Han pasado dos meses y medio desde que Reino Unido votase a favor del Brexit y desde entonces, en la lectura de los datos económicos que se van publicando la referencia a este hecho es inevitable. Sin embargo, un ex vicegobernador del Banco de Inglaterra declaraba ayer que se le está dando demasiada importancia a los datos recientes que indican que la economía británica se estaría adaptando bien a su decisión de abandonar la UE. “Algunos de los indicadores recientes han sido recibidos con mucho entusiasmo. El panorama es un poco más dispar…es muy pronto para sacar una conclusión clara”. Ayer el dato de producción manufacturera de Reino Unido en julio reafirmaba esa disparidad al registrar su mayor caída en un año, lo que confirma que las fábricas sufrieron un impacto inmediato tras el referéndum británico a favor de abandonar la UE. Tampoco en Alemania el mes de julio ha arrojado un buen dato de producción industrial, al caer de forma inesperada un 1,5%, su mayor caída en 23 meses. Pese a ello, en el gobierno alemán no hay excesiva preocupación por la situación económica. Ayer, la canciller alemana subrayó las buenas perspectivas económicas y sociales del país a pesar de la crisis de los refugiados y defendió ante el Parlamento el proyecto de presupuestos diseñado para 2017, que prevé un cuarto ejercicio con déficit cero. Mientras, según fuentes comunitarias, nuestros socios de la eurozona han asumido que el Gobierno en funciones no entregará el 15 de octubre el borrador de presupuesto para 2017 y que, como mucho, enviará un documento sin cambios con respecto al presupuesto de este año.