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Obra de teatro El laberinto mágico
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Obra de teatro El laberinto mágico

‘El laberinto mágico’, ¡Siempre, siempre España!

miércoles 22 de junio de 2016, 17:52h

El Centro Dramático Nacional ha puesto en pie en el teatro Valle-Inclán de Madrid una versión de ‘El laberinto mágico’, el ambicioso ciclo de novelas del escritor Max Aub (1903-1972), novelista, dramaturgo, ensayista y poeta español, de padre alemán y madre francesa de origen judío, que acabó exiliado en México. Se trata de un relato coral de los perdedores de la Guerra Civil española que José Ramón Fernández ha resumido en dos horas de modélica adaptación dramática de este ciclo que Aub escribiera a lo largo de un cuarto de siglo: Campo cerrado, 1943; Campo de sangre, 1945; Campo abierto, 1951; Campo del Moro, 1963; Campo francés, 1965; y Campo de los almendros, 1968.

La espléndida puesta en escena de esta versión de ‘El laberinto mágico’ corresponde al director del Centro Dramático Nacional, Ernesto Caballero que, apoyado en una escenografía abierta, sencilla (apenas unos cuantos sacos terreros, algunas sillas que, en un momento dado, evocan un cabaret de la época, un par de mesitas y un camastro) es capaz de levantar un montaje soberbio, evocador y lleno de fuerza expresiva. La escenografía y el vestuario los firma Mónica Boromello, pero la iluminación (Ion Aníbal), la música original y el espacio sonoro (ambos de Javier Coble) no le andan a la zaga y son también magníficos.

La acción discurre entre julio de 1936 y marzo de 1939, en plena Guerra Civil Española, en el bando republicano -el del autor- y en los frentes de Madrid, Valencia y Barcelona, para desembocar en una terrible, desesperanzadora y trágica espera de los republicanos en el puerto de Alicante (“las tragedias siempre suceden a una hora precisa...”. “Este es el lugar de la tragedia. ¡Frente al mar!”), con la vana intención de embarcarse para salir huyendo fuera de España, pero los barcos nunca llegan. En su lugar, lo hace la represión y la venganza. Hasta ahora, a los componentes de los dos bandos contendientes, nacionales y republicanos, se les podía calificar como enemigos pero, a partir de entonces, unos serían los vencedores y otros los vencidos…

Otra vez el teatro dentro del teatro en donde los personajes se presentan a sí mismos y hasta anuncian su propia muerte en un precioso duelo de cuerda en el que unos tiran hacia un lado y los otros hacia el contrario. Y mientras, los vivos juegan a la representación teatral obviando, incluso, el fuego enemigo y olvidando que ahora la vida discurre entre las trincheras. “¿En la vida se habla como en el teatro o en el teatro se habla como en la vida?”, se pregunta un grupo de republicanos integrantes de la compañía de teatro El Retablo. La respuesta está en estas dos horas de función en las que Caballero ha sabido trenzar con fluidez y maestría las vivencias y situaciones que José Ramón Fernández ha escogido de entres las cinco novelas de Aub, y que 15 soberbios actores, encarnando un número mucho mayor de personajes, materializan sobre un ampliado y extensísimo escenario del Valle-Inclán, que incluye hasta el patio de butacas entero. La homogeneidad en la altura de sus interpretaciones raya la perfección absoluta y, aunque ahora podremos el énfasis en alguna de las escenas y personajes, los nombres de todos los actores son dignos de figurar con letras de oro en el recuerdo de los espectadores: Chema Adeva, Ione Irazabal, Javier Carramiñana, Macarena Sanz, Paco Déniz, Marisol Rolandi, Alfonso Torregrosa, María José del Valle, Pepa Zaragoza, Bruno Ciordia, Paco Celdrán, Borja Luna, Paco Ochoa, Paloma de Pablo y Mikele Urroz.

Con todo, y como siempre, la vida se abre camino hasta entre las balas y la miseria y todo esa maraña de hombres y mujeres pugnan por salir adelante en el día a día lidiando como pueden entre el dolor, el miedo, la incertidumbre, la traición, la delación, el doble juego del espionaje, pero también con el amor, la esperanza y los tímidos proyectos para cuando vengan tiempos mejores. Y, si no, que se lo digan a Asunción Meliá (deliciosa Macarena Sanz), 17 años, jugando alegre, soñadora y divertida con las olas en plena playa valenciana de la Malvarrosa, junto a su enamorado Vicente Dalmases (Javier Carramiñana), ambos militantes de las Juventudes Comunistas, e integrantes del grupo de teatro itinerante.

La crueldad y la inutilidad de la guerra, de toda guerra, se resume muy bien en esa pregunta del Juez (Alfonso Torregrosa) que formula al Médico, cojo, y borrachín, (Chema Adeva): “¡Oye! ¿Tú, qué crees que pasará cuando acabe la guerra, para qué servirá la muerte de esos tres (se refiere a unos fusilados)?”. “Para que le sigan rajando las tripas a sus sucesores”. Y, por lo demás, todo sigue igual para Pilar (Pepa Zaragoza) y su marido Paulino Cuarteto (Paco Ochoa), encargado de salvaguardar el patrimonio artístico (entre otros, el cuadro de Las Meninas), muy vanidoso, y que, aunque se casó enamorado, ahora le es infiel a su mujer con Rosario (Paloma de Pablo) que se ha quedado viuda. ¡Maravillosa esa escena en que Pilar, conocedora ya de las infidelidades de su marido, recuerda evocadora su casa de Valladolid, las croquetas de su abuela, la insustituible compañía de su madre, los paseos con sus amigas…!

‘El laberinto mágico’ es un espectáculo tan oportuno como necesario por el que debieran pasar todos los líderes políticos españoles que ahora y en el espacio de unos meses, concurren por segunda vez a elecciones políticas, para recordar que el sectarismo y el odio solo producen estas consecuencias de las que debiéramos avergonzarnos todos, sin intentar justificar a los de una parte frente a la otra: la sinrazón, desgraciadamente, está muy bien repartida en este país.



‘El laberinto mágico’

Autor: Max Aub

Versión: José Ramón Fernández

Dirección: Ernesto Caballero

Intérpretes: Chema Adeva, Ione Irazabal, Javier Carramiñana, Macarena Sanz, Paco Déniz, Marisol Rolandi, Alfonso Torregrosa, María José del Valle, Pepa Zaragoza, Bruno Ciordia, Paco Celdrán, Borja Luna, Paco Ochoa, Paloma de Pablo y Mikele Urroz

Músicos: Paco Casas y Javier Coble

Ayudante de dirección: Víctor Velasco

Fotos: marcosGpunto

Teatro Valle-Inclán, Madrid

Hasta el 10 de julio de 2016

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