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Chicago, años 20

miércoles 06 de julio de 2016, 18:16h
Esta es la sensación al oir cada mañana informativos de Radio, de TV, y leer las primeras de los periódicos impresos o digitales. Corrupción, saqueos, expolios, falsificaciones, evasión de capitales, perjurio, prevaricaciones y enriquecimiento criminal en personas con cargos políticos y que pertenecen a partidos políticos conocidos y a instituciones confesionales o a grupos de presión escondidos bajo fundaciones, onges más bien “para gubernamentales”, y hasta algunos casos de un pseudo voluntariado corporativo, como ha denunciado magistralmente la doctora. Noemí Serrano Argüello. El voluntariado corporativo y la Ley 45/2015 de voluntariado y que comentaremos en estas páginas.

¿Vamos a creer que no sabían nada ni se beneficiaban, de una u otra forma, los que nos gobernaban entonces y que siguenhaciéndolo en funciones y pretenden seguir haciéndolo durante otra legislatura? Es infame, indecente, obsceno, miserable, injusto e inexplicable que haya ciudadanos que los han vuelto a votar a pesar de conocer,a ciencia cierta, la autenticidad de tantos delitos y tropelías. ¿Es eso, y sólo eso, una auténtica democracia?

¿Es que no se dan cuenta de que llaman a gritos a la tiranía, la dictadura, el despotismo, los oligopolios, oligarquías y hasta a las dictaduras militaristas o fascistas, soviéticas o fanáticas de cualquier tinte? ¿Es que no se dan cuenta? Y si, a pesar de ello siguen votándolos, no basta con maldecirlos, porque siempre padecerán los más débiles, se impone alejarlos del poder ejecutivo con todo el arsenal de medio democráticos que tenemos.

Si es preciso, con un Gobierno de Sabios escogidos entre los mejores ciudadanos, por el tiempo fijado y precisopara presentarnos una nueva Constitución y de poner orden en estas trágicas secuelas de un régimen despótico que aún alienta fétidamente en tantas fuerzas de poderfinanciero, ideológico, corrupto, transnacional e injusto.

Pues ante tanta descomposición de los fundamentos de una sociedad civilizada y justamente organizada no sólo es justa la resistencia sino la fuerza necesaria para restaurar un orden constitucional, democrático, social, laico, judicial e imprescindible donde imperenlos derechos humanos fundamentales e irrenunciables a la vida, a la sanidad universal y gratuita al igual que a la educación, al mantenimiento digno de las personas mayoresy a las debidas atenciones a discapacitados, impedidos o personas dependientes… Aunque fuera el último servicio que el titular de la jefatura del Estado prestara a la ciudadanía.
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