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Vale, ganan Feijóo y Urkullu. ¿Y qué?

domingo 18 de septiembre de 2016, 18:17h

Un mínimo análisis de las encuestas en varios periódicos de este domingo nos lleva a la conclusión de que Núñez Feijóo logrará la mayoría absoluta en Galicia y de que Urkullu podrá seguir gobernando en Euskadi con ayuda del PSE y quizá, sugiere algún sondeo, también necesite al PP. O sea, dos de los rostros considerados como más sensatos entre los políticos españoles se mantendrán en San Caetano y en Ajuria Enea, respectivamente. Hasta ahí, como en los diez primeros minutos de los discursos de Rajoy, no hay demasiada novedad: todo es previsible, y conste que yo sí creo en la fiabilidad general de las encuestas, que pueden equivocarse en un escaño más o menos, pero que reflejan una tendencia inequívoca. Lo interesante viene a continuación: ellos ganan, sí. ¿Y?

Bien, en primer lugar los mismos sondeos predicen sendos descalabros para los socialistas, en Galicia y en el País Vasco. Hay quien quiere acusar a la política de Pedro Sánchez del hipotético desastre, pero ya se sabe que el veredicto de las urnas ofrece muchas visiones interesadas. Qué duda cabe, en todo caso, de que Sánchez, como Rajoy, se han involucrado personalmente no poco en las dos campañas y que algo del premio y/o del castigo de lo que digan esas urnas les caerá en la cabeza al uno y, sobre todo, al otro.

Porque el secretario general del PSOE no va a poder evitar convocar, quizá en la misma noche electoral del domingo, un comité federal, acaso para el 1 de octubre, y sabe que en ese órgano, máximo decisorio del PSOE entre congresos, no va a salir del todo bien parado. Sus presuntas meditaciones de futuro -digo presuntas porque hace tiempo que Sánchez no concede entrevistas periodísticas que nos iluminen algo el camino de las hipótesis-, una eventual consulta a los militantes acerca de tratar de ir a un 'Gobierno de progreso' con quienes ya sabemos, no parecen hallar mucho calor ni entre los 'barones' ni en los influyentes integrantes del 'viejo testamento' ni, por lo que dicen las encuestas, en el votante tradicional del PSOE.

Así que sospecho que Pedro Sánchez, que está siendo muy vapuleado por los medios, incluyendo a los menos afectos a Rajoy, lo tiene bastante negro. Por mucho que sus tesis federalistas representen un principio (algo etéreo, sí) de solución para algunos serios problemas de España, como el territorial, lo tendría que ensayar dentro de un pacto con Ciudadanos y puntualmente con Podemos, desde la oposición parlamentaria a un Gobierno* que todo indica que estaría encabezado por Rajoy. Durante un año y medio o dos años, que es lo que duraría la próxima Legislatura, porque el veterano gallego no presenta indicios de querer moverse, ni su partido de desear su traslado a un despacho fuera de La Moncloa.

Y, entretanto, no se pierda usted otra conclusión casi unánime de las encuestas: Podemos sobrepasa a los socialistas (y a Bildu, que cae) en Euskadi. Y las Mareas, o sea, Podemos y aliados múltiples, son la segunda fuerza en Galicia, por delante del PSdeG, que sale seriamente cuarteado de este lance. Teniendo en cuenta que también son las derivaciones podemitas, con la personalidad aliada de Ada Colau, las que dominan presumiblemente en una Cataluña especialmente agitada a partir de finales de este mes, llegamos a la conclusión de que la formación morada, con sus terminales más o menos homogéneas, sería determinante para decidir sobre la unidad de España en un futuro no muy lejano. Por eso mismo digo que el panorama 'normalizado' -es una manera de hablar, claro está_ supondría que, en la tarea de 'gobernar a Rajoy' desde el Parlamento, Ciudadanos y el PSOE tendrían que contar puntualmente con Podemos, les guste o no, como intermediario hacia los afanes nacionalistas. Y ahí ya veríamos en qué quedaba el famoso referéndum catalán, que yo sospecho que, de una u otra manera, habrá de celebrarse algún día.

Pero todo eso será, desde luego, cuando el PSOE se aclare y sepa qué quiere ser de mayor, al tiempo que se va haciendo cada vez menor. Queda una semana, la última de campaña en Galicia y Euskadi, para el comienzo de la gran movida. Una semana en la que, menos mal, tendremos también fotos del Rey con Obama y hablando ante la Asamblea de las Naciones Unidas, en Nueva York. Como si estuviésemos en plena normalidad política, vamos.

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