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Refugiados Sirios
Refugiados Sirios (Foto: EP)

Una respuesta desigual para una crisis global: 10 países del mundo albergan al 56% de los refugiados

martes 04 de octubre de 2016, 12:14h

La crisis de refugiados es la mayor crisis humanitaria de la Historia, pero la respuesta de los organismos internacionales no ha sido, ni mucho menos, suficiente y eficaz. En el mundo hay 21 millones de refugiados, un 0,3% de la población global, que además de poner en riesgo su vida al huir de su lugar de origen, encuentran las fronteras cerradas cuando llegan a Europa. Amnistía Internacional ha realizado una valoración de esta situación en el informe 'Atajar la crisis global de refugiados: de eludir a repartir la responsabilidad'. Entre las conclusiones de este informe destaca la falta de solidaridad de los países ricos, que son los que menos refugiados han acogido y los que menos han hecho por solucionar esta crisis. De hecho, sólo 10 de los 193 países del mundo reciben al 56% de los refugiados.

“Los países ricos han demostrado una absoluta falta de liderazgo y responsabilidad al dejar que sólo 10 países —que representan menos del 2,5 % del PIB mundial— reciban al 56 % de la población refugiada del mundo”, señala el informe, que documenta la precaria situación que viven los 21 millones de refugiados que hay en el mundo. El informe propone establecer una serie de criterios objetivos para fijar una cuota justa que cada Estado debería aceptar para ofrecer cada año un hogar al 10% de los refugiados del mundo. “Sólo 10 de los 193 países del mundo albergan a más de la mitad de las personas refugiadas. Unos pocos países se ven obligados a hacer mucho más de lo que les corresponde, sencillamente, por su proximidad a zonas de crisis. Esta situación es insostenible y aboca a un sufrimiento y miseria intolerables a los millones de personas que huyen de la guerra y la persecución en países como Siria, Sudán del Sur, Afganistán e Irak”, ha afirmado el secretario general de Amnistía Internacional, Salil Shetty.

En la actualidad, sólo unos 30 países están llevando a cabo algún tipo de programa de reasentamiento de refugiados, y la cifra de plazas que ofrecen está cada año muy por debajo de las necesidades identificadas por la ONU. Según el informe, si se incrementaran a 60 o 90 países, la crisis se aliviaría significativamente. Amnistía Internacional reclama un nuevo mecanismo de reasentamiento de personas refugiadas vulnerables y un nuevo mecanismo global de traslado para situaciones graves —como el conflicto sirio— para que los países colindantes no sigan viéndose desbordados cuando un elevado número de personas huye para salvar la vida.

Amnistía Internacional urge a los líderes internacionales a mantener un debate serio y constructivo para dar una respuesta a esta crisis. “Deben aclarar por qué el mundo rescata bancos, desarrolla nuevas tecnologías y participa en guerras, pero es incapaz de ofrecer un hogar seguro a 21 millones de personas refugiadas, que representan sólo el 0,3 % de la población mundial. Si no actuamos, morirá gente, ya sea ahogada, por enfermedades prevenibles adquiridas en horribles campamentos o centros de detención, o al ser obligadas a regresar a las zonas de conflicto de las que huyeron”, advierte Shetty.

El informe de Amnistía Internacional incide en la necesidad de que los gobiernos aumenten sustancialmente el número de refugiados que acogen y pone de manifiesto el drama que viven quienes se ven obligados a huir del terror. Los refugiados se enfrentan a viajes peligrosos en terribles y precarias condiciones y, cuando llegan a su destino, además de seguir en terribles condiciones, han de afrontar las devoluciones a zonas de conflicto y las continuas violaciones de Derechos Humanos, en forma de detenciones, persecuciones, presiones y hostigamiento.

Como muestra de esta situación, el informe señala que un creciente número de personas refugiadas huyen a Pakistán e Irán desde Afganistán debido a la intensificación del conflicto. Los refugiados afganos en Pakistán sufren un hostigamiento cada vez mayor por parte de las autoridades, que ya han obligado a más de 10.000 personas a regresar a un país devastado por la guerra.

El informe acusa a algunos países de la Unión Europea y a Australia de emplear “abusos y violaciones sistémicos de los derechos humanos como herramienta política” para mantener fuera a la gente. En julio de 2016, Amnistía Internacional concluyó que los 1.200 hombres, mujeres, niños y niñas que permanecen recluidos en el centro de detención de Nauru, fuera del territorio de Australia, sufren abusos graves, trato inhumano y negligencia.

La Unión Europea está tratando de cerrar oscuros acuerdos con Libia y Sudán, entre otros países, para limitar los flujos de personas refugiadas y migrantes. Las personas refugiadas sufren abusos generalizados en los centros de internamiento de extranjeros, donde se las recluye de manera ilegítima, sin acceso a asistencia letrada, tras ser interceptadas por la guardia costera libia o detenidas por grupos armados y agentes de seguridad. Se ha relacionado con abusos contra los derechos humanos cometidos en Darfur a las fuerzas de seguridad empleadas por Sudán para controlar la migración.

En 2015, más de un millón de personas refugiadas y migrantes llegaron a Europa por mar; se teme que casi 4.000 murieran ahogadas. En los primeros nueve meses de 2016 ya ha habido más de 3.500 víctimas mortales.

Los países colindantes a las zonas de conflicto, los que más refugiados acogen

El informe sostiene que un sistema sensato de evaluación de la capacidad de recepción de personas refugiadas, basado en criterios como riqueza, tamaño de la población y tasa de desempleo, evidenciaría qué países no hacen lo que les corresponde. Además, pone de relieve el contraste entre la cantidad de personas refugiadas sirias que reciben los países colindantes y las que reciben otros países con un tamaño de población similar.

Reino Unido, por ejemplo, ha recibido a menos de 8.000 ciudadanas y ciudadanos sirios desde 2011, mientras que Jordania —con una población casi 10 veces menor y el 1,2 por ciento de su PIB— alberga a más de 655.000 personas refugiadas de Siria.

Líbano, con una población de 4,5 millones de habitantes, una extensión de 10.000 km2 y un PIB per cápita de 10.000 dólares estadounidenses, da cobijo a más de 1,1 millones de personas refugiadas sirias, mientras que Nueva Zelanda, que tiene el mismo tamaño de población pero cuenta con una extensión de 268.000 kilómetros cuadrados y un PIB per cápita de 42.000 dólares estadounidenses, a día de hoy sólo ha recibido a 250.

Irlanda, que tiene 4,6 millones de habitantes, una extensión siete veces mayor que la de Líbano y una economía cinco veces superior, hasta ahora sólo ha recibido a 758 personas refugiadas sirias.

Si se utilizaran criterios como el tamaño de la población, la riqueza nacional y la tasa de desempleo, Nueva Zelanda recibiría a 3.466 personas refugiadas. Una cifra asumible si se compara con los 1,1 millones de refugiados en Líbano, que tiene un tamaño de población similar.

“El problema no es la cantidad de personas refugiadas que hay en todo el mundo, sino que muchos de los países más ricos son los que menos refugiados reciben y los que menos hacen. Si cada uno de los países más ricos del mundo recibiera un número de refugiados proporcional a su tamaño, riqueza y tasa de desempleo, ofrecer un hogar a más personas refugiadas del mundo sería un reto fácilmente superable. Sólo hace falta cooperación y voluntad política.”, sostiene Shetty.

Canadá constituye un buen ejemplo de cómo reasentar a un número considerable de refugiados. Desde noviembre de 2015, Canadá ha acogido a cerca de 30.000 personas refugiadas sirias. Más de la mitad de los reasentamientos fueron patrocinados por el gobierno canadiense, y cerca de 11.000 más se hicieron con acuerdos de patrocinio privado. A finales de agosto de 2016, se estaban tramitando otras 18.000 solicitudes de personas sirias, principalmente en Líbano, Jordania y Turquía.

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