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Estáis todos locos

viernes 30 de septiembre de 2016, 09:58h
En una semana se cumplen ochenta años de la constitución del primer gobierno vasco. El PNV puso como condición para que Largo Caballero tuviera un nacionalista en su gobierno que se aprobara el Estatuto que estaba ya dictaminado en comisión. Y el estatuto se aprobó el 1 de octubre de 1936. Y, a pesar de que el PSE de hoy, no reivindique su propia historia, sin ellos no habría habido Jura de Aguirre en Gernika ni Gobierno Vasco.

Este pasado setiembre se ha cumplido asimismo sesenta años del Congreso Mundial Vasco celebrado en Paris en 1956. De la intervención de Monzón, antes de su bronca, saco ésto:

“Desde aquel día de octubre en que desembarcando en una barquichuela en Lekeitio me dijeron que se había constituido un gobierno vasco y que yo era Consejero, y llegué a Gernika, y en Gernika a la sombra del Árbol te vi, querido Aguirre, con tus compañeros y me dijiste que era Consejero tuyo y se oían los cañonazos junto al monte, y Leizaola me dijo que iba a fundar la Universidad Vasca, yo creí que todos estabais locos”.

Parecía, pero tenían los pies en la tierra y dos frentes internos. Organizar la Defensa y montar de la nada una Administración, porque a los vascos nos gustan las cosas de una en una y por su orden. Y es importante lo que destaca Monzón. La creación de la Universidad Vasca, nada más llegar. Siglos de incuria intelectual programada, se resolvían con un decreto. Y fue Leizaola quien montó aquello en Basurto con los médicos republicanos y nacionalistas, para ir extendiendo los estudios.

Creo que sigue siendo importante recordar este hecho de cara a las nuevas generaciones que lo han tenido todo hecho y porque aquello duró hasta que los franquistas ocuparon Bilbao. Y Leizaola creó aquello y salvó en junio de 1937 la Universidad de Deusto de su destrucción, institución que tiene una deuda histórica con esta personalidad de la cultura y la política. La UPV lo hizo en vida de Irujo y Leizaola.

Y como estamos en meses de aniversarios redondos quiero unir la creación de EA, en setiembre de 1986, hace ahora treinta años, con algo que tiene trasfondo histórico relacionado con Aguirre.

Uno de los caballos de batalla de la crisis de 1984 fue el levantamiento o no de la disciplina del Partido a Carlos Garaikoetxea, entre otros muchos temas: LTH, desencuentros varios, modelo de partido, OTAN, UEDC, etc.Hoy, EA, en EH-Bildu, hace bueno lo que comentó Arzalluz: ”rama que se desgaja, se seca”.

Y traigo a colación el informe que escribió Ceferino de Jemein, un sabiniano guardador del tarro de las esencias del jelkidismo, que tomó un apunte sobre lo que ocurrió con Aguirre antes de ir al acto de Gernika.

Decía así:

“Todos los Partidos del Frente Popular, sin excepción alguna, daban instrucciones a los concejales pertenecientes a los mismos, para que “voten sin
excusa alguna a DON JOSÉ ANTONIO DE AGUIRRE para ocupar la Presidencia del referido Gobierno”.

El resultado fue el siguiente: A favor de Don José Antonio de Agirre y Lekube 291.471 votos y a favor de Don Ramón de Madariaga, 100 votos.

Este resultado estaba de antemano previsto, por el acuerdo de referencia, hecho público por los Partidos del Frente Popular, y por el Partido Nacionalista que no tuvo que hacer recomendación alguna, por tratarse de un afiliado suyo.

Prevista como estaba esta elección, por deseo del propio José Antonio, se celebró un acto emocionante al que no se dio publicidad. El acto tuvo lugar en la Basílica de Santa María de Begoña, consistente en un juramento solemne de fidelidad a la Iglesia y a Euzkadi, y de ofrenda de su vida horas antes de ser elegido Presidente del Gobierno Vasco.

A las nueve y cuarto de la mañana comenzó la ceremonia, diciéndose una misa en el Altar Mayor, en la que ofició el Padre Trinitario de Errazti y Arginzoniz, que el día 2 de octubre fue traído en avión de Madrid por los diputados vascos que asistieron a la sesión de Cortes del día primero, y el cual sacerdote salvó milagrosamente la vida de la matanza de religiosos de Madrid, trayendo consigo el copón y las sagradas formas que se distribuyeron en la Comunión a los asistentes al acto.

Ayudaron al sacerdote, Don Andrés de Arzeluz y don Andrés de Bereziartua, ambos del Gipuzku Buru Batzar.

En las sillas del presbiterio de la parte derecha, tomaron asiento los señores Aguirre, Zarrabeitia, Torre, Ziaurriz, Izaguirre, Markiegi y Zubizarreta.

En las de la parte izquierda se sentaron los señores Arregi, Arredondo, Artetxe,
Axuariagerra, Gárate y Solano. Fuera del presbiterio oyeron la Santa Misa, Basterretxea, Apaolaza, Etxebarria, Azkue y Erentxun, situados en la parte derecha de la iglesia y Jauregi en la parte izquierda, junto al Presbiterio.

Mediada la misa y después de la comunión del sacerdote, se distribuyó la Sagrada Forma a todos los asistentes, que la recibieron acercándose al Altar Mayor y arrodillándose en dos sillas de terciopelo rojo situadas al centro.

Finalizada la misa, pasaron los asistentes al Camerino de la Virgen en donde tuvo lugar la ceremonia del juramento.

Ofició el P. Pedro, acompañado por dos sacerdotes revestidos.

Colocada la Sagrada Forma en una custodia de tamaño regular, de oro, sacada momentos antes del tesoro de la Basílica, y hallándose de rodillas todos los asistentes que ocupaban el pequeño local del Camerino, se rezó una estación al Santísimo, y una vez terminada dicha oración, retirándose el sacerdote hacia la derecha, Don José Antonio de Aguirre, que se hallaba arrodillado en el centro del Camerino, sobre una silla de terciopelo rojo, con voz clara y sonora, conteniendo la emoción del momento dijo:

JURO ANTE LA HOSTIA SANTA, FIDELIDAD A LA FE CATÓLICA QUE PROFESO SIGUIENDO Y CUMPLIENDO LAS ENSEÑANZAS DE LA SANTA
IGLESIA CATÓLICA, APOSTÓLICA, ROMANA.

JURO FIDELIDAD A MI PATRIA EUZKADI Y EN SU SERVICIO QUEDA OFRECIDA MI VIDA DE LA QUE DISPONDRÁN EN LA MEDIDA, EN EL MOMENTO O EN LAS CIRCUNSTANCIAS QUE SEÑALEN LAS ÚNICA AUTORIDADES LEGÍTIMAS DEL PARTIDO NACIONALISTA VASCO O “EUZKADI BURU BATZARRA.

ASÍ LO JURO DESDE EL FONDO DE MI ALMA ANTE DIOS EN LA HOSTIA CONSAGRADA.

Con referencia a estos actos religiosos y a otros celebrados por los nacionalistas vascos en la Basílica de Begoña, “La Gaceta del Norte” de Bilbao
publicó unos artículos injuriosos, indignos del P. Colima, jesuita, que los suscribía. El sacerdote vasco don Fortunato Unzueta le dio cumplida satisfacción”.

Hasta aquí el relato pormenorizado de Ceferino de Jemein. Relato quizás poco conocido y que hace treinta años lo esgrimimos para desmentir aquello de la no obediencia del Lehendakari al PNV y su levantamiento de disciplina.

A algunos hoy esta fraseología y este acto les extrañarán. Es lógico si se analiza con las gafas de 2016, pero no se entiende ni a Aguirre, ni al PNV, ni a aquellas generaciones sin la militancia nacionalista y sin un catolicismo social que hizo que lo que les vino después, guerra, cárcel, fusilamientos, persecución y exilio lo soportan con gran entereza y fe en el futuro.

Bien es verdad que a pesar de este rotundo juramento, tras el asalto de las Cárceles en Bilbao, como consecuencia de uno de los muchos bombardeos a la Villa, Juan de Ajuriaguerra le pidió al Lehendakari la dimisión de Monzón y Aguirre se negó a ello. Monzón era el Consejero de Gobernación y Ajuriaguerra y el PNV ante aquella escabechina, no atribuible a batallones nacionalistas, consideró que el Consejero debería haber previsto lo que pudiera ocurrir. Y por eso, ante la negativa de cesarle, fue él quien dimitió y se fue al frente. Fue una crisis dura en plena guerra que se solventó, no sin dejar heridas.

Pero así es la historia de lo que ocurrió hace ochenta años donde quiero destacar, no solo la formación de un Gobierno con su nombre, bandera, himno y Boletín Oficial, sino el inmediato decreto posterior que fue crear la Universidad Vasca, por el Consejero de Justicia y Cultura D. Jesús María de Leizaola, del EAJ-PNV de toda la vida. Aquel hombre que en 1923, ante el rey Alfonso XIII se puso delante del rey Alfonso XIII en Gernika con un cartelón pidiendo la Universidad Vasca, fue detenido, esposado y llevado andando hasta Amorebieta.

¿Y qué hizo trece años después?. Crear la Universidad Vasca como primera medida del neonato Gobierno Vasco. ¡Olé!

Creo que cada año debería recordarse este hito de nuestra historia para que los que lo reivindican todo y a todas horas se enteren que mucha agua ha pasado por debajo de los puentes, muchos muertos ha costado llegar a la situación actual y que aquí nadie nos ha regalado nunca nada. El gratis total, es de otra cultura y mentalidad. Y que hemos tenido gentes como Leizaola, nuestro segundo Lehendakari, que tienen su lugar en la historia. Y que honrar, honra.

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