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Nadie quiere hacerse cargo de los desperfectos del coche

Un joven denuncia a la policía por usar su coche con él dentro en una persecución

martes 11 de diciembre de 2007, 14:05h
Un joven denunció este martes que la Policía Nacional le obligó a detenerse en medio de la carretera para usarlo como "parapeto" en una persecución policial de dos coches robados que conducían cinco aluniceros que, a pesar de todo, escaparon. Tres meses después, ni el Consorcio de Compensación de Seguros ni la aseguradora se quieren hacer cargo de los desperfectos de la furgoneta de Iñigo que se desplazó tres carriles, unos 20 metros de calzada.
Hace tres meses, Iñigo Hernández, salió del túnel de O'Donnell a las 6:00 con su furgoneta para dirigirse a trabajar, cuando se encontró con un coche de policía nacional que le cerraba el paso que, cruzado en mitad de la calzada, le obligó a parar y, sin que le diera tiempo a reaccionar, sintió un golpe fortísimo que convirtió su pesado vehículo "en el Apolo XIII porque tenía gravedad cero y todo lo que tenía salió volando".

Según ha declarado, al principio no entendía nada, pero "después de la conmoción", observó que había "una persona que se había puesto la camiseta tapándose la cara como un bandolero que salió corriendo". "Me bajé de la furgoneta, había muchos coches de la policía y me chillaban, por lo que pensaba que me iban a pegar un tiro", describió.

En realidad, había cinco coches destrozados por el golpe, entre ellos su furgoneta, y los efectivos policiales requerían la ayuda de Iñigo para saber por donde habían huido los cinco aluniceros. "Habían robado dos talleres, dos tiendas de móviles y una tienda de ropa entre cinco personas que iban en los dos coches y se escaparon los cinco", aseguró.

Tres meses sin trabajar y sin entrenar
Iñigo calificó la situación de "bastante surrealista", mientras mostraba los desperfectos en la parte trasera de su mercedes y en su interior. "Tres meses después, estoy luchando con la Mutua madrileña y con el Consorcio de Compensación de Seguros porque todavía no han mandado ni siquiera un perito", reclamó.

El Consorcio analiza en estos momentos si le corresponde asumir la reparación porque el coche que golpeó la furgoneta de Iñigo fue robado, presuntamente, en un taller con las llaves puestas, por lo que no constituiría "un robo con fuerza".

Por su parte, la Mutua madrileña, también aseguradora de los dos coches robados que participaron en la colisión, tampoco quiere correr con los gastos. Desde la compañía argumentaron que se trata de un proceso abierto pendiente de comprobar quien corre con los gastos a terceros. 

A partir del mismo día del accidente, 12 de septiembre, Iñigo que es buzo profesional y lleva a cabo trabajos verticales no está en activo porque su furgoneta es indispensable para transportar el material. Además, también estaba preparando las oposiciones para bombero y el "dolor lumbar y del cuello" producidos por el golpe le "impiden hacer ejercicios con cargas específicas como se requiere en un entrenamiento" específico.

Así, afirmó no entender como la policía corrió el riesgo de "poner en peligro a terceras personas" al utilizar su vieja furgoneta, de considerable tamaño y peso por ser una Mercedes reforzada que Correos utilizaba para el reparto, "en una persecución policial en la que hizo de parapeto". "Tengo una furgoneta bastante característica que no se parece en nada a los vehículos perseguidos por la policía", añadió.

No es la primera vez que Iñigo tiene un incidente con su furgoneta, de hecho, se la habían robado dos meses antes y la había vuelto a recuperar hace tan sólo un mes. "Al ver cruzado un coche de la policía pensé que me iban a parar porque pensaban que todavía estaba robada", concluyó.
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