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El PSOE es la Oposición

sábado 09 de julio de 2016, 19:08h

El PP fue la fuerza más votada el 26-J pero quedó lejos de asegurar la mayoría necesaria para formar Gobierno en solitario. No es la primera vez que sucede algo así en España y todos los candidatos a la presidencia que estuvieron en esa situación se buscaron la vida para ser investidos, sin recurrir en ningún caso al primer partido de la Oposición. Entre otras cosas, porque la Oposición con mayúsculas es eso: oposición. Y así lo entendieron Adolfo Suárez, Leopoldo Calvo-Sotelo, Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero. Por alguna razón especial, Mariano Rajoy no quiere entenderlo.

Hay políticos y analistas que sostienen que el PSOE debe apoyar al PP en las actuales circunstancias. También hay dirigentes del Partido Popular y medios que le son afines que no sólo quieren defender las posiciones del PP -algo lógico y plenamente legítimo-, sino que también quieren decirle al PSOE lo que debe hacer, lo cual, cuando menos, ya no parece tan lógico. Para ello se basan en varias razones, la principal que sin el PSOE no puede haber Gobierno en España, algo que no es cierto. Hagámonos la pregunta clave: ¿puede formar Gobierno el PP sin necesidad de que los socialistas le ayuden, votando a favor o absteniéndose, en las votaciones de investidura? Sí. Es difícil, pero no imposible. Otra cosa es que a Mariano Rajoy le guste la vía del apoyo socialista, porque, entre otras cosas, es la más cómoda para él.

Es posible, por tanto, que el PP alcance un pacto de Gobierno coherente ideológicamente, con Ciudadanos como base principal, y con el apoyo de otros pequeños partidos. En el peor de los casos, si sabe negociar, podría conseguir una mayoría relativa en la segunda votación de investidura, de modo que su candidato, Mariano Rajoy, no recibiese más votos en contra que a favor.

Dice Mariano Rajoy, y dice bien: "No sé qué vamos a arreglar en agosto que no podamos arreglar este mes de julio". Obviamente, lo enfatiza para ser investido ya, a finales de este mes con la abstención del PSOE. Sin más demoras. Si aplica esa misma lógica a todas las cosas caerá en la cuenta de que también podría afirmar lo siguiente: "No sé qué vamos a arreglar en el futuro que no podamos arreglar este mes de julio con los nacionalistas catalanes y vascos". En algún momento, el partido de Gobierno en España tendrá que darle cauce a un pacto territorial; es decir, Cataluña y el País Vasco no pueden seguir al margen de España. El PP y Ciudadanos son fuerzas políticas que, salvo en la cuestión territorial, no son muy distintas de Convergència o el PNV. En un país normal, sin tensiones territoriales, se entenderían para hablar de economía, educación, sanidad, etcétera. De hecho, el PP supo entenderse muchas veces con el PNV y con la antigua CiU. También el PSOE deFelipe González y Rodríguez Zapatero.

Negar a estas alturas que el problema territorial existe y que el antídoto es mirar para otro lado, sin afrontarlo, equivale a meter la cabeza debajo de la almohada con la esperanza de que por la mañana desaparezcan todos los problemas. El PP tiene al alcance de su mano un pacto de Gobierno coherente ideológicamente. Si lo consigue no sólo se hará un favor a sí mismo, sino también a toda España. Sin exclusiones y sin terceras elecciones. El PSOE es la Oposición porque así lo decidieron los votantes. Sólo en una circunstancia extraordinaria de la democracia podría tener sentido que no lo fuese, y no parece que a día de hoy se dé esa circunstancia.

José Luis Gómez

Fundador y editor de Mundiario, también es columnista de la agencia Europa Press. Tertuliano de TVG y Radio Galega, colabora en La Región. Dirigió Capital, Xornal y La Voz de Galicia. Ex director editorial de Grupo Zeta. Autor del libro Cómo salir de esta. Coeditor del Anuario del Foro Económico de Galicia.

Twitter: @J_L_Gomez

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