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Enemigos irreconciliables: Iglesias y Rivera acaban de empezar y ya ni pueden debatir sin acuerdos

> Malísimas conclusiones del debate en 'La Sexta' entre los líderes de Podemos y Ciudadanos

lunes 06 de junio de 2016, 08:58h

Malísima noticia el ver anoche en el debate en 'La Sexta' a los líderes de Podemos y Ciudadanos. Pablo Iglesias y Albert Rivera son nuevos, como quien dice, en esto de la política. Apenas empezaron a combatir en la política nacional hace 2-3 años, por mucho que el catalán ya estuviera en el ruedo político de su región e Iglesias en las tertulias de televisión. Pero a pesar de su corto recorrido ya son enemigos irreconciliables.

Enemigos irreconciliables: Iglesias y Rivera acaban de empezar y ya ni pueden debatir sin acuerdos

Lo que se evidenció en el debate presentado y bien moderado por Jordi Évole es que no hay posibilidad de acuerdo entre la nueva izquierda y el nuevo centro-derecha de este país. Una malísima noticia para todos los españoles. Anoche, Iglesias y Rivera parecían Rajoy y Sánchez. Argumentaron durante la última campaña que eran los partidos del cambio, el recambio al bipartidismo tradicional, el entendimiento frente a una rivalidad ya pactada entre PP y PSOE. Pero Podemos y Ciudadanos dejaron claro ayer que ellos también juegan ese partido y que no quieren compartir camiseta, sino que no habrá acuerdo alguno y que son totalmente incompatibles en todas las materias: política social, política económica, reformas constitucionales... y ahora también, hasta son incompatibles también para debatir y mantener un buen tono en la confrontación de pareceres.

Lo que ayer también evidenciaron estos dos nuevos líderes nacionales es que el primer debate en 'La Sexta', cuando estuvieron de pie frente a la barra de un bar, fue sólo un espejismo. Un intento por ofrecer una buena imagen ante la sociedad pero que cuando pasa un tiempo prudencial, no pueden evitar dejar salir sus peores instintos y repetir las confrontaciones del bipartidismo, sin escucharse, sin evitar faltarse al respeto y tergiversando todos los argumentos del rival político. "¿De verdad que queréis seguir con este tono el debate?", llegó a decir, explotando, Évole, mandando callar a sus debatientes correctamente y dándoles un serio toque de atención, con cierto toque de ética social. Parecía que el presentador les avisaba de la horrible imagen que estaban dando a una sociedad que les veía como una alternativa a los líderes de siempre.

Guerra sin cuartel

Se entretuvieron ambos en si Iglesias llamó o no "criminal" a Amancio Ortega, algo en lo que Rivera recurrió continuamente en el debate para poner en contra al líder de Podemos de la clase empresarial de este país. Tampoco estuvo decoroso que Rivera quisiera recurrir a la demagogia asegurando que él viajó a Venezuela y a Grecia a ver sufrir a la gente mientras que Iglesias prefiere abrazar a Tsipras o ignorar la realidad de cuasi-miseria que existe en Venezuela. También inventó varios puntos del programa de Podemos que no están sobre el papel, y sabía que eso funciona para sus correligionarios y los que aún dudan de Podemos y su supuesto apego por los régimenes más populistas.

Tampoco estuvo a la altura Iglesias subiendo el tono de voz, interrumpiendo continuamente a Rivera ni dejando acabar sus argumentos. Estuvo nervioso y faltón, recurriendo a los argumentos facilones de que Ciudadanos es la nueva derecha, el nuevo PP, y que venían a acabar con la educación y la sanidad públicas. Exageró la postura de Ciudadanos cuando evitó un pacto con la izquierda en el intento de investidura de Pedro Sánchez y se le vio su peor faceta: la de un líder a veces populista y autoritario, que aterra a algunos votantes, como por ejemplo a los de Alberto Garzón, que aún se preguntan por qué no puede ser su líder alguien más dialogante y mesurado a la hora de confrontar argumentos con sus rivales ideológicos.

Conclusión: Rivera ha caído en los pecados de los que llegaron antes, unos argumentos facilones (Venezuela, comunismo, izquierda es igual a ruina) e Iglesias ha perdido definitivamente su pausa moderada para volver al más puro estilo hooligan de la crispación. Eso sí, a quien acusó de eso fue a Rivera, y lo hizo antes de que se emitiera el debate (grabado antes, por cierto, no en directo).

Post data: sí es cierto que Iglesias no dijo concretamente que Amancio Ortega, el dueño de Inditex, fuera un "criminal". En realidad dijo algo más fuerte: en agosto de 2012 se refirió a él como "terrorista":


- Iglesias y Rivera escenifican su distanciamiento en un tenso cara a cara en 'Salvados'

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