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La llamada de lo prohibido: ¿por qué cometen delitos los menores?
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(Foto: EP)

La llamada de lo prohibido: ¿por qué cometen delitos los menores?

viernes 15 de julio de 2016, 11:27h

¿Sabemos por qué cometen delitos los menores? Debemos pararnos a pensar durante unos minutos, sobre los factores que propician estas conductas antisociales en los menores y con ello trabajar para conseguir una prevención óptima.

En primer lugar, tenemos que considerar la importancia de la familia en cuanto al normal desarrollo de los niños y jóvenes. Sin duda alguna, ésta juega un papel fundamental en el proceso de socialización, e influye en los comportamientos de los menores.

Aumentará el riesgo de cometer conductas delincuentes y comportamientos cuando exista:

Falta de supervisión o control de los padres, entendiendo esta supervisión como una manera de conocer qué hace el menor dentro y fuera de casa. A medida que los niños van creciendo, es necesario que los padres ejerzan un cierto grado de control sobre sus actividades, modificándolo en relación con las experiencias, las capacidades y el grado de madurez de los mismos, de tal forma que aprendan a asumir responsabilidades, pero sin correr riesgos ni sufrir daños.

Actitudes crueles, pasivas y negligentes de los padres con los hijos entendiéndolo como violencia de padres contra hijos. En estos supuestos, los padres muestran unos sentimientos negativos, hostiles o crueles hacia el niño, que en su forma más extrema lleva al abuso psicológico del niño, a través del cual éste es humillado, atormentado y denigrado sistemáticamente, lo que se puede manifestar a través de una tendencia irracional a culpabilizar automáticamente al niño de los problemas, dificultades o fracasos de la familia; atribuir al niño progenitores) conducen a un deterioro integral de la personalidad del niño, buscando de manera continuada la aceptación del resto, buscando los halagos y realizando conductas para conseguir aumentar su autoestima.

El fracaso escolar, las negativas experiencias en el ámbito escolar y sus bajos resultados propician que los menores necesiten y busquen la atención de sus iguales y los adultos con otras conductas, en este caso delictivas. La frustración por la no consecución de objetivos y la insatisfacción de los adultos, además de los mensajes negativos contribuyen a debilitar la personalidad del menor y de esta manera busque herramientas para aumentarla.

Las amistades, la adolescencia es la etapa en la que las personas que se caracterizan por la búsqueda de la propia identidad, lo que implica la adquisición de la independencia emocional y personal frente a los padres y adultos en general, impregnando a la mayoría de sus acciones un halo de rebeldía e incomprensión frente a los adultos. En esta situación, la influencia y aceptación de los amigos y compañeros de la misma edad suele ser más importante para los adolescentes, que la que puedan ejercer sus padres en casa y sus profesores en el colegio. De ahí que los jóvenes tiendan a unirse entre sí, creando sus propias subculturas, con lenguajes, comportamientos y valores que les distingan y diferencien de los adultos.

Entre otros factores, debemos mencionar los propios de la juventud, la manera impulsiva de reaccionar sin dar lugar a la reflexión, la insuficiente percepción de la realidad, la escasa habilidad para las relaciones sociales, la reacción impulsiva, agresiva y destructiva ante sensaciones depresivas, personalidad débil y la necesidad de ser admirado por los demás.

Por todo esto, es imprescindible la prevención desde el hogar y la escuela para que los menores se desarrollen de forma adecuada, sin tener limitaciones, ni problemáticas en su desarrollo personal y social.


Análisis elaborado por Paloma López & Rocío Gavilán, del gabinete 'Psicología Velázquez'
Calle Velázquez 53, Madrid - 650541532
www.psicologiavelazquez.com


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