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¿Por qué los pirómanos hacen lo que hacen?: la perversión en los montes

¿Por qué los pirómanos hacen lo que hacen?: la perversión en los montes
viernes 16 de septiembre de 2016, 13:35h

En estos pasados meses, nos encontramos con multitud de incendios provocados de manera intencionada. Al provocarlos de manera intencionada denominamos a estas personas “pirómanas”, pero ¿realmente tienen un trastorno piromaníaco?

La realidad es que muy pocas personas que prenden fuego a campos o materiales son obligatoriamente pirómanos. Pueden llegar a tener otros trastornos de la personalidad que explique esa conducta incívica y antisocial.

Si la persona que comete ese delito posee un trastorno de piromanía, que se trata de un comportamiento caracterizado por la reiteración de actos o intentos de prender fuego a las propiedades u otros objetos, sin motivo aparente junto con la insistencia constante sobre temas relacionados con el fuego o la combustión.

Los rasgos esenciales que posee un pirómano son, prender fuego repetidamente sin explicación, un interés en observar la combustión del fuego y la referencia a sentimientos de aumento de tensión antes del acto y una excitación emocional interna inmediatamente después de que se ha llevado a cabo.

Si la persona no cumple estos rasgos, nos encontraríamos, por ejemplo, con una persona con trastorno disocial de la personalidad, la cual tendría comportamientos asociales como robar, agredir, con una despreocupación por los sentimientos de los demás. El comportamiento delictivo también podrían cometerlo personas con trastorno esquizofrénico, donde se deja llevar por alucinaciones o ideas delirantes.

Como ciudadano, podemos plantearnos la pregunta ¿qué les pasa para prender fuego a los montes? Pues bien, los pirómanos tienden a buscar sensaciones, ser el centro de atención de padres o conocidos, poseen una carencia de habilidades sociales lo que les hace ser personas solitarias. Algunos niños y adolescentes propician un fuego como huida de una situación vital estresante que les es difícil controlar y solucionar.

Con todo esto, no podemos obviar la importancia y la relevancia de la prevención, pues la educación de seguridad contra incendios y la adquisición de buenas habilidades de autocontrol, son las herramientas imprescindibles para frenar posibles conductas antisociales.


Análisis elaborado por Paloma López & Rocío Gavilán, del gabinete 'Psicología Velázquez'
Calle Velázquez 53, Madrid - 650541532
www.psicologiavelazquez.com


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