Misterio aclarado. El PSOE sólo ha encargado encuestas "cualitativas", sin estudios de intención de voto, según ha admitido a Diariocrítico una fuente próxima a la dirección del partido. El objetivo era -y es- descubrir con quién prefieren sus votantes que se busque un inevitable pacto de Gobierno y, sobre todo, si los que se 'fugaron' a Podemos se han arrepentido y volverán a darles su confianza. La respuesta, asegura esta misma fuente, es positiva y es lo que les permite mantener la esperanza de dar la vuelta a los sondeos "cuantitativos", esos que el secretario de Organización, César Luena, dice que no le hacen falta porque se los facilitan gratis.
La primera conclusión de estas encuestas propias sería que ha terminado el idilio de buena parte del electorado socialista con Podemos o, para ser más exactos, "con Pablo Iglesias, el político con más índice de rechazo de este país". Al menos habría terminado la fuga hacia la formación 'emergente' e incluso se espera el retorno de muchos de los votantes perdidos.
La segunda es que también aumenta el rechazo a pactar con Podemos –"o con cierto Podemos"- pero más como rabieta por la negativa a apoyar al PSOE en el intento de investidura de Pedro Sánchez, porque si algo queda también meridianamente claro, recalca la fuente de Diariocrítico, es que con el PP “ni por activa ni por pasiva”.
“Eso es lo que quiere Podemos, echarnos en brazos del PP para que desaparezcamos”, añade con indisimulado cabreo.
En cuanto a las encuestas que les auguran un sorpasso tanto en votos como en escaños, destaca que los trabajos de campo se realizaron con la noticia del procesamiento de Chaves y Griñán dominando los informativos y las portadas de periódicos. "Nuestra gente se ha escondido, se ha callado" abrumada por la presión desde los medios.
Y, ahora, ese voto oculto habría provocado a través de las encuestas el estado de "desánimo" pregonado -para cabreo de parte de su entorno- por el propio Pedro Sánchez. Es de esas cosas que, según los estrategas de campaña, se piensan pero no se dicen. Sino todo lo contrario.
El reto al que se enfrenta Ferraz a escasas 24 horas del arranque de la campaña electoral es cómo cambiar el "relato", un término muy recurrente en los últimos tiempos. El PSOE había diseñado una contienda electoral con el "programa, programa, programa" como argumento y una sesuda oferta de propuestas y promesas y se ha dado cuenta de que la batalla va a estar en los medios, los vídeos ingeniosos y, en definitiva, el espectáculo.
Si el PSOE no espabila caerá en la trampa de PP y Podemos, aliados en el objetivo "de ningunearnos" en sus mensajes electorales.
“No se van a votar ideas, sino quién va a gobernar”, se queja antes de lanzar una advertencia final: “Para salvar a España hay que salvar al PSOE”.
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