Rajoy vuelve al plasma-avestruz

El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, vuelve a huir de la prensa para evitar las preguntas incómodas. Con el caso Soria coleando por las poco convincentes explicaciones de su ministro de Economía, Luis de Guindos, y con la senadora Rita Barberá a un paso de ser imputada por blanqueo de capitales, el líder del PP ha apostado por volver al plasma-avestruz.

Rajoy, volcado en la campaña gallega para ayudar a su candidato, Alberto Núñez Feijóo, ha visitado el Pazo de Mos en Pontevedra para reunirse con militantes y simpatizantes, donde los periodistas no eran del todo bienvenidos. El PP prefirió colocar a los medios en una habitación aneja donde podían seguir las palabras de su líder a través de un televisor y tomar imágenes en la calle con una separación de conos de tráfico, tal y como dieron cuenta los distintos profesionales que se encontraban allí físicamente tanto de El Mundo como de eldiario.es.

Si bien durante los paseos por las localidades gallegas los periodistas pudieron acercarse algo más al presidente en funciones y le arrojaron alguna que otra pregunta de actualidad, Rajoy prefirió esquivar la transparencia y seguir con los amistosos selfies de sus seguidores.

Aunque el propio Núñez Feijóo, al igual que el candidato homólogo en el País Vasco, Alfonso Alonso, sí se pronunciaron sobre el caso Barberá reclamando su inmediata dimisión con mayor o menor sutileza, Rajoy se limitó a repetir su manido discurso de los efectos negativos del bloqueo institucional, a pesar de la polémica interna en el partido.

El día anterior el ministro de Justicia, Rafael Catalá, defendió no pedir el cese de Barberá y varios dirigentes populares se 'rebelaron', si bien la resolución final parece haber llegado de la propia protagonista horas después que empujada por las presiones habría decidido dejar su carné del PP, sin renunciar al escaño de senadora y, por tanto, a su aforamiento.

Viejos hábitos que se recuperan tras las incómodas explicaciones de los papeles de Bárcenas y el finiquito en diferido del que dio cuenta la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, hace ya unos años.

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