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‘Tratos’: el inmigrante entre la fortuna, la adversidad, la violencia y la desesperación
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‘Tratos’: el inmigrante entre la fortuna, la adversidad, la violencia y la desesperación

sábado 17 de septiembre de 2016, 12:51h

Cervantes escribió ‘Trato de Argel’ en 1580, inmediatamente después de ser liberado de su cautiverio en Argel. Junto a él, estaba confinado un grupo numeroso de españoles secuestrados por piratas berberiscos. Ahora, Ernesto Caballero, partiendo de la idea de Cervantes, ha versionado y dirigido el texto del clásico, que ha titulado ‘Tratos’, en donde hace un giro radical de la historia y la traspone a nuestros días donde ahora es un grupo de inmigrantes africanos el que se encuentra recluido en un centro de internamiento de extranjeros (CIE) en España.

El montaje puede verse en la Sala de Bóvedas del madrileño Centro Cultural Conde Duque hasta el próximo 24 de septiembre. Se trata de una coproducción entre el Centro Dramático Nacional y San Sebastián 2016, con la colaboración del C.C. Conde Duque y Tabakalera (Centro Internacional de Cultura Contemporánea). Muy pocos días para poder ver un extraordinario espectáculo que, después de pasar por San Sebastián en octubre -entre el 6 y el 9-, imaginamos que girará por sedes del Instituto Cervantes de diversos países ya que forma parte del programa oficial con el que se conmemora el 400 aniversario del fallecimiento de Miguel de Cervantes.

Este ‘Tratos’, desde luego, lo merece porque tanto la dramaturgia, como la puesta en escena y la interpretación de los seis actores que dan vida a la historia, son sencillamente excelentes. Desarrollado en el marco del Laboratorio de investigación teatral Rivas Cherif del Centro Dramático Nacional, ‘Tratos’ ha sido llevado a escena por Chema Adeva (magnífica su interpretación del malvado y corrupto director del CIE), Carmen Gutiérrez (inteligente e implacable secretaria gerente del centro), Ione Irazabal (médico, que se debate entre su obligación profesional y su deber moral), Astrid Jones (estupenda Silvia, mujer de Aurelio), Primo José Meñán (que construye un graciosísimo Saavedra) y Elton Prince (magnífico también en Aurelio, profesor camerunés de español y esposo de Silvia).

Ida y vuelta

Antes de entrar en la Sala de Bóvedas del Conde Duque, una pequeña, pero interesante exposición, -cuatro expositores, uno de ellos con grava procedente de Argel y trozos de alambrada, en el que se lee “Tanto más fatiga el bien deseado cuanto más cerca está la esperanza de poseerlo”- va metiendo ya en escena al espectador. Ya dentro, la escenografía de Javier Ruiz de Alegría (minimalista y realista al mismo tiempo), presenta una larga pasarela rectangular metálica de color gris que recorre el escenario, dividiendo la sala en dos espacios donde los espectadores están enfrentados. En ambos extremos hay una valla metálica que simula el calabozo del CIE -una verdadera cárcel-. Una mesa y algunas sillas y un par de literas también metálicas complementan el atrezzo. La magnífica iluminación de Paco Ariza (azules, blancos y rojos, según los momentos), acentúa lo inhóspito del lugar. En él se viven situaciones extremas que la lograda música con aires africanos de Luis Miguel Cobo, en donde abunda la percusión, es decisiva a la hora de acentuarlas. Y en contraste con todo ello, el vestuario de Mónica Boromello es sencillo y elegante -precioso vestido azul agua marina el de Silvia-.

En la versión de Ernesto Caballero sobre el clásico de Cervantes, Aurelio, camerunés, ávido lector de la obra de Cervantes, doctor en Filología Hispánica y profesor, se casa con Silvia, una alumna suya, universitaria también, de Guinea Ecuatorial. Ambos deciden emigrar a España, y seis meses después de su llegada (vienen en avión “Air Europa”, no en patera…), siguen tratando de legalizar cuanto antes su situación. Pero un día, cuando están ya a punto de conseguirlo, son detenidos en una redada policial, y son confinados a un CIE, un espacio que en la escenografía del montaje está más próximo a un zulo, a una cárcel.

“En la cárcel, las leyes están claras y sabes a qué atenerte”, le dice Saavedra a Aurelio. Y es que en el centro son comunes las violaciones, la corrupción de los funcionarios, empezando por el propio director del centro, y los constantes abusos de poder (“en este viejo continente no damos más de sí. Necesitamos savia nueva”, le dice el director a Aurelio).

El paso por un CIE es la pesadilla constante que se cierne sobre cualquier ciudadano del mundo que llega a España de forma irregular. Y si el ciudadano es negro y africano, la probabilidad de que acabe allí se multiplica. Finalmente, como le sucediera al propio Cervantes hace más de cuatro siglos, alcanzar la libertad, trabajar, estudiar o vivir en un lugar o en otro, no es una cuestión de derechos humanos sino de fortuna: “La suerte es un viento traicionero que cambia de rumbo cuando menos se lo espera”, como dice Silvia varias veces a lo largo del montaje.

‘Tratos’ es una propuesta valiente, actual, necesaria, impecable en la forma y en el fondo, que emociona estéticamente e interpela al espectador para que intente ponerse en el lugar del otro, del semejante que ha tenido que emigrar buscando una vida mejor, y que, unas veces, las leyes y, otras, la fortuna o la falta de empatía de los ciudadanos del país donde ha caído, pueden volverle la espalda. Una vez más, teatro y vida se confunden dentro y fuera del escenario.

‘Tratos’ (basada en ‘Trato de Argel’, de Miguel de Cervantes)

Versión y dirección: Ernesto Caballero

Reparto: Chema Adeva, Carmen Gutiérrez, Ione Irazabal, Astrid Jones, Primo José Meñán y Elton Prince

Asesor dramaturgia: Ramón Paso

Coordinación artística: Aitana Galán

Ayudante de dirección: Víctor Velasco

Diseño cartel: ByG/Isidro Ferrer

Fotos: marcosGpunto

Producción ejecutiva: Traspasos Kultur

Coproducción: Centro Dramático Nacional y San Sebastián 2016

Centro Cultural Conde Duque, Madrid

Hasta el 24 de septiembre de 2016

http://condeduquemadrid.es/evento/tratos-miguel-cervantes/

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