políticos no han variado un ápice, ya que Iglesias sigue sosteniendo la oferta de un Gobierno de coalición con el PSOE, mientras que Rivera ha reiterado que está dispuesto a sentarse con PP y PSOE para negociar la fórmula de Gobierno.

El presidente de Ciudadanos ha precisado que entre su condiciones para pactar con el PP estaría - aunque "no sólo", ha matizado"- que se cambiara a Mariano Rajoy y a su equipo y que se modificaran ciertas políticas.

En este punto ha vuelto a subir la tensión entre los candidatos, puesto que Iglesias ha criticado a Rivera que prometa cambiar las políticas cuando está dispuesto a dar su apoyo a un Gobierno del PP. El candidato del partido naranja ha respondido que considera que hay 'populares' capaces de llevar a cabo un proyecto diferente, aunque no ha dado nombres.

A su vez, Rivera ha cuestionado la buena voluntad de Podemos en su ofrecimiento de mano tendida al PSOE y ha rememorado -en varias ocasiones- la frase de la "cal viva" que Iglesias dirigió a Felipe González y que, según el líder de Ciudadanos, se puede considerar un insulto a los votantes socialistas.

Venezuela y el comunismo

Jordi Évole se tenía reservada para casi el final del debate una pregunta sobre por qué Venezuela está siendo un tema tan recurrente en esta precmpaña, pero el asunto no ha tardado tan en salir a colación. Sin embargo, ha sido el periodista quien ha dado pie a la primera mención de este tipo, al preguntarle directamente a Rivera si atacar a Podemos con el comunismo era un "tic de la vieja política".

Rivera ha señalado que es legítimo que el socio de coalición de Iglesias, Alberto Garzón, se defina sin complejos como comunista, pero que él aboga por otro tipo de modelo político y económico. Tras esta reflexión, se han vivido diálogos como los siguientes:

Iglesias: "Hablar la España de 2016 del peligro del comunismo o de la conjura masónica a mucha gente le suena a chino"

Rivera: "Chino. En China hay comunismo también"

Iglesias: "Tenemos que hablar de los problemas de España. Yo creo que la gente es suficientemente madura para darse cuenta...

Rivera: "Madura (Maduro)"

Iglesias: "Has estado muy sagaz ahí"

El programa además se grabó la misma semana en la que Rivera realizó su viaje de más de dos días a Venezuela, por lo que el líder de Ciudadanos no dudó en explayarse en este tema. Además, la formación naranja ha aprovechado esta campaña para el 26-J para poner en marcha una estrategia más dura contra los contrarios. Así, por ejemplo, Rivera ha acabado pidiendo a Iglesias durante el debate que ayudara en el tema de los presos políticos, ya que él y su entorno "tienen mano" con el Gobierno de Nicolás Maduro.

El candidato de Podemos evitó mojarse en este tema y simplemente señaló que él sólo había estado tres veces en Venezuela y que si llega al Gobierno se asegurará de que España tenga una relación de amistad con los países latinoamericanos y cumpla su labor de mediación.


Ningún acuerdo

Otra de las diferencias respecto al anterior cara a cara en Salvados es que, mientras que en el encuentro del bar del 'Tío Cuco' Rivera e Iglesias encontraron bastantes coincidencias -hasta el punto de bromear si debían presentarse juntos-, en esta ocasión se ha puesto de relieve muchas de sus discrepancias.

Así, por ejemplo, Iglesias ha cargado contra la medida estrella de Ciudadanos, el contrato único, mientas que Rivera ha acusado al líder de Podemos de intentar vender humo con sus cálculos económicos.

Ni siquiera al hablar de un tema como el de los refugiados ha habido acercamiento. Aunque ambos candidatos se han comprometido a cumplir la cuota prometida por España, Iglesias ha devuelto la tensión al debate acusando a Rivera de hipocresía por estar en contra de que los inmigrantes sin papeles puedan acceder a la sanidad pública. Rivera se ha defendido argumentando que no son casos que se puedan asemejar'.

Los dos políticos sólo han estado de acuerdo en la necesidad de celebrar debates. Sin embargo, Évole ha llegado a desvelar durante el programa que en esta ocasión ha sido mucho más complicado organizar el cara a cara. El espíritu del 'Tío Cuco' definitivamente ha muerto.

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