El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, volvió a dirigirse ayer a las llamadas fuerzas del cambio, en alusión a Ciudadanos y Podemos, para intentar llegar a un acuerdo que impida que Mariano Rajoy siga gobernando y la celebración de unas terceras elecciones generales. Pero ese intento está muerto antes de intentarlo, evidenciando que Sánchez tan sólo intenta seguir sobreviviendo a su destino, que sería abandonar el liderazgo del PSOE en algún momento. O cuando quiera Susana Díaz...
"El voto contrario durante la pasada legislatura de algunos provocó el darle una segunda oportunidad a
Rajoy; yo espero que no vuelva a ocurrir y que no le den una tercera oportunidad", señaló
Sánchez en San Sebastián, donde participó en un mitin de apoyo a la candidata socialista a
lehendakari,
Idoia Mendía.
Sin citar expresamente a Podemos, Sánchez recordó que el voto negativo de algunas de las fuerzas del cambio a su investidura como presidente del Gobierno impidió desalojar de La Moncloa a Rajoy, al que acusó de "haber utilizado la crisis como excusa para desmantelar buena parte de los derechos y libertades". "Los socialistas cumplimos con nuestra palabra. Dijimos que no íbamos a facilitar un Gobierno de Rajoy y hemos cumplido con la palabra del cambio. Espero que el resto de formaciones hagan lo propio", afirmó.
Pero el pacto es imposible, o al menos es lo que evidencian antes de que comience el juego los propios implicados. Si Podemos ya dijo que ve difícil llegar a pactos con los que les bloquean en las instituciones, en referencia a que Pablo Iglesias y Pablo Echenique aseguran que Ciudadanos mantiene entre sus dogmas básicos no permitir gobernar nunca a Podemos en ningún Ejecutivo municipal, regional o nacional, en la formación naranja también lo dicen claramente y en alta voz.
El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, respondió ayer a la llamada de Sánchez al negar cualquier posibilidad de un acuerdo en el que también esté presente Podemos. En un mitin de la precampaña electoral gallega celebrado en A Coruña, Rivera aseguró que su partido nunca llegará a un acuerdo de gobernabilidad que pase por "quienes convocan referendos independentistas", en alusión a la formación liderada por Iglesias. Por ello, redujo todas las posibilidades de superar el actual bloqueo político a un ejecutivo en el que solo estén presentes los "partidos constitucionalistas". "Es la única opción", afirmó.
Pese a defender la llamada gran coalición, Rivera acusó tanto a socialistas como a populares de estar "jugando a cansar a la gente". "¿Es normal que el señor Rajoy erre que erre diga 'o yo o yo o yo' y el señor Sánchez 'o yo o yo o yo'? ¿No van a empezar a pensar en el interés general? No, mire, a quién no le guste o no sepa negociar, pactar o dialogar, que se marche", señaló.
Y mientras, un poco más de presión mediática: según la encuesta del instituto NC Report publicada hoy en LA RAZÓN, si los españoles tuvieran que volver a las urnas el PP volvería a ganar las elecciones, con el 34,8% de los votos, y vería aumentar su representación en el Congreso de sus actuales 137 diputados a una horquilla de entre 142 y 146. Seguiría sin mayoría absoluta, aunque sí la obtendría gracias a pactos con Ciudadanos.
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