Ha sido, sin duda, una de las decisiones más polémicas en los últimos meses por parte del PP y el Gobierno en funciones. Pero desde lo más alto, la presidencia, se defiende con fuerza. Tanto Rajoy como su ministro de Economía, Luis de Guindos, salieron en defensa de la propuesta del Ejecutivo para que el ex ministro de Industria José Manuel Soria ocupe el cargo de director ejecutivo en el Banco Mundial.
"Si un funcionario no puede volver a ser funcionario... ¡Esto qué es!", comentó Rajoy en una conversación informal con los periodistas desplazados a la cumbre del G-20 que se celebra en China. Además, reconoció que Soria le mostró su deseo de aspirar al Banco Mundial pocas semanas después de dimitir en abril tras salir su nombre en los llamados Papeles de Panamá y mentir sobre su participación en una empresa familiar en otro paraíso fiscal. "Si no somos un poco justos con la gente, haremos un país complicado", concluyó
De Guindos, que confirmó que acudirá al Congreso de los Diputados para dar explicaciones sobre la propuesta del departamento que dirige para que Soria ocupe una de las direcciones ejecutivas del Banco Mundial, negó que el nombramiento obedezca a razones políticas. Según argumentó, su ex compañero de gabinete tenía el derecho preferente a esa plaza como técnico comercial del Estado y ex alto cargo en el Gobierno, de acuerdo con las normas de la Comisión de Evaluación del Ministerio de Economía, que dan más prioridad a quien más altos puestos ha ocupado en la Administración. Incluso, según informa EL MUNDO, aseguró que podría haber optado a un cargo mejor remunerado. "Podría haber pedido y conseguido perfectamente una oficina comercial de España en EEUU, que está mejor pagado y por más tiempo". Si se confirma su cargo de director ejecutivo en el Banco Mundial, Soria ganará 226.500 euros anuales libres de impuestos hasta octubre de 2018.
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