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La reorientación profunda

Por Gabriel Elorriaga F.
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elorriagafernandezhotmailcom/18/18/26
martes 21 de junio de 2016, 13:00h

Comentando la próxima visita de Obama a España, el secretario de Relaciones Internacionales de Podemos y candidato a diputado por Madrid Pablo Bustinduy ha explicado que esta espectacular propuesta electoral desea “una reorientación profunda” de la relación geoestratégica de España con USA y con la OTAN. De tal “reorientación profunda” no se ha hablado nada ni en el exclusivo debate a cuatro de hace unos días ni en los mítines de este “holding” que aparece en las encuestas con posibilidades de ocupar el segundo puesto en los resultados. Ni ha mencionado el tema Pablo Iglesias ni lo han forzado a definirse en este asunto sus contrincantes políticos. Se considera un tema alejado de las preocupaciones preferidas del electorado, absorbido por la temática social -empleo, pensiones, sanidad, escuelas, impuestos- por lo que no se quiere incidir en una temática más difícil de explicar, olvidando la relación inseparable que existe entre el nivel socioeconómico y la relación geoestratégica de España con el mundo occidental.

La “reorientación profunda” a que se refiere Bustinduy es la clave y compromiso principal de la programación que no figura en el llamado folleto de IKEA. Es aquello por lo que los promotores de Podemos han sido apoyados desde entidades internacionales de signo contrario a la actual posición diplomática y militar de España. Aquello que rechaza airadamente Pablo Iglesias, con la insistente respuesta de que no se mencionen relaciones o subvenciones que, una y otra vez, cuando su partido fue acusado con alegaciones jurídicas, estas no fueron admitidas por los tribunales por no encontrar materia delictiva. Es difícil establecer relaciones directas entre intercambios de ideas y emolumentos y teóricas reorientaciones de hipotéticos aspirantes a gobernar.

Los observatorios políticos no son tribunales de justicia sino detectores de intenciones. Los compromisos de Podemos se detectan en sus negativas a apoyar a presos políticos, a defender la libertad de información o a definirse contundentemente contra ataques que afectan a personas o intereses occidentales. Sus intenciones se evidenciaron cuando en unas anteriores jornadas postelectorales se apresuraron a pedir competencias en un supuesto gobierno de cambio cuya presidencia reservaban al PSOE. Eran las competencias adecuadas para poder entrar directamente en la “reorientación profunda” de la relación geoestratégica de España con USA y la OTAN. Por si fuera poca la señal, habían incluido en sus listas, con pretensiones de futuro ministro de Defensa, a un general extraviado que opina que la OTAN es una organización “obsoleta”.

La “reorientación profunda” está basada en tres mentiras patentes. El candidato Bustinduy las ha enumerado ordenadamente. La primera es que nuestra relación con USA y la OTAN “ha privilegiado de manera casi exclusiva la alianza en términos militares y estratégicos”. En una alianza militar geoestratégica no existe privilegio ni exclusividad. Se está a un lado o se está al otro. Se es aliado o se es ajeno a la alianza. Cuando se es miembro de un sistema de defensa o parte de una alianza de mantenimiento de la paz no cabe romper la exclusividad sin cambiar de bando o situarse en lo que antaño llamaban unos falsarios “el tercer mundo” que no era sino una forma de establecer discordias en el seno del primer mundo.

La segunda mentira es que la presencia de “bases extranjeras -se refiere a Rota y Morón- afecta a nuestra soberanía”. No existe tal condición de extranjería en dichas bases. Son bases españolas en las que se han acordado utilizaciones por parte de fuerzas aliadas sin la menor quiebra de soberanía. El mundo actual está lleno de despliegues de fuerzas en todo tipo de territorios soberanos, legalizadas por acuerdos internacionales según las circunstancias que aconsejen la cooperación entre aliados. Las propias fuerzas españolas han mantenido bases en Bosnia, en Líbano o en Afganistán sin que nadie considerase que afectaban a la soberanía de aquellos países. El tema de las alianzas internaciones y los despliegues estratégicos es tan antiguo como la acción de las flotas aliadas con España en Lepanto cuando hubo que asegurar la navegación por el Mediterráneo o como los conjuntos de fuerzas españolas e inglesas en la Guerra de la Independencia. Plantear cuestiones de soberanía en los despliegues militares de la época de las fuerzas aerotransportadas, los satélites de información o la balística intercontinental no solo es un anacronismo sino una engañifa para revestirse con la vieja túnica de un patriotismo de guardarropía.

La tercera mentira es que el tratado comercial conocido como TTIP, entre la Unión Europea y USA “vacía los poderes soberanos”. Decir, que un tratado de comercio libremente establecido entre la Unión Europea y Norteamérica “vacía los poderes soberanos” es como soñar con el viejo mundo de aduanas y fronteras con tal de impedir que dos colosos económicos, como USA y UE, se refuercen mutuamente con sus mercados preferentes en ambas direcciones en clave atlántica, como el océano comercialmente más productivo y más seguro, para evitar que pueda ser desbordado o condicionado por rivales asiáticos. La hostilidad contra el TTIP, unida contra la hostilidad contra la OTAN o cuanto huela a USA es la ideología fundamental de Podemos. Esta posición quizá pueda resultar aceptable y hasta graciosa para algún ignorante que no entiende lo que se juega. No se trata de política internacional o militar separada de un posicionamiento económico y social. Se trata de estar dentro del mundo que progresa o alinearse con el mundo que fracasa. Se trata de un tema de nivel de vida. Nadie piense que en ese mundo de “reorientación profunda” se puede seguir viviendo como hasta ahora. Sin seguridad y confianza no hay prosperidad económica posible. Sin economía de calidad no hay calidad de vida. Hacen mal los políticos en eludir esta temática creyendo que no afecta directamente al interés popular. La “reorientación profunda” ya la hicieron otros antes de que nos la propongan a nosotros. Allá en Venezuela, por ejemplo, digamos aunque sea caer en la vulgar referencia que tanto les molesta. La “reorientación profunda” que propone “Unidos-Podemos” no es solo un cambio estratégico sino un prólogo de ruina y miseria. No es necesario asustar con el coco de la recesión en esta encrucijada de bloqueo con que se presentan las próximas elecciones. El único bloqueo justificado en esta situación es el que debieran formar todos los partidos del pluralismo político para cerrar la puerta del gobierno de España a los promotores de la “reorientación profunda”.

Gabriel Elorriaga F.

Ex diputado y ex senador

Gabriel Elorriaga F. fue diputado y senador español por el Partido Popular. Fue director del gabinete de Manuel Fraga cuando éste era ministro de Información y Turismo. También participó en la fundación del partido Reforma Democrática. También ha escrito varios libros, tales como 'Así habló Don Quijote', 'Sed de Dios', 'Diktapenuria', 'La vocación política', 'Fraga y el eje de la transición' o 'Canalejas o el liberalismo social'.

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