Aunque la sensación inicial -y que aún dura en el PSOE y Podemos- es de indignación, la realidad es que el centro-derecha parlamentario del país acaba de dar una lección de unidad y de superación de diferencias a la izquierda nacional, dividida y enfrentada a pesar de compartir ideales y objetivos. Los 10 votos que procedieron de las filas de Convèrgencia, PNV y Coalición Canaria, sin saberse exactamente de dónde llegaron, han permitido al PP y Ciudadanos tener una mayoría aplastante de 179 escaños para sacar adelante la Mesa del Congreso que ellos deseaban. PSOE y Podemos aún buscan en su caza de brujas, sin darse cuenta que el problema lo tienen en casa.
Pablo Iglesias, indignado y desconcertado, recordaba a Convèrgencia que han apoyado a un partido, el PP, que quiere verles en la cárcel por convocar la consulta soberanista de 2014 y por seguir buscando un hueco legal al referéndum catalán de independencia. Pero ni por esas entró al trapo ningún diputado catalán, vasco o canario sobre el tema. Los 10 apoyos siguen siendo anónimos y discretos, a modo de comodín para conseguir más cosas en adelatne a cambio de permitir la investidura de Rajoy a comienzos de agosto. El viejo profesor de ciencias políticas no salía de su asombro y al final los acontecimientos le han superado, demostrado que de nada le han servido sus estrategias y sus cálculos sobre los apoyos parlamentarios, así como su idea de repetir elecciones tras las de diciembre.
El mismo problema tenían los socialistas. Antonio Hernando explotaba contra este pacto, aprovechando la ocasión para quitarse la presión y decir que ahora ya nadie debía mirar a las filas del PSOE para saber de dónde saldrían los apoyos necesarios para investir a Rajoy. Al PP le serán suficientes los 32 escaños de Ciudadanos y al menos 7 entre los diputados de PNV, Convèrgencia y Coalición Canaria. El voto canario está más que asegurado, pese a las palabras mostradas por este partido, CC, así que sólo faltarían apoyos sueltos de vascos y catalanes a cambio de... ¿qué aceptarían estos partidos nacionalistas que llevan más de 4 años a la gresca contra el Gobierno Rajoy por su forma de gestionar las crisis independentistas?
Según Iglesias, estaría claro: el PNV ganó un puesto en la Mesa del Senado y Convèrgencia desbloqueó tener grupo parlamentario propio, además de conocer la noticia de que la Fiscalía no pedirá presión para Artur Mas y el resto de dirigentes catalanes por usar fondos públicos para celebrar la consulta soberanista de 2014.
Ciudadanos y los sillones
Quien peor ha quedado retratado es Ciudadanos, el partido que estuvo durante un año haciendo campaña contra los pactos contra natura, contra los apoyos de filas nacionalistas. Ahora su diputado Ignacio Prendes consiguió ser vicepresidente primero del Congreso con votos de estas filas. Pero guarda silencio. Sillones a cambio de pactos, algo que siempre el partido de Albert Rivera rechazó públicamente. Rosa María Romero, del PP, será la vicepresidenta tercera. Completan la Mesa la socialista Micaela Navarro (vicepresidenta segunda) y Gloria Elizo, de Podemos (cuarta vicepresidencia). Las secretarías las ocupan Alicia Sánchez Camacho (PP), Juan Luis Gordo (PSOE), Patricia Reyes (C's) y Marcelo Expósito (Podemos).
El portavoz del Grupo Parlamentario Popular, Rafael Hernando, aclaró que el PP no ha negociado con los partidos nacionalistas el apoyo a Ana Pastor, nueva presidenta de la Cámara Baja, y añadió que esos votos, "de formaciones que están a mucha distancia del PP, como PNV, Coalición Canaria y Convergència" han sido "decisiones individuales de diputados de esas formaciones que han servido para garantizar que el acuerdo entre PP y Ciudadanos no se frustrara". Asimismo se mostró partidario de que Convergència tenga grupo propio en el Congreso "si hay un resquicio jurídico" y si hay "mayoría suficiente" en la Mesa.
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