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Desangelada, pero durísima conferencia del líder de CiU en Madrid

Mas advierte a PP y PSOE que no tolerará un pacto entre ambos para frenar el nacionalismo

Mas advierte a PP y PSOE que no tolerará un pacto entre ambos para frenar el nacionalismo

· Si el Constitucional ‘toca’ el Estatut, “Cataluña tiene un problema y España también”

martes 11 de diciembre de 2007, 12:05h
“¿Por qué le íbamos a hacer un favor al Gobierno de Zapatero; para agradecer qué?”. El líder de CiU, Artur Mas, ha dado ‘doctrina’ en Madrid y, aunque en un escenario desangelado, lo ha hecho de forma contundente: ha avisado a Zapatero y Rajoy de que no tengan veleidades ‘pactistas’ para frenar el nacionalismo mediante el BOE, la reforma de la Constitución o la Ley Electoral, porque tendrían una respuesta contundente. Por otro lado, no habrá moción de censura en Cataluña, pero de pactos electorales después del 9 de marzo, mejor ni hablar. Bono, que estuvo presente en la conferencia, la montó.

Desangelada conferencia de Artur Mas en Madrid para explicar su proyecto soberanista ya lanzado hace unas semanas en Cataluña. Desangelada, porque al líder de CiU apenas le arroparon algunos de los suyos –mayoritariamente, del bloque de CDC, como Jordi Xuclá, y algunos de UDC, como Sánchez Llibre- y dos ‘socios’ vascos de Galeuscat, Iñaki Anasagasti y Josu Erkoreka. Y pare usted de contar, salvo la presencia estelar del presidenciable’ de las Cortes Generales, José Bono. El socialista dijo haber pedido ‘permiso’ a su partido para asistir al desayuno informativo de Mas, y, desde luego, la montó a mitad del acto.

Ausencia total, por tanto, no sólo de socialistas y de populares, sino de las restantes fuerzas del arco parlamentario, empezando por su ‘socio’ en CiU Josep Antoni Durán i Lleida, escasamente conforme con el tono soberanista radical del sucesor de Jordi Pujol al frente de CDC. Pero el que Durán no asistiera a la conferencia de Mas en el Fórum Europa no significa que no estuviera permanentemente informado: su ‘brazo derecho’, Josep Sánchez Llibre, le tuvo al tanto vía teléfono móvil, y no sólo de lo que habló Mas, sino también del escaso éxito de convocatoria.

En realidad, Mas había venido a Madrid a repetir lo que ya había expuesto el 20 de noviembre en Barcelona: su proyecto “marcadamente catalanista” que supone que “Cataluña es una Nación y lo va a seguir siendo mientras los catalanes queramos” y, dos, que “el acta de nacimiento de Cataluña como Nación no deriva de la Constitución Española”. En definitiva, que ello es compatible con un “proyecto multinacional”, pero no “uninacional” y que cuidado con lo que diga el Tribunal Constitucional con el Estatut: si no recorta, las consecuencias pueden ser imprevisibles.

A partir de esos supuestos, es fácilmente adivinable todo lo demás: el nuevo proyecto catalanista se construye sobre cuatro pilares: Nación plena, Cataluña a la vanguardia, Cataluña global y derecho a decidir de los catalanes. Mientras tanto, tirar de la cuerda hasta tensionar al Estado, incluyendo la posible petición de un concierto económico para Cataluña similar al que disfrutan históricamente vascos y navarros. El fin último sería la independencia  o algo así, y Cataluña aspiraría entonces a liderar el área mediterránea. Ni más ni menos, ni menos ni más.

Y, eso también, una advertencia genuina, absoluta, total, al Tribunal Constitucional en sus deliberaciones sobre el Estatut de Cataluña, por un lado, y a las dos grandes fuerzas estatales, PP y PSOE, a tal respecto, por otro: que ni a Rodríguez Zapatero ni a Mariano Rajoy se les ocurra ni por asomo intentar un pacto inter primus para frenar el avance de los nacionalismos en España: “Si lo afronta [una posible inconstitucionalidad del Estatut y la consiguiente respuesta en Cataluña] por el BOE [Boletín Oficial del Estado], vamos a ir por mal camino; si lo hace cambiando el Título Octavo [de la Constitución] para hacerlo más restrictivo, vamos a ir por mal camino; si lo hace cambiando la Ley Electoral para que los nacionalismos tengan menos peso, vamos por mal camino”. En definitiva, que “si ésa es la receta, no la vamos a aceptar”.

El resto de la conferencia fue un más de lo mismo: que la Constitución no puede ser ni un “parapeto” ni un “muro”; que si el Constitucional ‘toca’ el Estatut de Cataluña “Cataluña tiene un problema y España también”; si ocurre tal cosa, CiU reaccionará proponiendo un Gobierno “de concentración nacional” en Cataluña con todas las fuerzas que mantengan el mismo discurso en Madrid y en Barcelona; que ya basta de llamar a Cataluña “pedigüeña, insaciable e insolidaria”, y que no creerá más en un Gobierno (el de Zapatero) que ya el primer año incumple sus compromisos y que el segundo año lo reconoce, además de seguir incumpliéndolos.

Bono, la ‘atracción’ del desayuno

Esos eran los mensajes, grosso modo, que Artur Mas había venido a dar a Madrid. La dureza de la argumentación del líder de CiU fue la que, acaso, aconsejó a su ‘socio’ de coalición, Durán i Lleida, de no asistir a la conferencia. Ya se sabe que no comulga, y nunca mejor dicho, con las apreciaciones de su ‘socio’.

Quién sí estuvo –oh, sorpresa- fue el socialista José Bono, que la montó, como no podía esperarse menos. De forma hábil, a Bono le concedió la palabra el moderado del acto, y el manchego no se reprimió: “Sería extravagante que [yo] no hablara”, después de haber escuchado las tesis soberanistas de Mas, de quien dijo que “estoy tan en desacuerdo con el señor Mas como respeto le tengo” y a quien le llamó “comadrón” del Estatut catalán.

Sorprendió Bono cuando reconoció –mera retórica, desde luego, pero retórica sorprendente en él- algo así como que los nacionalismos nacen, se desarrollan y mueren, porque “son un invento”“si hasta se acabaron los faraones y el Imperio Romano”, dijo, entre grandes risas del respetable-, para añadir, sin embargo, que “sin Constitución, esto es un lío grande”, y para finalizar con un “disculpe, porque no quería yo hablar”. Más risas.

Mala intervención la de Bono, que dio cartuchos extra a Artur Mas, porque “si tan poco importante es el Estatut [Bono había dicho que ocupaba el número 24 en las preferencias en Cataluña], ¿por qué lo prometieron los socialistas?” (claro recuerdo de la promesa incumplida de Zapatero en Barcelona en noviembre de 2003). “Son ustedes los que convirtieron el Estatut en el tema estrella”.

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