Guillotina o silla eléctrica: las conclusiones inconclusas de Iñaki Gabilondo

De tanto en tanto, doy un repaso a las columnas audiovisuales de los distintos medios, para ver si dicen algo diferente de lo que se escribe. Hace unos días me detuve ante la de Iñaki Gabilondo, en el diario El País, entre otras razones porque tenía un título insinuante: “Guillotina o silla eléctrica”. Claro, se refería a la encrucijada endiablada que enfrenta el PSOE. El periodista mencionaba la completa división interna del Partido Socialista y concluía: “El PSOE tiene que elegir si se suicida permitiendo que gobierne el PP o se suicida permitiendo que gobierne Podemos e Izquierda Unida. Tiene que elegir entre la guillotina y la silla eléctrica”.

Más allá del dramatismo que le agrega Gabilondo, hay que admitir que la tesis de fondo es bastante acertada. Es difícil saber si elegir una opción o la otra sería para el PSOE un completo suicidio, pero es indudable que le provocaría una profunda crisis, que incluso podría producir alguna ruptura interna. Por lo demás, sacar a la luz esa endemoniada división del PSOE no es algo precisamente nuevo. Aparece en las encuestas del CIS y algunos llevamos señalándola desde nuestras humildes notas, al menos desde el segundo gobierno de Zapatero.

Sin embargo, el problema de la columna de Gabilondo es que su conclusión sobre la encrucijada del PSOE queda inconclusa, no agota el análisis. Parece que Iñaki comparte la tendencia de ese medio de quedarse a mitad de camino en el examen de la situación política. Sí, aceptemos que para el PSOE significa una opción emponzoñada, pero Gabilondo no dice una palabra de lo que la elección (favorable al PP o a Podemos) significa para el país.

¿O piensa que el riesgo para España es el mismo si continúa el PP gobernando que si Podemos logra formar gobierno? Porque ya es tiempo –déjenme insistir- de aceptar que no estamos en condiciones de optar por la buena solución, sino por la solución menos mala. Y en esta tesitura es necesario comenzar a mojarse al respecto.

Y es necesario mojarse porque lo contrario es de una irresponsabilidad supina. Si Gabilondo está a favor de experimentar la “política nueva” del populismo español que tenga el valor de decirlo. En caso contrario, que acepte que el riesgo de que siga gobernando el PP o gobierno Podemos no es equiparable y lleve el análisis político hasta sus últimas consecuencias.
Adelanto que no es de mi gusto que el PP continúe gobernando como si aquí no hubiera pasado nada. Pero no estamos ante una cuestión de gustos sino de decisiones responsables. Y no tengo la menor duda de que la continuación de un gobierno del PP es, frente a la eventualidad de que gobierne Podemos, la solución menos mala.

En otras palabras, la experiencia demuestra que tanto en Europa como en América Latina se detiene al populismo (sea de derechas o de izquierdas) formando un frente común del resto de las fuerzas políticas democráticas. Y no resulta útil quejarse de lo deleznable que supone que a estas alturas haya que formar en Europa frentes comunes contra el populismo. Así están las cosas y hay que hacerles frente, a menos que se acepte la vía griega.

En suma, puede que el PSOE tenga que elegir entre la guillotina y la silla eléctrica, pero al país no le da lo mismo si elige suicidarse favoreciendo la continuación gubernamental del PP o permitiendo que Podemos llegue al gobierno. Y eso hay que decirlo claramente, estimado Iñaki, para a continuación decantarse al respecto, porque la situación que enfrenta el país es lo suficientemente grave como para ello.