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Las dos cosas que inquietan al PP de la crisis del PSOE: no todo es una fiesta en Génova 13
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(Foto: EP)

Las dos cosas que inquietan al PP de la crisis del PSOE: no todo es una fiesta en Génova 13

viernes 30 de septiembre de 2016, 08:10h
Aunque 'a priori' todo parece ser positivo para los intereses del PP y del Gobierno en funciones de Mariano Rajoy, la crisis interna del PSOE, una auténtica guerra sin cuartel entre los fieles a Pedro Sánchez y los críticos con Susana Díaz al frente, no supone una fiesta plena para los miembros del partido con sede en la calle Génova. Te explicamos por qué...

El primer punto que inquieta al PP es el hecho de que Susana Díaz y su sector rebelde finalmente consuma su golpe de Estado contra el secretario general. El hecho de que Pedro Sánchez cayera y finalmente una gestora se hiciera al frente del partido en los próximos tiempos podría provocar una consecuencia algo negativa para Rajoy. Y es que si bien podría llegar la tan ansiada investidura del presidente del PP gracias a la caída de los 'sanchistas' con la abstención que propugnan los 'susanistas', lo que no queda claro es qué tendría que ocurrir para llegar a ese logro.

Nadie se olvida que desde hace tiempo que Susana Díaz obligaba a Sánchez a no aspirar a la presidencia, renunciar a Podemos como aliado político y conformarse con quedarse en la oposición ante el fracaso electoral tanto de diciembre de 2015 como de junio de este año. Sobre todo, la andaluza subió el tono crítico tras las segundas elecciones, recordando que con 85 escaños no se podía aspirar a nada más que a ser una oposición útil para el país. Eso daba la llave directa a Rajoy y al PP para repetir en el gobierno, con un acuerdo con Ciudadanos, algo que finalmente se firmó.

Pero se olvida un punto: lo que Díaz y otros críticos del PSOE propugnaron a cambio de la abstención del PSOE en la investidura era cambiar de 'cromo'. Los que quieren respetar que gobierne la lista más votada no quieren dar un cheque en blanco al PP y por eso imponen un precio, aunque no todos: que sea otro u otra quien sea presidente, obligando a Rajoy a retirarse. Una propuesta que, por ejemplo, también contaría con el apoyo de Ciudadanos, que desde el principio pidió que el PP hiciera este sacrificio para convencer al PSOE.

La segunda inquietud

El otro tema delicado es que Sánchez finalmente pudiera resistir y, contra viento y marea, fuerce la situación para llegar hasta diciembre y forzar a que se acaben los plazos legales para intentar una segunda sesión de investidura. El todavía secretario general del PSOE tiene todavía ese as en la manga, ya que si consigue retrasar los plazos para que le saquen por la fuerza de su despacho de la calle Ferraz, el PP no tendría más remedio que acudir a unas terceras elecciones, algo que aunque bajo la perspectiva de las encuestas le favorecería, es un escenario que se pretende evitar.

Celebrar unas terceras elecciones supondría llegar a la semana previa a navidad sin gobierno, con un Ejecutivo en funciones que llegaría hasta enero de 2017, con lo que Bruselas pondría de nuevo un aviso de alerta en el horizonte por la falta de unos Presupuestos específicos para el año que viene y unas medidas urgentes de reducción del déficit. Y es que la economía... es la economía, estúpido, como ya se dijo en la campaña presidencial de Bill Clinton en los 1990.

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