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Así es '¡Cómo está Madriz!': la polémica puesta en escena de Miguel del Arco incendia La Zarzuela

'¡Cómo está Madriz!': la polémica puesta en escena de Miguel del Arco incendia La Zarzuela

viernes 10 de junio de 2016, 09:00h

El Teatro de la Zarzuela vuelve a programar ‘La Gran Vía’, el más popular título de Chueca y Valverde, conjuntamente con ‘El año pasado por agua’ en un espectáculo único sobre Madrid y con un director de escena de excepción, Miguel del Arco, un dramaturgo y director personalísimo que ha levantado un magnífico montaje, aunque no exento de algún pero y que ha provocado una gran polémica al aludir a lugares comunes que han irritado a cierta parte del público que, probablemente, habría podido y no ha querido evitar. El montaje se ha construido sobre una escenografía de Eduardo Moreno y el estupendo vestuario de Pedro Moreno, y sucede a otros, también magníficos, de ‘La Gran Vía’ como fueron los de Adolfo Marsillach (1983) y de Paco Mir (2009), que muestran una vez más la vigencia y la fuerza del género chico en nuestro país.

Si los conservadores y liberales, Cánovas y Sagasta, de finales del XIX tenían al primer Pablo Iglesias, el fundador del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), como el azote del constituido bipartidismo, ahora es el otro Pablo Iglesias, el de nuestros días, el líder presidencialista de Podemos, el que trata de romper también sobre el escenario de La Zarzuela (debía ser el único foro que no había pisado aún), y de la mano de Miguel del Arco, la hegemonía bipartidista entre PSOE y PP (Partido Popular). Entonces y ahora, todo sucede en un Madrid costumbrista y con dosis letales de crítica social y política. Estas, y la felación practicada a un sacerdote en una de las escenas del montaje provocaron las iras, la incomodidad, el abucheo de muchos de los asistentes, y la consiguiente huída de sus butacas de dos o tres docenas de espectadores que, en el día en que acudí a ver la función (miércoles, 8 de mayo), tuvieron como consecuencia, incluso, la paralización durante unos minutos de la misma.

Excepción hecha del incidente reseñado, el montaje discurre ágil, con dinamismo ejemplar, y siempre apoyado en la desenvuelta comicidad de Paco León, cuya presencia en escena lo largo de los más de 150 minutos de duración del montaje, es la base de la puesta en escena de Del Arco. Una apuesta arriesgada que, desde luego, el actor y director sevillano supera con creces y que marca un bautismo envidiable en su incursión en el género chico. Paco León encarna a un vecino de la Plaza Mayor madrileña a quien no dejan dormir los constantes conciertos, manifestaciones públicas y privadas que allí tienen lugar. Excelente y sorprendente ese comienzo del espectáculo en que el actor para a la orquesta -muy bien dirigida por José María Moreno a lo largo de todo el montaje-, que increpa a su director y que, cuando, después de la graciosísima discusión, intenta reconciliar el sueño por enésima vez, se acaba a topando ahora con el Madrid de Chueca y Valverde, y un sinfín de personajes de entonces y de ahora, que marcan el paralelismo de las situaciones social y política que tienen los dos momentos históricos.

Y así, por mor de la imaginación de Del Arco, en el escenario se mezclan personajes que poblaron las numerosas tertulias de Madrid, como los escritores Valle Inclán, Machado, Baroja o Benavente (tildado abiertamente de ‘maricón’ por el revisor y actualizador del libreto), con alusiones y presencia, a través de la palabra o la imagen, a los más diversos personajes de la actualidad española del siglo XXI, como Rajoy, Iglesias, los independentistas catalanes, Aguirre, Bárcenas, Blesa o Rato, por poner solo algunos nombres de los muchos más que por allí transitan para ilustrar la actualidad política y de la corrupción patrias.

Música e imagen

Las proyecciones cinematográficas de Joan Rodón, presentadas en paneles dan una gran agilidad a la escena, pero a veces resultan sobreabundantes para ilustrar una acción ya convenientemente movida por la propia dinámica de los hechos planteados que, además, y, como siempre, están magníficamente iluminados por Juanjo Llorens.

En general, tanto el elenco actoral, como el musical y cantor están a la altura exigida en un templo de la música popular española como es La Zarzuela. Un encendido, merecido y sincero aplauso a todos ellos, que resulta aconsejable no reseñar exhaustivamente porque son muchísimos. Baste citar a Luis Cansino, barítono, como el Caballero de Gracia y La Seguridad; Ángel Ruiz, Carlos Crooke y Pedro Quiralte comoLos Tres Ratas, uno de los números estrella de ‘La Gran Vía’; Isabella Gaudí, soprano, como La Cupletista; Amelia Font, soprano cómica, como Doña Virtudes; Amparo Navarro, soprano, como El Elíseo Madrileño, y María Rey-Joly, soprano, como La Menegilda y Merche.

Si alguien pensaba que a la zarzuela se puede ir a echar una cabezadita, hay que decirle que ha equivocado el camino. La altura musical y actoral de lo que en el Teatro de La Zarzuela de Madrid puede verse con ‘¡Cómo está Madrid!’está a la par de los mejores teatros musicales europeos y, si además, la polémica está servida, no hay mejor antídoto para despertar a un espectador que, muchas veces, permanece narcotizado frente a lo que se le presenta en escena. Aunque solo sea por esto, bienvenida la polémica a La Zarzuela.

¡Cómo está Madriz!

Dirección de escena: Miguel del Arco

Dirección musical: José María Moreno

Música de Federico Chueca y Joaquín Valverde

Actores: Manuela Paso, Jorge Usón, Nuria García, Miriam Montilla, Diego Molero, Carlos Martos, Natalia Huarte, Rocío Peláez, Ángel Burgos, Verónica Moreno, Ana Goya, Esther Ruiz, Ángel Perabá, Alberto Sánchez, Miguel Ángel Jiménez, Gonzalo Kindelán, Manuel Moya y Juan Ceacero

Otros cantores: Román Fernández Cañadas, Antonio González, Josquín Córdoba, Alicia Martínez, Gustavo Beruete, Aranzazu Urruzola, Ignacio del Castillo y Graciela Moncloa

Diseño de sonido: Sandra Vicente

Diseño 3D: Emilio Valenzuela

Teatro de La Zarzuela, Madrid

Hasta el 12 de junio

José-Miguel Vila

Columnista y crítico teatral

Periodista desde hace más de 4 décadas, ensayista y crítico de Artes Escénicas, José-Miguel Vila ha trabajado en todas las áreas de la comunicación (prensa, agencias, radio, TV y direcciones de comunicación). Es autor de Con otra mirada (2003), Mujeres del mundo (2005), Prostitución: Vidas quebradas (2008), Dios, ahora (2010), Modas infames (2013), Ucrania frente a Putin (2015), Teatro a ciegas (2017), Cuarenta años de cultura en la España democrática 1977/2017 (2017), Del Rey abajo, cualquiera (2018), En primera fila (2020), Antología de soledades (2022), Putin contra Ucrania y Occidente (2022), Sanchismo, mentiras e ingeniería social (2022), y Territorios escénicos (2023)

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