PSOE: los críticos y las criticas

No soy partidario de esa discriminación lingüística por razones de sexo que tan de moda se ha puesto entre aquellos, que por parecer políticamente correctos, como dice mi querida y admirada amiga la periodista y escritora María Irazusta, “ese cansino adoctrinamiento que ejercen algunos, esta desembocando en una prostitución o travestismo de nuestro rico idioma”. Hago esta introducción para que nadie crea que hablo como Irene Montero, Bibiana Aido o la precursora de todo esto Carmen Romero, la ex de Felipe González, cuando se inventó aquello de jóvenes y jóvenas que menguó aun más el glorioso muñón de Miguel de Cervantes, en su tumba del Convento de las Trinitarias.

Voy a empezar por las críticas que han salido a la luz hace varios meses y se han ido multiplicando por los medios y las tertulias políticas desde el mismo 26-J, alimentadas por el peor resultado de la historia del PSOE y un crecimiento moderado, pero significativo del Partido Popular. Aquella misma noche en Ferraz se respiraba un absurdo aire triunfador, cuyo principal exponente era el primer secretario (como se decía antes) cuando todas las encuestas daban una victoria parcial de Unidos Podemos sobre su rival en la izquierda, que luego quedo en nada. Decía un viejo amigo socialista que esto es como si te caes de la bicicleta y aunque tengas múltiples fracturas y amputaciones, sales sonriendo en Facebook.

Los dirigentes del PP se apresuraron a solicitar tras el 26-J el apoyo de otras fuerzas políticas para sumar los votos suficientes para una investidura del ex amigo de Bárcenas, de Soria, de Rita, de Rato, de Rus, de Matas y de una larga nomina de imputados (perdón, investigados) pues reclamaba nuevamente para sí y su partido la presidencia de un gobierno que se le resiste desde hace casi un año. Solo consiguió el voto de Coalición Canaria y por supuesto el de il bello Albert Rivera, que con esta voluntad de hombre de pacto, me ha dicho mi primo que se ha ofrecido también a mediar en el divorcio de Angelina Jolie y Brad Pitt y entre Del Bosque y Casillas.

Después de prever el mismo resultado que Pedro Sánchez en su fallida investidura, la abstención del PSOE era la última esperanza de los populares para tener un nuevo gobierno presidido por Rajoy, pero el NO de los socialistas, hacía inviable dicha solución. Tímidamente iban apareciendo las criticas en el seno del PSOE, lideradas por un Felipe González desconocido para muchos socialistas, tanto militantes, votantes y ex votantes, que no alcanzaban a entender cómo aquel aclamado líder, promovía que el PSOE facilitase la investidura de Rajoy. Poco a poco las voces desde Génova se hacían escuchar con más insistencia y en tono más airado contra los de Ferraz, pero acompañadas para sorpresa de todos, de una preocupación de los populares por el futuro del partido socialista, alabando su histórica trayectoria y lo necesarios que son para la sociedad española, que dejaba perplejos a todos, pensando que alguien había puesto burundanga en la maquina del café de la sede del partido, lo cual hacia desvariar a los de la gaviota. Lo próximo que les falta es decir que ZP fue una bendición para España y que Teresa Fernández de la Vega, es una chica muy joven.

Las criticas no han parado de verse reflejadas en los medios, pero aquel insultante y patético editorial de El País tachando a Pedro Sánchez de “insensato sin escrúpulos“ y que quería destruir el partido, ha sido tan vergonzoso, como vergonzante habiendo hecho más daño al propio diario que al aludido. Nada queda de aquel medio ilusionante que durante años era un sello de identidad progresista. Jamás un dirigente demócrata español ha sido tratado de esta forma desde un editorial del periódico de PRISA. Nunca se ha sido tan apocalíptico sobre el futuro de un partido centenario que sobrevivirá a Sánchez y a quien venga, pues esas siglas tienen mucho de sufrimiento, de lucha y de defensa de los más desfavorecidos, para que un simple editorial ponga en peligro lo que tantos españoles demócratas y de izquierdas, han defendido durante décadas.

Y llegó el Dia D que me recordó a aquel 25 de Abril de 1974 cuando Grândola, Vila Morena de José Afonso, fue retransmitida en Rádio Renascença, como señal para la confirmación del inicio de la revolución en Portugal. Felipe González en lugar de entonar la mencionada canción portuguesa y hablar por la radio del país vecino, suelta toda su gran dialéctica a primera hora del miércoles 28 de septiembre en la Cadena SER (PRISA) para dinamitar todo el proceso, acusando a Pedro Sánchez de haberle mentido en una supuesta abstención en la segunda investidura de Rajoy. Por la tarde dimitían los 17 miembros de la Ejecutiva y antes de las 22.00 horas El País (PRISA) distribuía por todos sus canales el editorial de la vergüenza pidiendo la dimisión de Sánchez.

A partir de ese momento, la revolución estalla y los críticos dar un golpe efecto interno intentando paralizar cualquier maniobra del secretario general, invocando a lo recogido en los estatutos del partido, en una brutal operación de bloqueo. El espectáculo ya estaba servido y desde Andalucía la baronesa Susana Díaz se apresuraba a lanzar en el AVE hacia Madrid a su acolita Verónica Pérez, a la cual nadie conocía periodistas incluidos, reivindicándose como única y legitima autoridad del partido por ser la presidenta del Comité Federal, pues la dimisión en bloque, según ella, dejaba sin funciones a la ejecutiva de Pedro Sánchez.

Tengan o no razón una u otra parte con la interpretación de los estatutos, la situación generada es impropia de una organización política que tiene la responsabilidad de llevar la voz de los ciudadanos al parlamento. Pero lo que no cabe duda es que al igual que un equipo de futbol como el Real Madrid es de sus socios y no de sus simpatizantes, el PSOE es ante todo de sus afiliados y es a ellos a quien compete elegir entre sus compañeros quienes deben ostentar la dirección federal. Las bases son soberanas y siempre lo han sido y la decisión final debe recaer en ellos y no en barones, baronesa o viejas glorias respetadas sin duda por su pasado, pero con el mismo derecho a dejarse oír que el ultimo de los militantes. Triste espectáculo el que se está viviendo, pero el partido que siempre se ha arrogado la democracia interna como máxima seña de identidad, no puede sucumbir por maniobras fácticas. No olvidemos que Pedro Sánchez es el primer secretario general elegido desde la base y en primarias, por si alguien no lo recuerda y con gran apoyo del aparato, por cierto.

El día 1 de octubre día del Comité Federal es el cumpleaños de mi sobrino y lo celebramos en casa de sus padres a escasos metros de la sede de Ferraz, por delante de la cual pasaré inevitablemente y veré si además de policía, están en cercanías apostados los bomberos, el SAMUR y un buen numero de notarios y un afilador de cuchillos que vive en las cercanías por si hay negocio. Cuando el PP habla bien del PSOE………algo raro se avecina.