www.diariocritico.com

'El marqués for president'

sábado 18 de junio de 2016, 11:25h

Reconozco que, algo eufórico ante el tremendo juego de ‘la Roja’, se me ocurrió, festivo, enviar en la noche del viernes un mensaje por Twitter: “¿por qué no hacemos al marqués presidente del Gobierno?”. No esperaba, la verdad, que tantos se tomasen tan aparentemente en serio la broma: recibí numerosas respuestas, que incluso sugerían hacer a Iniesta vicepresidente y a Piqué´, ministro de los territorios. Un auténtico Gobierno de coalición, vamos. Cierto que los patosos que nunca faltan en las redes sociales descargaban de manera mucho menos jocosa su mal humor con quienes aspiran a representarnos, y hasta con un servidor por atreverse a ‘mezclar churras con merinas’, me decía uno, sin especificar cuáles, en este caso, eran de una clase y de otra en el rebaño.

El caso es que el futbol, bendito sea, constituye casi la única válvula de escape para un país alarmado, que se asoma a la última semana de una campaña electoral que puede consolidar la calma y el ponerse a trabajar en los (muchos) cambios necesarios…o mantenernos en una situación de inestabilidad que nos perjudica a los españoles mucho más de lo que parecen imaginar quienes, entre jacarandosos e inconscientes, dicen que estos meses han servido, al menos, para demostrar a los españoles que para qué diablos nos hace falta un Gobierno. Fíjese usted si tiene influencia este deporte rey que la prensa de este sábado primó, sobre todas las fotografías posibles de la campaña (hablo, claro, de las páginas políticas), la de Albert Rivera enfundado, junto a Inés Arrimadas, en la camiseta de la selección nacional, festejando no sé cuál de los tres magníficos, indiscutibles, goles, que nos ponen en los octavos de final de la Eurocopa.

Y es que Rivera, casi tanto como Pablo Iglesias, que esta vez se reservó y desdeñó el populismo futbolero, sabe lo que es la ‘photo opportunity’. Algo sobre lo que debe aprender mucho aún Pedro Sánchez, empeñado en mostrar que Zapatero (cuya figura se reivindica ahora) está con ‘la roja’ (los colores del PSOE, digo) y no con la morada; equivoca Sánchez el foco, pues ¿no va el líder socialista y se mete con De Gea, casi condenándolo en un asunto que no está ni siquiera asentado en los juzgados? Así le ha respondido el ‘presidenciable’ Del Bosque: “nosotros no hemos venido aquí a conseguir votos”, le lanzó el muy querido seleccionador nacional, defendiendo a su portero.

Y, volviendo a la ‘photo opportunity’: es algo sobre lo que debe aprender no poco también Mariano Rajoy, que por cierto es el que más entiende de futbol de los cuatro –ya dice que piensa seguir leyendo el ‘Marca’— y anda en una campaña pueblo a pueblo. Muy dura campaña, acompañado por la figura, entiendo que algo desgastada, de María Dolores de Cospedal, y mostrando sus recelos hacia el Cambio, fiándolo todo a su indudable tirón entre quienes (es una de las españas posibles) piensan que en tiempos de crisis lo mejor es no hacer mudanza.

Me parece que en este a veces frívolo, o escapista, país nuestro proliferan más las apuestas acerca de si el equipo seleccionado por el marqués acabará reteniendo el título de campeón que las que se cruzan sobre cómo diablos va a ser posible formar, con las encuestas que nos van abrumando, un Gobierno estable, fiable y regeneracionista. Ya dice Rivera, entre foto y foto animando a una ‘roja’ que no necesita ánimos, que aquí lo que hace falta es que el PP se dote de un líder mejor que Rajoy (hablan en Ciudadanos, y hablan bien, de Cifuentes, Feijóo o Pablo Casado)…y que el antiguo aliado Pedro Sánchez prometa de una vez, antes de que vayamos a las urnas, que no pactará con el Podemos de Pablo Iglesias, queden los ‘morados’ por delante o por detrás del PSOE; es el gran dilema, el punto de equilibrio o de desequilibrio, y la verdad es que no he escuchado al respecto algo verdaderamente contundente de labios de Sánchez, que ya sabe lo que se está jugando en este partido en el que la pelota es, en realidad, una bomba de relojería para él .

O sea, que estamos como en diciembre. Solo que ahora son muchos más que antes los que miran de reojo hacia La Zarzuela, temiéndose que el buen Rey que tenemos tenga que abandonar su proverbial prudencia y desgastarse hasta el límite de lo que le permite la Constitución, convirtiéndose en un árbitro que reparta tarjetas amarillas y hasta rojas. Pero sobre eso ya habrá tiempo, quizá meses de nuevo, para hablar. A ver si, al final, la broma cariñosa se hace realidad y el jefe del Estado va a tener que dar en proponer a alguien tan carismático como el marqués para que encabece un Ejecutivo de salvación nacional…Ojo, tuiteros airados, que sigue siendo broma. ¿O no?

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios