Los dirigentes de Podemos necesitaron varios días para reaccionar y enfrentarse a la prensa. Pero Pedro Sánchez lleva callado desde el 26J y entonces tampoco aceptó preguntas. Viajó a Bruselas, donde sólo habló del ‘Bréxit’, el miércoles se reunió con la ‘reina madre’, o sea, Felipe González, pero a partir de ese momento, el secretario general del PSOE parece haberse desvanecido.
La explicación oficial se llama “familia”. Son muchos meses de intensa actividad política, toca soltar tensión ante lo que se avecina. Una explicación lógica… relativamente, porque de momento sólo ha provocado más incertidumbre. Especialmente entre los suyos, que asisten estupefactos a la ofensiva de Susana Díaz y los barones de costumbre para marcarle el camino -la abstención- y, de paso, la puerta en el próximo Congreso del partido.
Sánchez da la callada por respuesta. ¿Quién calla, otorga? ¿O sólo es una trampa para elefantes porque está, como se rumorea, negociando por su cuenta para darles una sorpresa en el Comité Federal del próximo sábado?
La respuesta la tendrán a lo largo de la semana durante los encuentros ‘a dos’ con los barones que culminarán en la cena del viernes, en la que en teoría deberán consensuar una postura común para el día siguiente.
El único indicio de que algo se mueve bajo la mesa procede del PP, donde se ha decretado un ‘apagón informativo’ sobre las negociaciones. Sólo se admiten “tanteos iniciales”, suficiente para poner en marcha las correspondientes especulaciones desde que Rajoy pidiera poder hablar sin luz ni taquígafos.
Para la imagen del PSOE, el estado de interinidad está siendo demoledor, con los adversarios políticos de Pedro Sánchez aprovechando su aparente debilidad, desde Susana Díaz, que abrió el fuego el mismo lunes a coro con Guillermo Fernández Vara hasta Eduardo Madina, que también ha criticado el presunto ‘conformismo’ de su candidato en la noche electoral. Para rematar la semana, Tomás Gómez ha dejado a Ferraz -o mejor dicho a César Luena- a la altura del betún.
A falta de noticias, la rumorología se dispara en todas direcciones. Del propio César Luena se dice que ha perdido el favor de Sánchez, aunque lo más grave es la presunta pelea entre Micaela Navarro y Patxi López por la presidencia del Congreso que ocupó durante unos meses el veterano socialista vasco.
Una polémica más para entretener y malmeter porque, para empezar, nadie ha dicho que el cargo vuelva a corresponder al PSOE. Antonio Hernando, el portavoz parlamentario, está en ello.